En éste blog hemos evitado cuidadosamente traspolar de modo directo los resultados de las diferentes elecciones provinciales que se vienen dando este año, a las nacionales de agosto y octubre.
Y con las de ayer en el Chaco no haremos la excepción, aunque la tentación sea muy grande; porque la rodearon circunstancias que podrían hacernos llevar agua para nuestro molino: por caso, la oposición ensayó a toda orquesta una Unión Democrática amplia y extendida (como se suelen reclamar cada vez más agriamente entre sí para la elección nacional) para derrotar al FPV.
Un verdadero "dream team" gestado en torno a la candidata radical Aída Ayala, con el que esperaban derrotar al peronismo, que al igual que sucede en la nación con Cristina, tenía a su candidato más taquillero (el Coqui Capitanich) impedido constitucionalmente de volver a presentarse) fuera de carrera; y compitiendo por "un puesto menor", como la intendencia de Resistencia, donde se produjo otro paralelismo que podría valer nacionalmente: el FPV logró imponerse en "un importante núcleo urbano", donde la suerte le venía siendo esquiva desde hace muchos años.
De modo que el ensayo opositor chaqueño (ya intentado en Mendoza, y en gateras en Jujuy, Tucumán, Formosa y Santa Cruz) fue hasta ahora -al menos con los resultados de ayer, que todo indica se repetirán en la general- un estrepitoso fracaso, y eso que apoyos no le faltaron: desde el de los medios hegemónicos hasta las repetidas visitas de Macri, Massa y Sanz a la provincia, para la consabida foto con la candidata.
El Chaco también suele ser (dudoso honor que comparte con las restantes provincias del NEA y el NOA) una de las provincias elegidas por los medios porteños para mostrar el hambre y la desnutrición en el país, sensibilizando a una teleplatea que lo mira como una telenovela de ráting, pero a la que tales problemas (como la suerte de los pueblos originarios, otro latiguillo utilizado en la provincia de Capitanich) realmente les chupan un huevo.
Los medios venden la oportunidad de que ciertos sectores de la clase media urbana de la CABA y algunos lugares de la pampa húmeda (territorio del "porteñismo" ampliado cohesionado culturalmente en la misma visión del país por la prédica de esos mismo smedios) compren sensibilidad social por el rato que dura un programa, a cambio de que repliquen en sus lugares habituales de contacto social, la supuesta verdad de puño: la "década ganada" es puro relato, el kirchnerismo una gran mentira, y el país está peor que en el 2003.
Por supuesto cuando llegan las elecciones, se abren las urnas y se cuentan los votos pasan -una y otra vez- de la sorpresa y las denuncias de fraude, a las teorizaciones de sociología berreta que no explican nada, pero los tranquilizan en sus conciencias por pifiarla una y otra vez: que el clientelismo que mantiene de cautivos electorales a los pobres, que el voto de baja calidad, que la maquinaria de prebendas que el peronismo pone en marcha para conservar el poder a toda costa, que pin y que pan.
Una pintura en la que coinciden todos, desde la Coalición Cívica hasta la izquierda; haciendo también allí -en lo conceptual- una Unión Democrática del análisis político, para enfrentar la realidad peronista.
Lo que nunca hacen -y muy probablemente este caso no sea la excepción- es intentar comprender en serio las razones por que en vastas regiones del interior (como pasó ayer en el Chaco) la gente vota como vota.
En el caso de la provincia gobernada por Capitanich, la respuesta es muy sencilla: porque respalda mayoritariamente a una gestión de gobierno que ha logrado que supere el promedio de las metas exitosas que el país ha conseguido en estos últimos años en diferentes planos, que van desde el crecimiento del PBI hasta la disminución de la mortalidad infantil.
No faltará el salame que diga que eso es porque Chaco (como casi todo el NEA y el NOA) partió desde niveles mas bajos en todos los renglones, pero justamente allí está el mérito del Coqui, protagonista principal de las cifras de ayer: el de quebrar la tendencia histórica de décadas de atraso y pobreza seculares, para construir perspectivas y realidades de un futuro mejor posible, para miles de sus comprovincianos.
Que accedieron en estos años al empleo, la vivienda, la escuela, el hospital, las cloacas, el agua potable, el pavimento: dado eso, lo extraño sería que voten de otro modo; para perplejidad de los "sabios".
Sabios que por otro lado les venden -generalmente desde Buenos Aires- a los lugareños (en este caso los chaqueños) espejitos de colores, queriéndoles hacer pasar a rancios conservadores (como Cano, Morales, Naidenoff o Aída Ayala) como modernos progresistas; patrones de estancia que serían la encarnación misma de la virtud republicana, y la gente podrá pasar apuros, pero eso no la lleva a mascar vidrio; porque los conoce y calibra perfectamente.
A ver si por una vez superan los prejuicios y tratan de entender algo, en lugar de pontificar tanto.
Y hacen como pidió Cristina -justamente desde el Chaco- y se dan un baño de humildad.
No sé cómo anda tu salud mental este fin de semana, pero poner "dream team" y "candidata radical" en una sola frase me hace temer lo peor :-)
ResponderEliminarLo que más me gustó es el p*j*zo en el OGT que se van a tener que morfar TN y Mario Markich, que hicieron un programa no hace más de dos meses ("En el camino del Coqui") en el que entrevistaban en la peatonal de Resistencia a varias personas que hacían caras de asco y decían cualquier barbaridad cuando le preguntaban por el Coqui.