miércoles, 3 de junio de 2015

UNAS CUANTAS MENOS (Y UNOS CUANTOS TAMBIÉN)



Se realizan hoy en las plazas de todo el país las marchas organizadas bajo la consigna "Ni Una Menos", para concientizar sobre la violencia de género; y exigir el pleno cumplimiento de la Ley 26.485 que establece el régimen de prevención y erradicación de todas las formas de violencia contra la mujer, en cualquier ámbito donde ésta desarrolle sus relaciones interpersonales.

La adhesión a la marcha ha sido amplísima, y transversal a todo el arco político sin distingo de oficialistas u opositores: casi no hay nadie que no la haya expresado en los medios o en las redes sociales; o que no haya subido la consabido foto con el cartelito que reproduce la consigna de la convocatoria.

La ley fue en su momento una importante conquista de los distintos colectivos sociales que luchan por los derechos y la dignidad de las mujeres; y el cumplimiento por parte del Estado argentino de compromisos a los que había obligado al adherir a pactos internacionales de derechos humanos que rigen en la materia; como el CEDAW y su protocolo facultativo (convención internacional de la ONU, de 1979) y el Convenio Interamericano de Belem Do Pará (1994).

Y fue una de las tantas normas que durante ésta década se sancionaron en busca de los mismos propósitos, como la reforma introducida al Código Penal en 2012 a través de la Ley 26.791, para agravar las penas del homicidio en el caso que fuera cometido por un hombre en perjucio de una mujer, mediando violencia de género.


La Ley 26.485 obtuvo su sanción definitiva en la sesión de la Cámara de Diputados del 11 de marzo del 2009, y luego de promulgada fue reglamentada por Cristina mediante el Decreto 1011/10.

Y si bien tuvo amplios apoyos tanto de oficialistas como de opositores (174 votos a favor, en una Cámara de 257 miembros), en la misma sesión hubo numerosas ausencias, y algunas abstenciones.

Sin perjuicio de señalar que pudieron existir audiencias justificadas (tal el caso por ejemplo de Jorge Rivas y sus conocidos problemas de salud), hay otras que resultan llamativas; sobre todo teniendo en cuenta que se discutía un tema de tanta trascendencia, el más importante de la agenda de labor parlamentaria de ése día.

Justamente esas ausencias son las que documentó el acta de la sesión, conforme ilustran las imágenes del post, y hubo además abstenciones, es decir legisladores (en éste caso legisladoras) que optaron por permanecer en sus bancas al momento de la votación, pero no acompañar con su voto el proyecto:




Como se ve, hay de todo en cuanto a alineamientos partidarios (oficialistas y opositores), y nosotros hemos destacado algunos nombres simplemente por ser más "célebres" que otros, si se quiere.

Un necesario recordatorio para tener presente hoy (cuando todos se cuelgan el cartelito para la foto), y tratar de distinguir cuanto hay de auténticas convicciones y cuanto de pose de "correción política", aun cuando esto en sí mismo (que un político se vea "obligado" a aparecer adhiriendo a una buena casa, más allá de sus íntimas convicciones), no deja de ser un triunfo de la sociedad civil, que logra avances culturales contra rémoras subsistentes.

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