domingo, 30 de agosto de 2015

PLATA QUEMADA. O MOJADA, PARA SER MÁS PRECISOS


Sobre el avance en las obras del "Parque Biblioteca de la Constitución, leemos en el diario del Loco Lindo: "La crecida del río Paraná, que hoy midió 4,66 metros de altura en el hidrómetro del puerto local, provocó anegamientos en la obra de construcción del Museo de la Constitución que se levanta en la Caleta Sur, de nuestra ciudad.

Es por ello que los operarios de Mundo Construcciones —empresa adjudicataria que lleva adelante las obras— deben bombear el agua que emana sobre la superficie por la napa e inunda la zona donde se ubican los 53 pilotes construidos a 11 metros de profundidad, desde los cuales se levantan las columnas de 70 centímetros de diámetro que sostienen el piso del edificio, que es lacustre, es decir que una vez terminada la obra no será afectado por futuras crecidas.

La zona de la obra más perjudicada hoy es la que se encuentra más cerca del cauce del río Santa Fe, contra la costa, donde se construye la losa que servirá de piso. Si bien el río no inundó la obra por el avance del agua durante la actual crecida —está previsto que así ocurra cuando la obra esté finalizada—, sí lo hizo a través de la napa. En consecuencia, lo que a futuro otorgará una belleza única al edificio, hoy es una complicación menor que es sorteada a través de bombas extractoras." (las negritas son nuestras)

La historia de éste disparate te la contamos en su momento acá y acá: una inversión pública de más de 40 millones de pesos -que bien podrían haberse destinado a otras necesidades más apremiantes-, en un lugar que se inunda, y se seguirá inundando: la nota habla de que el río está a 4,66 metros, cuando supo orillar los 8.

Una obra pública hecha en una provincia que tiene una ley (la 11.730 del 2000) que fija restricciones y prohibiciones para construir en zonas inundables, porque tiene además una larga y triste historia de inundaciones.

O sea que lo que el Estado no les permite a los particulares (imaginemos por un momento lo que haría Corral si allí se levantaran ranchitos o viviendas precarias), lo hace el propio Estado.

Un absoluto y total disparate, al que únicamente se le encuentra sentido como un gesto de la dirigencia política que gobierna la ciudad y la provincia para granjearse la benevolencia de los medios (porque el inventor de la genial idea fue el mismísimo "Loco Lindo": ver acá por favor); y del "círculo rojo" local, que -como siempre- amagó con llevar la mano a la billetera promoviendo una "colecta" de donaciones, pero no puso un centavo para concretarla.

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