Desde la clínica en la que lo internaron, Durán Barba habrá pensado para sus adentros "al boludo lo dejás solo un par de horas, y se te hace peronista, con estatua y todo".
La prolija y concienzuda campaña de "desratización política" de todo vestigio de contaminación con lo viejo (y vaya si el peronismo es "viejo" para esa visión: ya hace 25 años atrás se hablaba de los nostálgicos que "se quedaron en el 45'") del gurú ecuatoriano fue abruptamente dejada de lado en la desesperada cacería final de los votos, vengan de donde vengan.
Con una puesta en escena desbordante de patetismo bizarro, incluyendo el dudoso valor estético de la estatua: hasta se podría decir que Macri mandó a construir un Perón a su medida, o a su imagen y semejanza.
En el corazón de la ínsula democrática imaginada por Alfonsín en la reforma del 94' para establecer una cabecera de playa de la Argentina post peronista, asistimos ayer a escenas de culto explícito a la personalidad del "tirano prófugo"; mientras Macri -el candidato guionado- hacía gala de su peronismo de Wikipedia.
Es posible imaginar -sin demasiado esfuerzo- los espasmos del gorilaje/votante promedio del PRO ante la magnitud del sapo simbólico deglutido ayer; en lo que representa sin dudas un enorme triunfo cultural del peronismo: la exteriorización visible del fracaso de la doctrina de la desperonización, para dar paso a la mendicidad del voto peronista, a cambio de espejitos (o estatuas) de colores.
El patetismo del marco logrado por Macri para darse su baño de peronismo no pudo ser mayor: rodeado por Moyano (la versión aggiornada del vandorismo, derrotado en su formato original por el liderazgo de Perón, y en la actual, por el de Cristina) y el "Momo" Venegas, justo el día en el que se conmemoraba la sanción del originario Estatuto del Peón; aquél que arrasara la dictadura para reemplazarlo por un bando del que Venegas (convertido en el Tío Tom de la oligarquía agropecuaria cuyo candidato es Macri) fue el más encendido defensor, hasta que lo reemplazó la legislación impulsada por éste gobierno.
Y con la presencia fantasmal de Duhalde, el piloto de tormentas que trata infructuosamente de crearlas hace años, haciendo las veces de albacea testamentario de esta versión minimalista de lo que Kirchner llamaba el "Grupo Mausoleo": por lo menos ayer no hubo que lamentar que la cosa terminara a los tiros onda Madonna Quirós, algún beneficio tenía que traer la escasa convocatoria.
El sainete de ayer no tiene nada de re-examen de nuestra historia para reconocerle a Perón los méritos que las mayorías no discuten ni discutieron nunca, y parte de una necesidad bien concreta: con la versión actualizada de la Unión Democrática no alcanza para ganar elecciones, porque los gorilas son rabiosos, persistentes y se hacen oír, pero siguen siendo pocos.
La inauguración de una estatua es así un episodio más en una campaña confusa y plena de barandazos conceptuales, que busca el voto de radicales y peronistas como si el PRO no fuese lo que es (el intento de construir una fuerza de derecha con aptitud electoral, en clave de estudiantina): más que una nueva versión del "tercer movimiento histórico", un laboratorio de ensayos permanentes, con un movimiento distinto cada día de la campaña.
Aun si no se considerasen los propios antecedentes de su prontuario, la apelación de Macri al voto peronista desde el lugar de la justicia social junto a un símbolo de la convalidación sindical de la peor explotación lució bizarra; mas aun en medio de una campaña opositora construida a caballo de las denuncias de fraude y los planteos y amenazas de judicialización de los resultados electorales.
Lo que implica desconocer que el peronismo (además de reparador de las injusticias sociales) nació desde aquél 17 de octubre del que se cumplirán en breve 70 años popular y como tal, democrático: siempre accedió al gobierno por el voto, y hasta 1983, siempre fue desalojado de él por la fuerza; para confinarlo a la proscripción política en la creencia -que se revelaría errónea- de que alejado del poder, pronto sería olvidado.
Complejidades de nuestra historia demasiado difíciles de abordar para un banana superficial con pretensiones de ser el constructor de un "nuevo" liderazgo, que de vuelta una página de nuestra historia; justamente aquélla en la que el peronismo ha sido el protagonista principal, de un modo u otro.
Violentas torsiones de las identidades políticas manipuladas con torpeza en busca de votos por los que dicen abjurar de ellas y de los relatos ideológicos, en nombre de una ideología bien concreta, que se abstienen de expresar con todas las letras, porque pianta votos.
Otro ensayo de política ficción tendiente a "morder" parte del voto peronista, tan destinado al fracaso como los más violentos -en términos no simbólicos sino reales- que registra nuestra historia por hacerlo desaparecer.
Faltaron al Acto, Barletta y Corral, además del trío cómico Pignata, Saleme, Martinez Kerz. Por eso falto concurrencia.
ResponderEliminarMasita tiene que replicar esta movida de Mauricio e inaugurar en Tigre una estatua a Álvaro Alsogaray.
ResponderEliminarSi hay personajes que son traccionadores de votos esos son Venegas, Moyano y Duhalde.
ResponderEliminarGracias muchachos, qué buenos artículos de opinión, imperdibles!
ResponderEliminarPablo López
Para ser sincero me sorprendió el monumento, parece muy lindo la verdad. Lo voy a ir a ver de cerca. Que irónico que lo único bueno que haya hecho este inútil garca fuera un monumento a Perón. Perón no se mancha, y sigue haciendo milagros el viejo.-
ResponderEliminar