La nueva conducción de la UIA (donde sobresalen los representantes de las más grandes empresas del país, como Arcor y Techint) debutó con un comunicado en el que salieron a cruzar con los tapones de punta el proyecto aprobado por Diputados para crear una comisión bicameral investigadora de las complicidades del poder económico con la última dictadura militar.
El mismo respecto al que -con absoluta coherencia- se abstuvieron los diputados del bloque del PRO.
Casi como una admisión de culpas, la cúpula de la UIA no quiere que los legisladores metan sus narices donde no deben, y se remite "a las instituciones pertinentes", es decir la justicia.
No se trata de que crean en la independencia y división de los poderes, sino de que conocen los bueyes con los que aran: son bien conocidas las dificultades que atraviesan para avanzar todas las causas de lesa humanidas en la que se está investigando la responsabilidad de poderosos empresarios: recordemos por ejemplo el insólito desprocesamiento de Blaquier, el dueño del ingenio Ledesma, por la causa del apagón.
Sin ir más lejos, esta misma semana se frustró una reunión del Consejo de la Magistratura en la que -entre otras cuestiones- debía aprobarse la terna del concurso para cubrir el juzgado federal de Bahía Blanca y las suborgancias en la Cámara del lugar, que debe entender en la empantanada causa Massot; donde se investiga la responsabilidad del periodista y de los dueños de "La Nueva Provincia".
Los representantes de los jueces y de la UCR -sin mediar explicación alguna- restaron quórum a la convocatoria; y la frustraron: evidentemente lo poderosos de éste país tienen trebejos que mover en todos lados, incluso en las propias instituciones representativas de la democracia.
Y ayer en Clarín Bonelli vinculaba insólitamente una incomprobable denuncia (absolutamente huérfana de fuentes corroborables, tal su costumbre) de "peajes" cobrados a las multinacionales con sede en el país para permitirles girar utilidades en dólares al exterior (algo que incomprensiblemente sería -según Bonelli- motivo de preocupación de la UIA), con el proyecto legislativo para investigar las complicidades del poder económico con los crímenes de la última dictadura.
Proyecto al que el periodista-operador del Grupo (cuyos principales directivos están siendo investigados en causas por delitos de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos) caracteriza como uno de "los últimos manotazos del kirchnerismo". Recordemos que el proyecto de Recalde data de noviembre del año pasado.
Previsiblemente se suma ahora la AEA, que es en realidad quien maneja ahora a la central empresarial, preocupada por el "prejuzgamiento" de empresas como Mercedes Benz, Ford, Celulosa, Ledesma, La Veloz del Norte, Acindar, Techint y Siderca; cuyos directivos están acusados concretamente en causas de lesa humanidad en algunos casos, y sospechados en otros.
Proyecto al que el periodista-operador del Grupo (cuyos principales directivos están siendo investigados en causas por delitos de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos) caracteriza como uno de "los últimos manotazos del kirchnerismo". Recordemos que el proyecto de Recalde data de noviembre del año pasado.
Previsiblemente se suma ahora la AEA, que es en realidad quien maneja ahora a la central empresarial, preocupada por el "prejuzgamiento" de empresas como Mercedes Benz, Ford, Celulosa, Ledesma, La Veloz del Norte, Acindar, Techint y Siderca; cuyos directivos están acusados concretamente en causas de lesa humanidad en algunos casos, y sospechados en otros.
Se defienden con todos los medios a su alcance, como gato panza arriba, los muchachos. Por algo será.
Lo dijo Videla, le pedían 10000 muertos más.
ResponderEliminarSe defienden como sea,porque tienen el culo tan sucio, que no les alcanzarían las cataratas del Iguazú para limpiarse.
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