Estamos viviendo tiempos de cambio en el país, que incluyen cambios en el lenguaje cotidiano; a los que nos tendremos que ir acostumbrando los argentinos.
Así un aumento de las tarifas de los servicios públicos por la eliminación de los subsidios no será un "tarifazo" ni un "golpe al bolsillo", sino un "sinceramiento de las variables", un "sendero de precios" o una "corrección de las distorsiones en los precios relativos".
Y según nos cuenta el designado ministro de Trabajo, las paritarias del año que viene tendrían que negociarse con base en la "productividad" y en el marco de un "acuerdo social".
Términos los suficientemente gaseosos como para que cada uno entiende lo que le parezca, o como para que -al menos nosotros- nos empecemos a preocupar.
Porque hasta acá vinieron diciendo (desde Macri para abajo) que el principal problema económico del país (junto con el "cepo") es la inflación; y veíamos acá como desde el propio PRO se sostenía que ese era casi el único objetivo y fin de las paritarias: que los trabajadores pudieran recuperar en sus salarios el poder adquisitivo que pierden por la inflación.
Pero al parecer ahora (cuando ya ganaron la elección, y se aprestan a ser gobierno) la cosa cambió y el punto clave de la paritaria es la "productividad", y "poner en marcha la economía".
Lo cual es muy curioso porque si en estos años algo "puso en marcha la economía" fue la demanda del mercado interno, demanda agregada estimulada por políticas del gobierno que fomentaron el consumo y a las que ellos mismos les endilgaban (junto con el gasto público) el proceso inflacionario.
Pues bien, ese proceso inflacionario que venía en baja desde el primer trimestre del año (dicho esto por las consultoras privadas y el "Indice Congreso", para que no se nos acuse de apelar a las mediciones del Indec) se ha visto acelerado como consecuencia de las medidas que anuncia día tras día el próximo gobierno, en especial en los bienes de consumo diario de la canasta familiar (carne, derivados del trigo y la harina, lácteos): eliminación de las retenciones, apertura total de las exportaciones, levantamiento del "cepo" cambiario, devaluación y aumento de las tarifas de los servicios públicos.
La mayoría de los consultores habla de una inflación proyectada para noviembre de casi el doble de la registrada en octubre, y no se atreven a aventurar pronósticos sobre cuanto puede ser la de diciembre.
En ese marco que -de acuerdo a los propios dichos de ésta gente sobre el objeto de las paritarias- debería habilitar paritarias "libres y sin techo" para discutir como se compensa a los trabajadores de éste "golpe al bolsillo", corremos de escena a la inflación, y empezamos a hablar de "productividad".
Lo cual también es llamativo porque el término suele aparecer asociado a otro, que es el de la famosa "competitividad"; que vendría siendo erosionada en estos años por -justamente- la inflación y el alto costo salarial en dólares", por el retraso del tipo de cambio.
Como la apertura de la caja de Pandora del "cepo" traerá muy posiblemente inflación y recesión (lo dice acá Managment & Fit, insospechada de kirchnerismo), y la recesión supone siempre una amenaza para el empleo, la "productividad" necesaria para "poner en marcha la economía" de la que habla Triaca se parece demasiado a esto de Fidanza: "La gente va a estar más dispuesta a resignar salario si se mantiene el nivel de empleo”".
El mismo Fidanza señala en la nota: "...se necesitan reducir los costos laborales y aumentar los precios de los servicios públicos". Asimismo, recomendó una "baja en los salarios medidos en dólares":"El costo laboral medido en dólares afecta la competitividad externa de los sectores productivos. Estos deben caer un 30% sin que merme tanto el salario real. "
Ahí te están contando en que consiste el famoso "pacto social" a sellar en las paritarias: aceptar ganar bastante menos en términos reales; para conservar el empleo y "sostener la productividad".
Ojo: no podés decir que no te avisaron antes. Ya Paolo Rocca lo había dejado muy clarito.
Si bueno, este es un buen momento a ver que hacen los cumpas....
ResponderEliminarComo alguna vez le dije a Meler, estos compadrean con gobiernos del palo mientras que frente a los otros arreglaban al menos...
'Ta bien, puedo aceptar que para fines de los '90 el poder de negociación era débil ante la urgencia de evitar despidos antes que aumentos pero ahora no es así ehhh... no vaya a ser cosa que de golpe os econtremos con florecimientos de sindicatos patronales como el del filósofo camionero escarlata
Saludos
Vaselina, mucha vaselina compañeros.
ResponderEliminarA mi ya me duele solo de leerlo
Triaca, portacion de apellido de hijo de puta.
ResponderEliminarDicen (seguramente serán perras mentiras) que esa cosa amarilla, el pro, es un invento de marketing, pero si uno le ve la facha a este querubín, esa carita mofletuda de gordito adicto a la play, ¿a quién le hacés creer que es ministro y que es alguien serio?, y ministro de laburo!!!, mucho marketing pero ta'fallando el libretista.... el padre de esta criatura era y tenía cara de enemigo... yo lo ponía al milico aguad, o doña mañbec bullrich que sí asustan...
ResponderEliminarEl idioma castellano es muy noble. A la inflacion la llamaran CORRIMIENTO DE PRECIOS, a los tarifazos: SINCERAMIENTOS, a los despidos: REDISTRIBUCION DE RECURSOS HUMANOS, a las protestas sociales: LEVANTAMIENTOS ANTIDEMOCRATICOS, a la represion: LIBERACION DE ESPACIOS COMUNES y al derrumbe y la estampida: RETIRADA PARA EVITAR MALES MAYORES. Y asi la vida del grupo de clase media qe en un momento se cree clase alta y vota a la derecha
ResponderEliminarRecordemos que la productividad (sin mucha precisión en la definición) fue uno de los caballitos de batalla del Neoliberalismo, durante los Noventa...
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