viernes, 29 de enero de 2016

CRÉDITOS HIPOTECARIOS: PROMESAS DE CAMPAÑA Y LOS DATOS DUROS DE LA REALIDAD


Por A.C.

El entonces candidato Macri durante su campaña, prometía un millón de créditos hipotecarios, tratando de superar -solo con promesas- el extraordinario Plan Procrear, plan de viviendas que el gobierno de Cristina Kirchner había hecho realidad con más de ciento cincuenta mil créditos hipotecarios otorgados, marcando un hito en la historia argentina, con la presencia del Estado brindando soluciones habitacionales a miles y miles de argentinos.

Desde el lanzamiento del Plan Procrear en el año 2012, se llegó durante el anterior gobierno nacional,  al récord histórico en materia de otorgamiento de créditos en más de cien años de historia del Banco Hipotecario. De cada 10 créditos hipotecarios que se otorgaron en el país desde el 2012, 9 tienen origen el plan Procrear.

Frente a ésta realidad, había que salir a superar la apuesta, al menos  en el discurso. Y el estratega del candidato Macri, el Sr. Durán Barba, hombre de rostro indígena y -no obstante su origen- admirador de Hitler, le indicó al candidato dar un discurso vago, hablar de generalidades, con muy pocas excepciones, entre las cuales estaba cuantificar la promesa de un número elevadísimo de créditos hipotecarios, porque el orientador del candidato comprendió la importancia del tema y la expectativa social que el mismo generaba ante el enorme acierto que había resultado el Plan Procrear. Mientras algunos subestimaban al hombre de rostro indígena, también hubo votos que fueron a  Macri detrás de ésta promesa de campaña.

Pero ésta promesa de un millón de créditos hipotecarios, resulta irrealizable en base a las medidas económicas ya implementadas por el gobierno de Macri.

La enorme devaluación del peso dispuesta por el actual gobierno, junto a la inflación desbocada que ésto generó en los precios internos, produjo una profunda baja del poder adquisitivo de los salarios o de cualquier otro ingreso en pesos, y por lo tanto, una disminución importante en la capacidad de endeudamiento de quien intentara tomar un crédito hipotecario, cuya cuota mensual se calcula en hasta un 30% del ingreso del solicitante del préstamo.

Sumado a ello, la liberación de las tasas interés dispuesta para beneficiar a los bancos, produjo que hoy Argentina muestre tasas que tornan inviable cualquier economía. Los bancos ofrecen pagar rendimientos anuales de alrededor del 30% en posiciones como plazos fijos,  y por lo tanto, las tasas que cobran las entidades bancarias por los préstamos, superan el 50% anual de interés.

Hasta Diciembre de 2015,con tasas de interés muy inferiores a las actuales, los bancos privados destinaban solo el 6% de su cartera para créditos hipotecarios, de donde con las tasas actuales y el spread que obtienen los bancos entre los intereses que pagan y los intereses que cobran, el que arroja una diferencia astronómica del  20%, ganancia implanteable en cualquier país del mundo, el crédito hipotecario es hoy inexistente. En un crédito hipotecario plantear esos niveles de ganancia es inviable, porque las cuotas mensuales resultarían impagables.

Por lo tanto, con éstas tasas de interés, a ningún banco privado le interesa ofrecer un hipotecario, que es un producto a muy largo plazo  (20,25,30 años)  y que habría que calcular con una amortización de capital y con intereses mucho menores al que obtienen los bancos, por ejemplo, con créditos personales o prendarios.

Descartada la iniciativa de la banca privada, debería el gobierno actual obtener los recursos para financiar un millón de créditos hipotecarios como prometiera.

El plan que el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, salió a proponer en estos días a los bancos, es una mala copia del sistema chileno, el que por otra parte,  en los últimos tres años otorgó un número de créditos muy inferior en relación al Procrear en el mismo período. 

Además, el sistema chileno creó a los efectos de los préstamos, una moneda indexada a la inflación diaria que sirve de referencia  para el ajuste del capital, lo que hoy en Argentina es inviable, ya que arrojaría un índice elevadísimo de ajuste del crédito, dado el nivel inflacionario producido luego de la devaluación.

Según Sturzenegger, una ANSES hoy desfinanciada, proveería parte de los recursos al  inicio del programa, a una tasa mínima ya que el capital se ajustará por inflación, y los bancos, públicos y privados, deberían participar en licitaciones por esos fondos. Suena poco creíble.

En un país donde por decreto se eliminó cualquier información sobre estadística oficial, sería bueno que Sturzenegger explicara, ya que el capital del crédito se ajustaría por inflación, quien va a determinar el índice  inflacionario. ¿El  BCRA? ¿El banco que otorga el crédito? ¿Resucitarán el “índice Congreso” ? ¿Contratarán consultoras privadas para el cálculo?

¿Qué monto destinaría la ANSES? Si el objetivo es un millón de créditos, en una gestión de cuatro años, deberían otorgarse 250.000 créditos por año: ¿Cuál sería la inversión anual de ANSES entonces? Y si a cargo de éste organismo estaría la inversión del “inicio” del programa ¿Cual sería el monto anual de fondeo que deberían proporcionar los bancos para completar el plan?

Sturzenegger parece poco serio, y de allí la respuesta silenciosa que obtuvo de los bancos cuando sumado a ésto, los invitó a estudiar el modelo que él mismo había implementado en el Banco Ciudad en el 2013, donde entregaron créditos que ajustaban por Unidades de Cuenta Estable (UCE), una moneda indexada en función de una canasta de bienes.

Los bancos saben que el Banco Ciudad a través de ese programa, solo entregó 40 créditos, de los cuales además 10 créditos (el 25%), están en mora.

Una promesa electoral de un millón de créditos hipotecarios, y un funcionario que intenta conseguir fondos mostrando una experiencia ínfima de 40 créditos. Parece poco serio.

1 comentario:

  1. Esta es la estrategia de ataque más efectiva. No tu programa contra el mío, no tu gobierno actual contra mi gobierno pasado, sino tu gobierno versus tu programa. Y este árbol puede dar mucha leña, sobre todo cuando los votantes de Cambiemos (e incluso algunos funcionarios) con veleidades socialdemócratas, o aquellos liberales ingenuos que creen que la libre competencia será restaurada, se tropiecen con la realidad del capitalismo prebendario y mafioso de Magnetto et al.

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