martes, 2 de febrero de 2016

DURÁN BARBA LE PEDIRÍA A MAJUL QUE AFLOJE UN POCO


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La transición desde la locura política del gobierno que terminó, a la ‘normalidad’ (¿por qué la locura no lleva comillas y la “normalidad” sí, la primera está avalada con un dictamen médico y la segunda es una simple apreciación personal?) que pretende instaurar Mauricio Macri está repleta de inconvenientes. La no renovación (no diga “despidos”, diga “no renovación”) de cerca de 8000 contratos públicos sobre los 30.000 o 40.000 que se firmaron en los últimos días de Cristina Fernández (pero están hablando de revisar 3 años para atrás Majul, no “los últimos días” Y hasta lo rajaron al “Mc Gyver” de la Casa Rosada con 43 años de antigüedad ¿algún dato más preciso no tenés?) entre gallos y medianoche (es que a medianoche empezaba la cautelar de Servini de Cubría y Cristina se convertía en calabaza, no podía seguir firmando) no debería considerarse como una medida injusta, (bancando los trapos) sino como la consecuencia directa de decisiones previas demagógicas e irresponsables. (ah, o sea que la culpa de los despidos -perdón: “no renovaciones”- la tiene Cristina, no Macri) Está claro que ningún organismo del Estado puede funcionar como reservorio de la militancia. (malas noticias para los radicales: tendrán que vaciar la AGN y el Consejo de la Magistratura) Así como ninguna economía sana puede crecer en base a la multiplicación interminable del empleo público. (datos Majul, tirá un puto dato, crecimiento del empleo público desde el 2003, cantidad de empleados públicos sobre el total de trabajadores, compará con otros países, no seas tan chanta) 

Sin embargo, si todos los días aparece una noticia sobre ‘nuevos despidos’, es probable que la mayoría de quienes no votaron a Cambiemos y aún muchos de los que sí lo hicieron, confundan esta política de retorno a cierta normalidad con un ajuste clásico, hecho y derecho. (obvio, cuando todos sabemos bien que se trata de la revolución de la alegría, pero viste como es la gente: lee cualquier cosa en los medios, y se la cree. Además si tienen que llegar a tumbar los 40.000 contratos “firmados entre gallos y medianoche”, medio que ya parecería un ajuste, manejálo) La suba de la tarifa de la electricidad, que en la mayoría de los casos se multiplicará por seis, no se podría entender si antes no se recuerda que los precios estuvieron casi congelados durante 12 años, (por supuesto: la culpa del tarifazo no es de Macri y Aranguren, sino de Cristina y De Vido) y que esa decisión facilista le provocó al país una pérdida de más de u$s 50.000 millones. (¿vos decís entonces que el “ajustazo” que el kirchnerismo -según ustedes- hizo en el 2009 y volvió a hacer en el 2012 y el 2014 en realidad no lo hizo, o no fue taaaan así?) Se trata de una parte de los subsidios que explican no solo el déficit fiscal sino también la alta inflación. (claro, por eso para bajar la inflación, aumentan la luz un 600 %. Un genio sos loco) El Gobierno se esmera en explicar que el tarifazo no lo es todo. (es verdad: además está la devaluación, los despidos, la falta de controles de precios, la apertura de las importaciones, el techo a las paritarias...) Que habrá una tarifa social para cerca de 1 millón de usuarios (¿no decían en campaña que los pobres eran 14 millones, son todos de familia numerosísima esos?) y que el ahorro de energía será ‘premiado’ con descuentos de hasta el 20% en el precio final. (cosa que existía desde el 2008, se llamaba PUREE y lo acaban de derogar) El propio ministro Juan José Aranguren insiste: "Es esto o el colapso del sistema. (¿el sistema no había colapsado ya en el 2004, cuando empezaban los subsidios?) Es esto o los cortes casi continuos". (parece Pinky Lavié) 

Los responsables de la comunicación estratégica de la Presidencia difundieron la tabla comparativa de tarifas eléctricas de todas las provincias. Los usuarios de Córdoba y Santa Cruz, por citar a solo dos provincias, pagaban hasta ahora, dos, tres y hasta cuatro veces más que los usuarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. (y todas esas provincias tuvieron cortes de luz, todos los años. O sea que yo que ellos no lo difundiría, a menos que quieran sumar más bronca contra el tarifazo. Flor de “comunicadores estratégicos”) Pero el problema de fondo es cultural. Porque hasta ahora, en más de la mitad del país, la energía, uno de los bienes más caros del mundo, (claro, por eso el barril de petróleo esta por los 30 dólares, menos de la cuarta parte de hace una década, leé los diarios Majul) casi se regalaba. Muchos porteños y bonaerenses estaban acostumbrados a usar el aire acondicionado a 17 grados, mientras dejaban la ventana abierta, (y les entraba el calor de afuera. Tenés razón: gente así de pelotuda se merece que le encajen un tarifazo) la plancha encendida, el lavarropas andando, el lavavajillas en funcionamiento y la computadora prendida durante todo el día. (sobre todo en el segundo y tercer cordón del conurbano, ahí los lavavajillas estaban a full) ¿Cómo cambiar semejante rutina despilfarradora de la noche a la mañana? (¿aumentándoles un 700 % las tarifas? Algo parecido están implementando con el consumo de carne, te cuento) ¿Y cómo convencer a la mayoría de los argentinos, uno de los electorados más volátiles del planeta, (¿comparado con cual Majul, cuál es el término de referencia?) de que se trata de una decisión que, en el mediano plazo, terminará beneficiando a todos? (“Todos” significa Caputo y los demás dueños de Edesur y Edenor) 

Porque lo que se ve en la superficie, ahora, es un impacto directo sobre el bolsillo de millones de consumidores. (en cambio si uno no se queda en la superficie y raspa un poco más, se ve una recesión machaza, caída del salario y aumento sideral del desempleo) Por más que la actualización de la boleta de la luz pueda ser el equivalente a dos pizzas grandes de muzzarella, (caras las pizzas. Debe ser por el aumento de la luz, ni te cuento cuando llegue el del gas) como calculó el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay. Y lo que provoca el incremento de tarifas, es, entre otras cosas, el aumento del índice de inflación, más cerca del 30% anual que de entre el 20 y el 25% que vaticinó el Presidente. (¿ves genio como funciona? Vos mismo dijiste un par de párrafos arriba que lo que alimentaba la inflación eran los subsidios. Juntá a tus dos neuronas y que dialoguen entre ellas, o conseguíles un mediador) Sería todo más fácil si los formadores de precios no se hubieran anticipado a la devaluación (y si el pelotudo de Prat Gay no hubiera dicho que iban a devaluar antes de ganar las elecciones y llegar al gobierno) y los súper e hipermercados hubiesen acompañado la baja del precio de la hacienda. (algo que jamás pasó: que bajara la hacienda en pie y no en las carnicerías. Igual, se arregla aplicando la ley de abastecimiento. Ah, no, pará, cierto que el gobierno está “filosóficamente en contra” y prometió derogarla) O si los grandes sindicatos, incluidos los docentes de la provincia de Buenos Aires, hubieran acordado una paritaria por debajo del 30%, como un gesto para bajar las expectativas inflacionarias (el tema Majul, es que no hay “expectativas inflacionarias” sino una inflación anual que ya gira en tornó al 40 % y más, por las medidas que tomó el gobierno, y que lo que les están pidiendo es que se dejen empomar, genio) y empezar a transitar el círculo virtuoso de crecimiento con estabilidad de los precios de la economía. (el famoso “derrame”) 

Pero Macri está lidiando con un ‘círculo rojo’ que aplaudió el cambio de Presidente, pero quiere seguir manteniendo los privilegios de siempre. (uff, durísimo está lidiando, tanto que los metió a todos en el gabinete) (Esto incluye a empresarios, sindicatos, dueños de medios y también periodistas) (¿vos decís que hay colegas tuyos que causan inflación? Tirá nombres Luis, vamos).Y también está lidiando con una buena parte de la sociedad que solo aspira a cambiar el celular, el televisor y tener dinero en el bolsillo aquí y ahora, (la gente pretende cada cosa, es que el kirchnerismo los malacostumbró) en detrimento de una educación y una salud de mejor calidad. (ponéme el conector entre una cosa y la otra si no, no se entiende el ¿razonamiento? Igual, una educación de mejor calidad con docentes que acepten ganar menos que la inflación, se complica te digo) Por otra parte, muchos argentinos analizan con cuidado el emblemático caso de Milagro Sala. (¿y esto que tendría que ver con el tarifazo, los aumentos de precios, las paritarias y los despidos?) Amagaron con excarcelarla como responsable de haber organizado actos de violencia y tumulto pero la dejaron detenida, ahora acusada de defraudación al Estado y asociación ilícita. (no “amagaron” Majul: la excarcelaron por una cosa y al mismo tiempo la dejaron presa por la otra) ¿La están persiguiendo o le están haciendo pagar por delitos que venía cometiendo desde hace años? (el tema Majul, es que por esos “otros delitos” no tenía ninguna denuncia, y se las hicieron ahora, mientras la tenían presa por “tumulto”) 

El gobernador de Jujuy, Gerardo Molares, juró y perjuró que él no instruyó al fiscal y al juez para que Sala permanezca en la cárcel, (y vos sos tan pelotudo que le creés, y suponés además que funciona la propiedad transitiva y somos todos igual de boludos) aunque reconoció que está aportando elementos a la denuncia sobre malversación de fondos públicos en la construcción de viviendas sociales. (Además de haber hecho la denuncia para que la metan presa “por tumulto”, aunque jure y perjure. Ay Majul) Macri respaldó a Morales, pero insistió en la idea de que no se va a inmiscuir en las decisiones de ningún juez, ni en contra ni a favor de sus amigos o sus adversarios políticos. (a menos que sea necesario, como sería el caso de que algún juez alguna vez le falle en contra) El Presidente ya demostró que no es Fernando De la Rúa, como sospechaban millones, (otros tantos están empezando a sospechar que es peor) ni tampoco Néstor Kirchner o Cristina Fernández, como temían otros tantos. (¿vos decís? Si parecía igualito, vos escribiste eso, ¿querés que vamos a los archivos?) 

Macri no es De la Rúa porque primero pegó y ahora negocia, como en el caso de los nombramientos por decreto de dos jueces de la Corte. (claro, De la Rúa primero negoció con la Banelco, y después pegó, con el estado de sitio y la Federal en la Plaza de Mayo) Y no es Néstor ni Cristina porque ellos jamás reconocían un error. En cambio el nuevo jefe de Estado es capaz de reemplazar un decreto por otro o una decisión por la contraria como en el caso de la coparticipación para la Ciudad (que todavía no lo reemplazó, pero bueno, son detalles) o la participación de los canales privados abiertos en la transmisión del Fútbol para Todos. (donde lo único que hizo fue mantener el mismo negociado pero incorporando a América -el canal donde vos trabajás- y repartiendo los mismos 180 millones de pesos rasposos que le pagarán al Estado entre 3 grupos en lugar de dos, o en lugar de obtener más plata. Es un genio corrigiendo errores el presidente Mau) 

En las encuestas cualitativas que se hicieron para la campaña, Macri era visto como un hombre bien preparado para gestionar. Al mismo tiempo la mitad de los consultados lo consideraba como un líder que podía mejorar la vida de las personas, y la otra mitad desconfiaba de él. (o sea la mitad lo consideraba un pelotudo incapaz de manejar un quiosco, o un hijo de puta capaz de cagarlos. Para eso no hacen falta las “encuestas cualitativas” Majul: ahí están los resultados del balotaje) Tenían miedo de que los defraudara. De que gobernara solo para los ricos. (Y no los defraudó: gobierna solo para los ricos) Ahora Jaime Durán Barba le pide, casi todos los días, que no siga produciendo noticias que se puedan interpretar como una política global de ajuste. (para lo cual tendría que tomar algo parecido a una medida que no forme parte de “una política global de ajuste”) Cita el caso de su amigo, el ex presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, ahora prófugo de la justicia, (siempre bien rodeado Durán Barba. Debe ser por eso que se apuraron a sacarle el sobreseimiento a Macri por las escuchas: para que no tuviera que huir) para explicar que ningún presidente que empezó ajustando terminó bien su mandato. (por delicadeza no quiso mencionar el precedente de De La Rúa, que directamente no lo terminó) 

Pero Macri está demasiado apurado en llegar a principios de marzo con la mayoría de los deberes hechos. (o sea, con la “política global de ajuste” a fondo. ¿Y quién le pide que haga los deberes, si se puede saber? Porque antes dijiste que “resiste las presiones del círculo rojo”) Porque sabe que a partir de esa instancia, todo será más difícil todavía. Se empezarán a pagar los aumentos de tarifas. Deberá discutir con el Parlamento la mayoría de las leyes. (ah, la Constitución, esa máquina de impedir poniendo palos en la rueda. Esto a Fujimori no le pasaba, y a Videla tampoco) Las noticias sobre los despidos y las paritarias se multiplicarán de manera exponencial. (¿vos decís entonces que los despidos se multiplicarán de manera exponencial, y las paritarias traerán malas noticias para la gente? Que difícil se te va a poner explicar que todo es para bien, y vamos bárbaro) Y los periodistas y los medios empezarán a dar por terminada la luna de miel, un poco antes de los primeros 100 días. (¿vos decís entonces que ahora los medios no informan realmente lo que está pasando, para favorecer al gobierno? ¿no se había terminado el “periodismo militante” cuando levantaron “678”?) 

"Este es un momento crucial. O prevalecemos sobre el viejo sistema político o va a ser muy difícil cambiar en serio la mentalidad de los argentinos ventajeros y que esperan todo del Estado", (¿otra vez se va a pelear con el padre, no se habían amigado y estaba todo bien? Igual, yo que vos me preocuparía: capaz que se corta el chorro de la pauta publicitaria) reflexionó el Presidente, en su quinta Los Abrojos, este fin de semana (¿vos vas a la quinta? mirá que es mufa, hace poco ahí palmó uno jugando al tenis con el presidente Mau)

(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

1 comentario:

  1. Son unos reverendos hijos de puta, aburridos, repetitivos, ignorantes, patéticos, advenedizos, parásitos.
    Cansan, cansan mucho. Y lo más terrible son toda la masa de obsecuentes resentidos que arrastran.
    Ya lo creo que es un momento crucial el que vivimos. Si no los paramos ahora el país se va a la mierda.

    (perdón por los epítetos desagradables, es que somos muchos los convivimos con este discurso y actitudes denigrantes y denigratorias)

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