martes, 29 de marzo de 2016

AGUAD Y FAMILIA, LA CONSAGRACIÓN DEL ESTADO BOBO



Sobre la suspensión de la construcción del ARSAT III, leemos en El Cronista: “Las nuevas autoridades de la estatal Arsat decidieron frenar la construcción del tercer satélite por falta de fondos. Mientras buscan nuevas funciones para los satélites argentinos, en especial el ArSat II, y detienen los intentos de algunos funcionarios del Gobierno que desconocen el funcionamiento de la empresa, Rodrigo De Loredo, el nuevo presidente de la compañía, se encuentra buscando vender el espectro en toda la región.
"Arsat necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos", explicó el yerno del ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad.
En ese camino De Loredo aseguró a El Cronista que la empresa ya empezó a hacer los trámites para comercializar la capacidad satelital del Arsat II en Estados Unidos. "Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat II sin haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los permisos para vender la pisada del satélite", dijo. En este sentido, el Gobierno ya presentó los documentos en Canadá; Estados Unidos; México y Brasil. "Es un trámite lento, pero entendemos que en los países del norte se hará más rápido", explicó el ejecutivo.
El problema que se presenta es que De Loredo tomó la decisión de que hasta que no ingresen fondos de la venta del Arsat II no se comenzará a construir el ArSat III. Hace unos días, la empresa participó del ‘Satellite Show 2016’ en Washington. "En el encuentro nos reunimos con casi todos los operadores del mercado. Si los encuentros prosperan podríamos acelerar los procesos y seguir construyendo satélites", admitió. Mientras tanto, y entendiendo que la puesta en el espacio de los satélites no sólo posicionaba al país como uno de los pocos fabricantes de este tipo de aparatos, también reconoció que se corría el riesgo de perder el espacio asignado. Ahora, la expectativa de la nueva gestión es concentrarse en el anillo de fibra óptica.
Aunque Aguad y De Loredo lo nieguen, hay voces en el sector privado local que le ven poco futuro a la empresa. "Esto significa que no van a seguir, por lo menos si se mantienen en esta postura porque va a ser difícil el autofinanciamiento", explicaron desde una multinacional del sector con fluidos contactos con la empresa estatal.
Para demostrar que la compañía tendrá continuidad, el ex legislador cordobés por la UCR explicó que el foco de su gestión estará puesto en la banda ancha conocida como Refefo (Red Federal de Fibra Óptica). "Vamos a trabajar para llegar con infraestructura a esos lugares a donde los privados no llegan, pero entendamos que somos carrier de carriers no vamos a competir con los privados", explicó el ministro Aguad.
Mientras los proveedores esperan que se analicen las facturas presentadas, desde Arsat explicaron que la red de fibra óptima en la actualidad es de entre 32.000 y 35.000 kilómetros, de los cuales sólo 13.000 están en condiciones de prestar servicios como operador mayorista. "Si no hay un privado, damos el servicio, sino no", lo dijo a través de su propio twitter en donde publicó que "Arsat no viene a competir con ningún actor privado, viene a colaborar. Nuestra misión es conectar, integrar, unir". Finalizó asegurando que el "cometido" de la compañía "es brindar internet de calidad y menor precio. No importa si es el Estado quien se lo da, una pyme o una gran empresa...” (las negritas son nuestras)

Uno tiene que entender que los “socios colaborativos” que están buscando Aguad y su yerno no pasarán a formar parte del paquete accionario de ARSAT S.A. (lka empresa estatal que maneja los satélites), porque la Ley 27.208 dispuso en su artículo 8 que “...el capital social de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima AR-SAT estará representado en un cincuenta y uno por ciento (51%) por acciones Clase ‘A’, encontrándose prohibida su transferencia y/o cualquier otro acto o acción que limite, altere, suprima o modifique su destino, titularidad, dominio o naturaleza, o sus frutos o el destino de estos últimos, sin previa autorización expresa del Honorable Congreso de la Nación....”

Y también tiene que entender que cuando hablan de “vender el espectro en toda la región” o “vender la pisada” del satélite, se refieren a comercializar la capacidad disponible de uso del satélite para la captación de datos y la transmisión de información y tráfico de comunicaciones, no a desprenderse de la posición orbital asignada al Estado argentino y que la opera a través del ARSAT II.

Eso dado que la misma ley en su artículo 10 dispone que “Cualquier acto o acción que limite, altere, suprima o modifique el destino, disponibilidad, titularidad, dominio o naturaleza de los recursos esenciales y de los recursos asociados de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y de las Telecomunicaciones, definidos en la ley 27.078 ‘Argentina Digital’, que pertenezcan o sean asignados a la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima AR-SAT, requerirá autorización expresa del Honorable Congreso de la Nación.”.

Como fuere, es todo bastante oscuro, y con precedentes como el de la concesión del espacio radioeléctrico a Thales Spectrum, y las posiciones orbitales satelitales de Argentina a Nahuelsat, hay que estar atento porque todo indica que estaríamos en presencia de otro plan para desguazar una empresa gestada y desarrollada por el Estado -que hizo las inversiones del caso-, en beneficio de los negocios de los privados.

O para volver sobre la idea del Estado bobo, que socializa las pérdidas y privatiza los beneficios; como se desprende de los dichos de los funcionarios sobre el desarrollo de la red de fibra óptica; donde al parecer tras un gigantesco esfuerzo de inversión por parte del Estado en los gobiernos de Néstor y Cristina para tender 35.000 kilómetros de cableado de fibra óptica en todo el país para facilitar el acceso a Internet de banda ancha, el gobierno sólo utilizaría 13.000, en aquéllas áreas alejadas donde para los privados no hay interés en invertir, porque no está garantizado el retorno de esa inversión.

El resto de los 35.000 corresponderían a la parte del país donde se ha desarrollado la red de prestadores privados, con los que el Estado no competiría, brindando -por caso- servicios de Internet a la misma o mejor calidad, y menor precio; y privándose de la posibilidad de obtener recursos genuinos para financiar las actividades de ARSAT y -por ejemplo- la construcción y lanzamiento del tercer satélite nacional; y la continuidad del Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035, aprobado precisamente por la Ley 27.208 (verlo completo acá); con su correspondiente financiamiento.

No parece que esa sea precisamente la idea de Aguad y Macri, que hace poco anunciaron la discontinuación del despliegue de la Televisión Digital Abierta (TDA), que también estaba a cargo de ARSAT S.A.; y que al paralizar la construcción del ARSAT III están imposibilitando también que el Estado cuente con una herramienta más para la prestación de servicios de Internet por banda ancha satelital; entre otras aplicaciones.

1 comentario:

  1. Ver también en Página 12, el reportaje a Eduardo Dvorkin, Doctor en Ingeniería, especialista en Mecánica Computacional:

    “Sin el Estado, la innovación va a volver a detenerse”
    (http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-295706-2016-03-30.html)

    Es lo de siempre: el Neoliberalismo sólo tiene reservado para Argentina (y todos los países de Latinoamérica) el papel de productores de commodities primarios. Ciencia y Técnica sobran. Están de más. Son un gasto superfluo.

    ¡NECIOS! Como dijo Jawaharlal Nehru, Primer Ministro de India, después de la Independencia (1947): "Somos demasiado pobres como para darnos el lujo de no invertir en ciencia y técnica”. Por eso hoy India envía sondas a Marte y YA ES un potencia mundial.

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