Las imágenes de apertura son capturas de los diarios de ayer y de hoy, que tomamos al solo título de ejemplo;en tanto dan cuenta de los conflictos laborales en los que están en riesgo puestos de trabajo y que se extienden a todo el país, y todas las actividades; con sus más y sus menos.
Tienen también el valor de que son posteriores al veto de Macri a la ley de emergencia ocupacional (vulgarmente conocida como "ley anti-despidos"), aunque los conflictos se venían gestando desde antes, y ya estaban instalados cuando se discutió la ley. Precisamente por eso se la impulsaba: porque había conflictos, y problemas de empleo.
Puntualización que es imprescindible hacer porque el núcleo duro de los argumentos del veto presidencial (analizados en su momento acá) parten de la base de negar el problema: no tenemos problemas de empleo, o en todo caso no esán en riesgo los puestos de trabajo, y tenemos que ver "como hacemos para crear nuevos empleos genuinos y de calidad".
Si se fijan en el post anterior (en el que pueden acceder al texto del decreto de veto) se hace hincapié incluso en que es bajísima la cantidad de Repro (programa del kirchnerismo por el cual el Estado asiste a las empresas en crisis) que se están ejecutando, o el número de empresas que ingresaron en el procedimiento preventivo de crisis.
Para peor, el cínico ministro de Trabajo les advierte a los empresarios que los Repro serán asignados solo a las empresas "que sean viables", porque en toda economía "hay empresas que mueren y nacen".
Para peor, el cínico ministro de Trabajo les advierte a los empresarios que los Repro serán asignados solo a las empresas "que sean viables", porque en toda economía "hay empresas que mueren y nacen".
Pues bien, los casos que ilustran las imágenes -apenas unos entre tantos que se podrían mencionar- desmienten de plano los argumentos del gobierno: hay suspensiones, hay despidos, los había antes de que siquiera se empezara a discutir la ley (que aunque muchos lo ignoren, también prohibía las suspensiones), y los sigue habiendo luego de que Macri la vetara.
Con mayor razón en éste último caso, pues aunque se aceptara que los problemas de empleo no se resuelven por una ley, se pueden sí agravar por un veto: es claro que los empresarios -que presionaron para que la ley se terminara vetando- han leído ese veto como lo que es, una luz verde del Estado para suspender y despedir personal.
De lo contrario no se entiende tanta oposición a una ley que prohibía suspender y despedir, por parte de gente que juraba y recontajuraba que no pensaba hacer ni una cosa, ni la otra.
Así que en estricta justicia, todas y cada uno de los despidos y suspensiones que vengan de ahora en más (y los que se han venido producidendo desde el veto mismo) podrán tener su origen en una u otra empresa, pero tienen un único, exclusivo y directo responsable: se llama Mauricio Macri, y es el presidente de la república.
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