Por gentileza del amigo Pablo Bolcatto nos llega un estudio del Instituto de Estudios y Capacitación (IEC) de la Conadu, sobre la ejecución del presupuesto de las universidades nacionales al 20 de mayo pasado.
Tal como lo muestra el gráfico de apertura, en los últimos años vino creciendo el financiamiento de las universidades públicas con origen en los recursos del presupuesto nacional, medido en términos de su comparación con el PBI.
Con la llegada al gobierno de "Cambiemos" la cosa cambió drásticamente, y existen varios indicadores para comprobar como se viene dando un proceso progresivo de asfixia presupuestaria de las universidaes.
Lo primero que podemos ver es el ritmo de la ejecución del gasto, en el período considerado de éste año (hasta el 20 de mayo):
Es decir que dentro de un gobierno que viene ajustando por el lado de "pisar" gastos del Estado, las universidades se ven aun más perjudicadas: su ritmo de ejecución de partidas es aun menor que el del promedio del sector público.
Tal como se aclara en el estudio, de los 56.632 millones de pesos de presupuesto asignados al conjunto de las universidades nacionales, un 94 % se maneja a través de transferencias de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), que dirige el ex rector de la UNL Albord Cantard. El resto son transferencias desde los distintos ministerios, destinadas a la ejecución de diferentes programas.
O al menos en teoría: de acuerdo con el estudio, los ministerios de Modernización, Seguridad, Hacienda y Finanzas, Cultura, Comunicaciones, Salud, Medio Ambiente y la Jefatura de Gabinete no transfirieron un centavo hacia las universidades nacionales de los fondos que tienen destinados para ellas en el presupuesto, hasta el 20 de mayo pasado. Y otras 5 carteras (Presidencia, Defensa, Producción, Trabajo y Desarrollo Social) llevan transferidos a esa fecha apenas un 3 % de los fondos asignados.
El siguiente gráfico lo muestra, desagregado por programas y grado de ejecución de las partidas:
De un total de 88 programas que comprenden a las universidades, 59 no tuvieron ni un centavo de ejecución de partidas, y otros 15 tuvieron un ritmo que oscila entre el 0,1 % y el 20 %, transcurridos casi 5 de los 12 meses del ejercicio.
Tal como se puntualiza en el informe, en buena medida esa "sequía" de fondos obedece a la decisión intrumentada por el Decreto 336/16 de Macri, de que todos los convenios de colaboración con universidades nacionales que no se renovaran al 29 de febrero pasado, serían cancelados.
Pero incluso en aquéllos casos en que sí se transfirieron partidas a las universidades (básicamente las que están a cargo de la SPU), las cifras arrojan conclusiones interesantes, como se puede ver en éste otro gráfico:
Lo que se puede ver en esas cifras es que las transferencias de la SPU se limitan casi exclusivamente a los fondos necesarios para pagar los sueldos, y en mucha menor medida, para afrontar los gastos de funcionamiento (por ejemplo el pago de los servicios básicos): el gráfico muestra que en la comparación interanual con el primer trimestre del año pasado, los giros de partidas para afrontar gastos de funcionamiento cayeron un 41 % en términos nominales, cuando todos los servicios aumentaron sideralmente, por decisión del propio gobierno.
Y también queda claro que existe la decisión explícita de no transferir fondos a las universidades, para otra cosa que no sea pagar sueldos: ni desarrollo de maestrías, ni aportes para proyectos de desarrollo, ni siquiera para la conectividad digital.
Pensar que algunos talibanes como Espert le exigen al gobierno que profundice el ajuste.
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