viernes, 19 de agosto de 2016

MAJUL NO TIENE PAZ


(*)
El dictamen del fiscal Gerardo Pollicita contra Cristina Fernández no es uno más: podría ser el principio de una serie que termine con la ex presidenta a las puertas de la cárcel. (¿del lado de afuera o del lado de adentro?) De hecho, Pollicita y su compañero Ignacio Mahiques piensan acusarla de nuevo, dentro de poco, en el marco de la causa Hotesur por los contratos de las habitaciones del hotel Alto Calafate para el personal de Aerolíneas, (oia, lo mismo que hizo Marcos Peña con la empresa de un pariente, avísales así arman otra denuncia al toque seguro) y probablemente antes de fin de año la indaguen otra vez, y eventualmente la procesen, como la jefa de una asociación ilícita. (“probablemente”, “eventualmente” alguna vez tirés un dato concreto y cierto de algo que haya pasado, y no una conjetura de lo que quizás tal vez a lo mejor podría pasar) No es una pena cualquiera. (sobre todo porque no es una pena, sino un delito) Se trata de un delito que, en principio y dependiendo de su situación procesal en otras causas, no sería excarcelable. (la excarcelación no tiene nada que ver con su situación en otras causas, sino con la pena del delito, asno)
Cristina Fernández, por supuesto, no ignora la tormenta perfecta que se cierne sobre ella. (perfecta pero “probable” y “eventual”) El grupo de abogados que la defiende trabaja contra reloj para obtener la nulidad de varias causas y al mismo tiempo esconder el dinero de su patrimonio (se les va a complicar porque está inhibida por Bonadío, o sea que no puede hacer nada con sus bienes, ni siquiera “esconderlos”) que la ex jefa del Estado habría cedido de manera fraudulenta a sus hijos, Máximo y Florencia, en el marco del embargo (fraudulenta un choto Majul, se los adjudicaron en el juicio sucesorio de Kirchner, infórmate un poco) y la inhibición de bienes que dispuso el juez Claudio Bonadio. (que no hubiera podido disponer si -como decís- “escondiera” su patrimonio. En las declaraciones juradas, lo escondió) La denominada "insolvencia fraudulenta", (un bolazo atómico de Stolbizer, que vos repetís sin saber de que estás hablando) los múltiples intentos de recusación contra los jueces que la investigan con argumentos y evidencias en la mano, (¿las investigaciones o las recusaciones son con argumentos y evidencias, Luis? firmá un armisticio con la sintaxis) la catarata de tuits y las largas y egocéntricas cartas en Facebook (hola, Juan Carr, la encarnación de la humildad) son sólo la parte pública de su defensa desesperada. La otra, como se está empezando a ver con claridad, es su liderazgo evidente (¿por, en qué evidencia te basás para decir que es evidente, “periodista de investigación?) como la responsable de la conspiración que opera para amargarle la vida al presidente Mauricio Macri (eso es más fácil: los responsables son los ministros y funcionarios del gobierno) y así lograr el objetivo de que llegue a las elecciones de medio término con la lengua afuera. O para decirlo de una manera más clara y sencilla: para convertirlo en un líder débil, Fernando de la Rúa, (otro que hasta el día de hoy sigue sosteniendo que hizo un gobierno bárbaro, pero lo tumbaron por una conspiración en su contra) con el fin de erigirse, al final del camino, como la jefa de la oposición y eventual sucesora en un contexto de crisis económica y social y de violencia política. (y de elecciones, que es como se llega al gobierno en democracia, Luis. Igual, te fuiste al pasto hilvanando conjeturas, o Cristina es tan superpoderosa que puede causar ella solita una crisis)
A la violencia política no hace falta pronosticarla. (como que no: pregúntale a Carrió, que está en el ramo de los pronósticos de violencia desde el 2002 por lo menos) Está sucediendo. Los piedrazos en la camioneta de Macri, (que no hubo) el viernes pasado, en un barrio carenciado de Mar del Plata, el cronograma de agresiones in situ programadas que aparece en el sitio Resistiendo con Aguante, (¿qué está haciendo Pato Bullrich que no actúa, como con los tuiteros?) las declaraciones de Hebe de Bonafini (¿cuáles Luis, cuando rechazó el intento de meterla presa, cuando da recetas de cocina?) y de Fernando Esteche, (un referente insoslayable, un auténtico líder de opinión) entre otros, y las bravuconadas de Guillermo Moreno suenan como tambores de guerra para una parte de la militancia. (metéme todo junto, hacé una ensalada y cargásela a Cristina, dále) La pasividad zen del Ministerio de Seguridad no es responsabilidad de Patricia Bullrich. (pregúntale a los jubilados que protestaban en el puente Pueyrredón como es “la pasividad zen” del Ministerio de Seguridad) Es producto de la orden política que emana del propio Macri. (¿cagar a palos a jubilados y mojarlos con el camión hidrante es orden de Macri? Cuidado Luis, hay cosas que se cuentan para no ser contadas) El Presidente no quiere pisar el palito ante las "maniobras de provocación". Tampoco desea salir en los diarios por haber "reprimido" a un par de "loquitos" que "tiraron un ladrillo y cuatro piedras". (sobre todo porque pasó una semana y no pudieron encontrar ni los ladrillos, ni las piedras, ni los cuatro loquitos. Igual, decíle que no se preocupe: si reprime Clarín titula que hubo empujones, y listo) Sin embargo, hay un margen imperceptible entre la paciencia y la debilidad política. (¿estás pidiendo leña Luis? que feo) ¿Qué les habría pasado en cualquier país civilizado a quienes arrojaran piedras y cascotes a un jefe de Estado? (¿se habrían sacado las ganas?) Estarían detenidos y nadie habría puesto el grito en el cielo por eso, sería el estricto cumplimiento de la ley. (exacto, pero como acá no hubo cascotes ni piedras ni prueba alguna de que los haya habido no hay nadie detenido, lo cual es -mirá vos lo que son las coincidencias- “el estricto cumplimiento de la ley”)
Algo parecido, aunque de otra naturaleza, está sucediendo con los aumentos de las boletas de luz y de gas. (¿es parecido o de otra naturaleza Luis? no te reconciliaste con la sintaxis y ya te estás peleando con la lógica. ¿A Lorenzetti le tiraron cascotazos, qué catzo quisiste decir?) Hoy la Corte Suprema, en un fallo unánime para algunos aspectos y muy discutido para otros, terminó (al momento de escribir estas gansadas no se conocía el fallo Luis, ¿vos lo viste antes, te consultaron o simplemente se trata de un fallido o de tus habituales choques frontales contra el castellano, en éste caso en el uso de los tiempos verbales?) conciliando la facultad del Poder Ejecutivo para fijar las tarifas con el derecho de los consumidores a pagar un valor razonable y el cumplimiento de los procedimientos legales previos, antes de tomar la decisión. La pregunta es por qué el Gobierno no concientizó antes a la opinión pública sobre los verdaderos alcances de los incrementos. (y por qué no hizo las audiencias públicas, y por qué triplicó el precio del gas en boca de pozo, y por qué Macri nombró a Aranguren. Son un montón de preguntas Luis, claro que de la mayoría ya se saben las respuestas) Cerca del ala política del Presidente, aseguran que no querían hacer hincapié en la bomba de tiempo del sistema energético que les dejó el anterior gobierno, (claro, porque hasta acá jamás hablaron de “la pesada herencia recibida” nunca, ni le echaron la culpa de nada al gobierno anterior) para no pelearse con los gobernadores y los diputados y senadores peronistas. (que como sabemos, están desesperados por defender al gobierno de Cristina, y se enojan muchísimo cuando lo atacan) Sin embargo, terminaron señalando a Julio De Vido como el responsable del déficit energético. (o sea que no hablaron del tema, pero sí. Clarísimo)
Hombres que manejan la comunicación oficial (Marcos Peña, y donde dice “comunicación” léase “pauta”) explicaron que la carencia de explicaciones formó parte de la estrategia de no dar malas noticias antes de tiempo, (cagarnos a todos de sorpresa, digamos) cuando el Gobierno recién había asumido. (y antes menos, porque si no pasaba como en los 90’, cuando uno dijo “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”) El grupo de los técnicos, en el que se encuentran el ministro Juan José Aranguren y los vicejefes de gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, (¿técnicos como Caruso Lombardi, onda vendedores de humo?) nunca dudó en aumentar lo máximo posible y de una sola vez. (el famoso “gradualismo” del que tanto habla Mau) Apostaron a que la bronca duraría sólo un par de semanas. (en realidad lo que estaría durando dos semanas es el sueldo, te cuento) Lo que no es aleatorio (¿y qué es lo que sí es aleatorio si hasta ahora no hablaste de nada aleatorio, sabés lo que significa “aleatorio”?) es por qué tardaron tanto en explicar, por ejemplo, que entre el 75 y el 85% de los usuarios ya pagó las facturas de mayo y de junio (raro porque en la mayor parte del país se suspendieron los aumentos porque llovieron cautelares) y que más del 70% de las tarifas de gas y de luz de julio no supera los 500 pesos. (en todo caso será de las facturas, no de las tarifas, animal. ¿Lo de las dos pizzas ya fue, ahora medimos todo en yaguaretés?) Lopetegui me dijo que el 30% de los clientes ya estaba abonando la tarifa social. ¿Quiere decir que todo este alboroto se reduce a un muy bajo porcentaje de usuarios (el 70 % restante) que están pagando cifras exorbitantes e injustificadas y que se podría remediar más temprano que tarde? (si te cagás de frío en invierno porque no podés pagar el gas, más temprano que tarde te podés morir, y ahí no hay remedio) Si fuera así, (¿cómo “si fuera”, Luis? es o no es, investigá y llegá a una conclusión, dále, vos podés) la crítica a la administración debería ser más dura todavía: porque le regalaron a la oposición, y en especial a los "sectarios" del Frente para la Victoria, la posibilidad de generar la percepción de que Macri gobierna para los ricos y experimenta cierto placer en perjudicar a los pobres. (O sea que la “fuerte crítica” al gobierno no sería que gobierne como el culo, sino que le dé argumentos a la oposición -en rigor, al kirchnerismo, porque el resto de la oposición...no es oposición- para decir lo que todo el mundo sabe, y cualquiera que no sea un infradotado como vos advierte: es un gobierno de garcas, que gobierna para los garcas, que por regla general son garcas -justamente- porque perjudican a los pobres)

Algunos analistas tradicionales (¿hay reposteros también, como el dulce de leche?) sostienen que ni el Presidente ni el Gobierno se deberían "victimizar" por las escaramuzas callejeras que lo (acá va plural, estás hablando de dos: el presidente y el gobierno) tuvieron como blanco. Al contrario, me parece que lo que no se debería subestimar es el objetivo de Cristina y sus seguidores más fanatizados. (fundá una “Asociación de Amigos de Funcionarios Víctimas de Agresiones” o un club de fans de escrachados entonces Luis, es lo único que te falta) Ella sabe, y lo sugirió más de una vez, que si la inflación baja, la economía repunta y Cambiemos gana las elecciones de medio término, (y si el gordo etíope le gana los 100 metros libres a Michael Phelps, ponéle) el año que viene, no sólo Macri podría aspirar a la reelección. (¿quién más Luis? Porque a los intendentes del conurbano se la acaban de prohibir) Además su futuro y el de sus hijos podría transformarse en una pesadilla. Por eso está tan interesada en no dejar que Macri gobierne en paz.(¿vos decís entonces que la justicia fallaría en las causas no teniendo en cuenta las pruebas de los expedientes sino el resultado de las elecciones? es gravísimo Luis, deberías denunciarlo a la justicia. Ah, no, pará...)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá

3 comentarios:

  1. CADA VEZ ESTÁ PEOR... DE BESTIA!!!!! (bueno, hace juego con MM)

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  2. Cagatinta mayor del gobierno ($ 15.000.000)

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  3. Che, la lapidacion en estos lares no existe? Pork este tipo es candidato..

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