(*)
“El dictamen del fiscal Gerardo Pollicita contra Cristina
Fernández no es uno más: podría ser el principio de una serie que termine con
la ex presidenta a las puertas de la cárcel. (¿del lado de afuera o del lado
de adentro?) De hecho, Pollicita y su compañero Ignacio Mahiques piensan
acusarla de nuevo, dentro de poco, en el marco de la causa Hotesur por los
contratos de las habitaciones del hotel Alto Calafate para el personal de
Aerolíneas, (oia, lo mismo que hizo Marcos Peña con la empresa de un pariente,
avísales así arman otra denuncia al toque seguro) y probablemente antes de
fin de año la indaguen otra vez, y eventualmente la procesen, como la jefa de
una asociación ilícita. (“probablemente”, “eventualmente” alguna vez tirés
un dato concreto y cierto de algo que haya pasado, y no una conjetura de lo que
quizás tal vez a lo mejor podría pasar) No es una pena cualquiera. (sobre
todo porque no es una pena, sino un delito) Se trata de un delito que, en
principio y dependiendo de su situación procesal en otras causas, no sería
excarcelable. (la excarcelación no tiene nada que ver con su situación en
otras causas, sino con la pena del delito, asno)
Cristina
Fernández, por supuesto, no ignora la tormenta perfecta que se cierne sobre
ella. (perfecta pero “probable” y “eventual”) El grupo de abogados que
la defiende trabaja contra reloj para obtener la nulidad de varias causas y al
mismo tiempo esconder el dinero de su patrimonio (se les va a complicar
porque está inhibida por Bonadío, o sea que no puede hacer nada con sus bienes,
ni siquiera “esconderlos”) que la ex jefa del Estado habría cedido de
manera fraudulenta a sus hijos, Máximo y Florencia, en el marco del embargo (fraudulenta
un choto Majul, se los adjudicaron en el juicio sucesorio de Kirchner, infórmate
un poco) y la inhibición de bienes que dispuso el juez Claudio Bonadio. (que
no hubiera podido disponer si -como decís- “escondiera” su patrimonio. En las
declaraciones juradas, lo escondió) La denominada "insolvencia
fraudulenta", (un bolazo atómico de Stolbizer, que vos repetís sin
saber de que estás hablando) los múltiples intentos de recusación contra
los jueces que la investigan con argumentos y evidencias en la mano, (¿las
investigaciones o las recusaciones son con argumentos y evidencias, Luis? firmá
un armisticio con la sintaxis) la catarata de tuits y las largas y
egocéntricas cartas en Facebook (hola, Juan Carr, la encarnación de la
humildad) son sólo la parte pública de su defensa desesperada. La otra,
como se está empezando a ver con claridad, es su liderazgo evidente (¿por,
en qué evidencia te basás para decir que es evidente, “periodista de
investigación?) como la responsable de la conspiración que opera para
amargarle la vida al presidente Mauricio Macri (eso es más fácil: los
responsables son los ministros y funcionarios del gobierno) y así lograr el
objetivo de que llegue a las elecciones de medio término con la lengua afuera.
O para decirlo de una manera más clara y sencilla: para convertirlo en un líder
débil, Fernando de la Rúa, (otro que hasta el día de hoy sigue sosteniendo
que hizo un gobierno bárbaro, pero lo tumbaron por una conspiración en su
contra) con el fin de erigirse, al final del camino, como la jefa de la
oposición y eventual sucesora en un contexto de crisis económica y social y de
violencia política. (y de elecciones, que es como se llega al gobierno en
democracia, Luis. Igual, te fuiste al pasto hilvanando conjeturas, o Cristina
es tan superpoderosa que puede causar ella solita una crisis)
A
la violencia política no hace falta pronosticarla. (como que no: pregúntale
a Carrió, que está en el ramo de los pronósticos de violencia desde el 2002 por
lo menos) Está sucediendo. Los piedrazos en la camioneta de Macri, (que
no hubo) el viernes pasado, en un barrio carenciado de Mar del Plata, el
cronograma de agresiones in situ programadas que aparece en el sitio
Resistiendo con Aguante, (¿qué está haciendo Pato Bullrich que no actúa,
como con los tuiteros?) las declaraciones de Hebe de Bonafini (¿cuáles
Luis, cuando rechazó el intento de meterla presa, cuando da recetas de cocina?)
y de Fernando Esteche, (un referente insoslayable, un auténtico líder de
opinión) entre otros, y las bravuconadas de Guillermo Moreno suenan como
tambores de guerra para una parte de la militancia. (metéme todo junto, hacé
una ensalada y cargásela a Cristina, dále) La pasividad zen del Ministerio
de Seguridad no es responsabilidad de Patricia Bullrich. (pregúntale a los
jubilados que protestaban en el puente Pueyrredón como es “la pasividad zen”
del Ministerio de Seguridad) Es producto de la orden política que emana del
propio Macri. (¿cagar a palos a jubilados y mojarlos con el camión hidrante
es orden de Macri? Cuidado Luis, hay cosas que se cuentan para no ser contadas)
El Presidente no quiere pisar el palito ante las "maniobras de
provocación". Tampoco desea salir en los diarios por haber
"reprimido" a un par de "loquitos" que "tiraron un
ladrillo y cuatro piedras". (sobre todo porque pasó una semana y no
pudieron encontrar ni los ladrillos, ni las piedras, ni los cuatro loquitos.
Igual, decíle que no se preocupe: si reprime Clarín titula que hubo empujones,
y listo) Sin embargo, hay un margen imperceptible entre la paciencia y la
debilidad política. (¿estás pidiendo leña Luis? que feo) ¿Qué les habría
pasado en cualquier país civilizado a quienes arrojaran piedras y cascotes a un
jefe de Estado? (¿se habrían sacado las ganas?) Estarían detenidos y
nadie habría puesto el grito en el cielo por eso, sería el estricto
cumplimiento de la ley. (exacto, pero como acá no hubo cascotes ni piedras
ni prueba alguna de que los haya habido no hay nadie detenido, lo cual es -mirá
vos lo que son las coincidencias- “el estricto cumplimiento de la ley”)
Algo
parecido, aunque de otra naturaleza, está sucediendo con los aumentos de las
boletas de luz y de gas. (¿es parecido o de otra naturaleza Luis? no te
reconciliaste con la sintaxis y ya te estás peleando con la lógica. ¿A
Lorenzetti le tiraron cascotazos, qué catzo quisiste decir?) Hoy la Corte
Suprema, en un fallo unánime para algunos aspectos y muy discutido para otros,
terminó (al momento de escribir estas gansadas no se conocía el fallo Luis,
¿vos lo viste antes, te consultaron o simplemente se trata de un fallido o de
tus habituales choques frontales contra el castellano, en éste caso en el uso
de los tiempos verbales?) conciliando la facultad del Poder Ejecutivo para
fijar las tarifas con el derecho de los consumidores a pagar un valor razonable
y el cumplimiento de los procedimientos legales previos, antes de tomar la
decisión. La pregunta es por qué el Gobierno no concientizó antes a la opinión
pública sobre los verdaderos alcances de los incrementos. (y por qué no hizo
las audiencias públicas, y por qué triplicó el precio del gas en boca de pozo,
y por qué Macri nombró a Aranguren. Son un montón de preguntas Luis, claro que
de la mayoría ya se saben las respuestas) Cerca del ala política del
Presidente, aseguran que no querían hacer hincapié en la bomba de tiempo del
sistema energético que les dejó el anterior gobierno, (claro, porque hasta
acá jamás hablaron de “la pesada herencia recibida” nunca, ni le echaron la
culpa de nada al gobierno anterior) para no pelearse con los gobernadores y
los diputados y senadores peronistas. (que como sabemos, están desesperados por
defender al gobierno de Cristina, y se enojan muchísimo cuando lo atacan) Sin
embargo, terminaron señalando a Julio De Vido como el responsable del déficit
energético. (o sea que no hablaron del tema, pero sí. Clarísimo)
Hombres que manejan la comunicación
oficial (Marcos Peña, y donde dice “comunicación” léase “pauta”) explicaron
que la carencia de explicaciones formó parte de la estrategia de no dar malas
noticias antes de tiempo, (cagarnos a todos de sorpresa, digamos) cuando
el Gobierno recién había asumido. (y antes menos, porque si no pasaba como
en los 90’ ,
cuando uno dijo “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”) El grupo
de los técnicos, en el que se encuentran el ministro Juan José Aranguren y los
vicejefes de gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, (¿técnicos como
Caruso Lombardi, onda vendedores de humo?) nunca dudó en aumentar lo máximo
posible y de una sola vez. (el famoso “gradualismo” del que tanto habla Mau)
Apostaron a que la bronca duraría sólo un par de semanas. (en realidad
lo que estaría durando dos semanas es el sueldo, te cuento) Lo que no es
aleatorio (¿y qué es lo que sí es aleatorio si hasta ahora no hablaste de
nada aleatorio, sabés lo que significa “aleatorio”?) es por qué tardaron
tanto en explicar, por ejemplo, que entre el 75 y el 85% de los usuarios ya
pagó las facturas de mayo y de junio (raro porque en la mayor parte del país
se suspendieron los aumentos porque llovieron cautelares) y que más del 70%
de las tarifas de gas y de luz de julio no supera los 500 pesos. (en todo
caso será de las facturas, no de las tarifas, animal. ¿Lo de las dos pizzas ya
fue, ahora medimos todo en yaguaretés?) Lopetegui me dijo que el 30% de los
clientes ya estaba abonando la tarifa social. ¿Quiere decir que todo este
alboroto se reduce a un muy bajo porcentaje de usuarios (el 70 % restante) que
están pagando cifras exorbitantes e injustificadas y que se podría remediar más
temprano que tarde? (si te cagás de frío en invierno porque no podés pagar
el gas, más temprano que tarde te podés morir, y ahí no hay remedio) Si
fuera así, (¿cómo “si fuera”, Luis? es o no es, investigá y llegá a una
conclusión, dále, vos podés) la crítica a la administración debería ser más
dura todavía: porque le regalaron a la oposición, y en especial a los "sectarios"
del Frente para la Victoria, la posibilidad de generar la percepción de que
Macri gobierna para los ricos y experimenta cierto placer en perjudicar a los
pobres. (O sea que la “fuerte crítica” al gobierno no sería que gobierne
como el culo, sino que le dé argumentos a la oposición -en rigor, al
kirchnerismo, porque el resto de la oposición...no es oposición- para decir lo
que todo el mundo sabe, y cualquiera que no sea un infradotado como vos
advierte: es un gobierno de garcas, que gobierna para los garcas, que por regla
general son garcas -justamente- porque perjudican a los pobres)
Algunos analistas
tradicionales (¿hay reposteros también, como el dulce de leche?) sostienen
que ni el Presidente ni el Gobierno se deberían "victimizar" por las
escaramuzas callejeras que lo (acá va plural, estás hablando de dos: el
presidente y el gobierno) tuvieron como blanco. Al contrario, me parece que
lo que no se debería subestimar es el objetivo de Cristina y sus seguidores más
fanatizados. (fundá una “Asociación de Amigos de Funcionarios Víctimas de
Agresiones” o un club de fans de escrachados entonces Luis, es lo único que te
falta) Ella sabe, y lo sugirió más de una vez, que si la inflación baja, la
economía repunta y Cambiemos gana las elecciones de medio término, (y si el
gordo etíope le gana los 100
metros libres a Michael Phelps, ponéle) el año que
viene, no sólo Macri podría aspirar a la reelección. (¿quién más Luis?
Porque a los intendentes del conurbano se la acaban de prohibir) Además su
futuro y el de sus hijos podría transformarse en una pesadilla. Por eso está
tan interesada en no dejar que Macri gobierne en paz.” (¿vos
decís entonces que la justicia fallaría en las causas no teniendo en cuenta las
pruebas de los expedientes sino el resultado de las elecciones? es gravísimo
Luis, deberías denunciarlo a la justicia. Ah, no, pará...)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
CADA VEZ ESTÁ PEOR... DE BESTIA!!!!! (bueno, hace juego con MM)
ResponderEliminarCagatinta mayor del gobierno ($ 15.000.000)
ResponderEliminarChe, la lapidacion en estos lares no existe? Pork este tipo es candidato..
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