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La que pasó fue una mala
semana para Mauricio Macri. (Por fin le tocó una a él, nosotros llevamos
unas cincuenta malas, desde que asumió y por su culpa) No solo porque
perdió la candidata a presidenta de los Estados Unidos por la que apostó, de
manera ostensible, tanto él, como su canciller, Susana Malcorra, y el embajador
de los Estados Unidos, Martín Lousteau. (Si lo que querían era ganar una
apuesta, le tendrían que haber preguntado a Angelicci, que es el que maneja el
ramo) También porque empezó a registrar, quizá como nunca antes, (o sea
que hasta ahora no le entraban las balas) que desde el mismo núcleo duro de
la gente que lo votó se está teniendo la percepción de que no viene dando
"pie con bola" (o sea no pega una, digamos) para lograr una
baja de inflación de manera definitiva con el consiguiente crecimiento de la
economía y el consumo que él mismo había pronosticado para el segundo semestre.
(habría que aconsejarle entonces que no haga más apuestas ni pronósticos,
que aprenda de la experiencia de Carrió, que nunca pega una tampoco)
Todavía las encuestas le
sonríen. (claro, porque les dibujan una sonrisa, abajo de los números
también dibujados) Todavía, la mayoría de los argentinos sigue considerando
que la responsabilidad por lo que sucede ahora en materia económica y social
tiene más que ver con la herencia recibida que con la gestión que no cumplió un
año entero. (claro, la herencia recibida de desempleo, recesión, tarifas e
inflación duplicada en un año. Por eso Scioli estuvo a un puñado de votos de
ganar) Todavía le juega a favor más el deseo de más de la mitad de los
votantes, quienes reclaman que las causas que atormentan a la ex presidenta se
aceleren y los jueces dictaminen la correspondiente condena, incluida la
devolución del dinero que los fiscales dicen que se robó. (ponéle que eso
sea cierto y se cumpla: ¿en qué cambiaría el hecho de que el gobierno no da pie
con bola, y la economía anda como el culo?)
¿Pero cuánto puede durar
esta paciencia si la economía no empieza a crecer de una vez por todas? (eso
eh ¿cuánto?) Desde diciembre del año
pasado, la administración nacional cometió unos cuántos errores no forzados. (Unos
dos mil o tres mil digamos, menos mal que no juegan al tenis) Quizá el más
grande fue no diagnosticar la magnitud de la crisis que heredó. (claro,
porque jamás hablaron en ningún momento de “la pesada herencia recibida”) Y
tal vez el segundo gran error fue no ponerlo sobre la mesa de la opinión
pública desde el principio, (exacto, algo así como echarle la culpa al
kirchnerismo de todo lo que anda mal, o de las medidas impopulares que se
vieron obligados a tomar, porque ellos no querían) por temor a que la
"mala onda" interrumpiera el arranque del supuesto círculo virtuoso.
(¿vos te das cuenta que la teoría ésta ya está gastada antes de abrir la boca
para empezar a esbozarla, no?)
Pero las buenas noticias
reales, las que tienen que ver con la economía de todos los días, jamás
comenzaron. (¿en serio Luis, y la “reparación histórica” y la devolución del
IVA a los jubilados, y la “cobertura universal de salud”, y el blanqueo, no
fueron exitazos vos decís? Dolor Marcos Preña) Y encima el Gobierno perdió
la gran oportunidad de decir, en el momento en que los argentinos estaban más
dispuestos a escuchar, cuáles están siendo las verdaderas consecuencias del
populismo económico que el kirchnerismo nos legó. (en serio Luis ¿no hay
otro argumento aparte de ése? Porque o sea, ya está, ya pasó, hay que rascar el
fondo de la olla para encontrar otro o la realidad se los lleva puesto) Ahora
todos nos estamos enterando que a la gran fiesta de los últimos años los
argentinos la tendremos que pagar en cuotas. (¿vos decís entonces que
vivíamos de fiesta, no es que hay un 32 % de pobreza Luis? se te va a enojar
Todesca) Y en muchas cuotas. (Claro, por eso hablan de lanzar el “Ahora 18” , aunque en realidad
eliminaron la Argenta, o sea que los jubilados se quedan afuera) Que es
insuficiente un cambio de clima político para traer inversiones de la noche a
la mañana. (Falló el pronóstico de lluvia de inversiones, habría que rajar a
alguno en el Servicio Meteorológico entonces) Y que la decisión de
diferenciarse de la administración anterior y no presentar un relato (claro,
porque no hay manuales para salir a timbrear, ni papers a los funcionarios para
que sepan lo que tienen que decir en los medios, ni nada de eso. Dále, Majul) puede
estar muy buena para algunos integrantes del equipo de comunicación, pero
contiene varias desventajas. (¿o sea que ahora está bueno tener un “relato”,
aunque no se condiga con la realidad? Como cambian los tiempos, Luis)
La primera: la pérdida del
dominio de la agenda pública, algo a lo que ningún gobierno del mundo renuncia
de manera voluntaria. Dos: la pérdida de capital político simbólico, (capaz
que más importante que las dos sea perder las elecciones y perder el poder,
pero bueno, ponéle) algo que, por ejemplo, a la gobernadora de la
provincia, María Eugenia Vidal, le sobra, porque una buena parte de la sociedad
valora su intención de luchar contra las mafias enquistadas en el territorio,
como el narcotráfico, la corrupción policial y el juego clandestino. (Claro,
por supuesto: Heidi contra los supermalos, en todos los cines de barrio) En
cambio Macri no aparece luchando, en principio, contra nadie. (Depende:
puede ser contra la sintaxis, el reloj despertador, las obligaciones del cargo,
su pereza congénita. No creas, el pobre tiene varios frentes de combate
abierto) Más bien es percibido como ingeniero hacedor (Hacedor de
cagadas, porque “no d pie con bola”, según vos mismo dijiste más arriba) que,
de alguna manera, se las debería ingeniar (ah, por eso es “ingeniero”, que
ingenioso) para encontrar soluciones a los principales problemas de la
Argentina. (Sí, más que nada porque además de ingeniero es presidente, y
para eso lo votaron ¿no?)
Sus asesores festejaron las
últimas respuestas cualitativas, (¿respuestas de quién, a qué preguntas
Luis? como se nota que no dan pie con bola: ya festejan cualquier cosa) porque
ya casi nadie supone que Macri podría terminar como Fernando De la Rúa. (Es
verdad: hay quienes piensan que podría ser peor. Aunque pensándolo bien son
distintos: Macri acaba de eliminar el helipuerto de la Rosada. ¿Se escapará en
un drone, llegado el caso?) Pero se siguen lamentado por no poder evitar
que un porcentaje considerable siga viendo al Presidente como un líder que
gobierna para los ricos. (Un 98 %, sin proyectar indecisos, más o menos.
Igual, podrían probar haciendo algo para disuadirlos, que se yo, por
experimentar algo nuevo digamos)
Por otra parte, si alguien
que se supone capaz de cambiar las cosas para bien (¿quién lo supone,
Majul?) se demora tanto (¿pintó la ansiedad ahora?) ¿no está
corriendo Macri el riesgo de neutralizar una de sus principales cualidades
vistas como positivas? (¿cuál, Luis, la de hacer cosas no dando pie con
bola, la de demorarse tanto?) "No entiendo por qué la gente sigue
considerando que gobierno para los ricos si me llevo mejor con los
representantes de los trabajadores que con los empresarios, la gente del mundo
desde donde vengo", suele repetir Macri con las encuestas en la mano. (porque
la misma gente se da cuenta que los “representantes de los trabajadores” con
los que se lleva bien son empresarios ricos, en parte por los acuerdos que
tejen con él: obras sociales, Moyano, OCA, su ruta)
El problema es que sus
asesores no le dan las respuestas adecuadas. (Ahí está: como ya pasó el
tiempo de echarle la culpa al kirchnerismo, ahora hay que decir que está
rodeado de boludos...elegidos por él) Porque las respuesta adecuada
significa (o singular o plural, Luis, elegí, las dos juntas es jeringoso) que
el jefe de Estado debería ser mucho más duro con los empresarios que aumentan
los precios de manera injustificada (es que los asesores son los dueños de
esas empresas Luis, por eso no le dan “esa” respuesta) y dotar de mejores
herramientas a los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas que de
verdad mueven la aguja en la economía real del país. (¿vos decís hacer algo
así como kirchnerismo, apostando a los salarios y el mercado interno en lugar
de la inversión extranjera?)
Porque la respuesta
necesaria es que así como los enemigos de Vidal están bien definidos y se los
identifica como malos, (los súpermalos, Luis) los de Macri deberían ser
los hombres de negocios ricos con empresas poco competitivas. (Claro, el
tipo se va a pelear con su gabinete, su propia clase, buena parte de sus
votantes, sus socios de años en los negocios y los que le pusieron la tutuca en
la campaña. No podés ser tan pelotudo, Majul, tomáte un año sabático) "No
te digo que pongamos a un (Guillermo) Moreno, con un revolver sobre la mesa,
para empezar a conversar sobre precios, salarios y competitividad. (No, pero
de vez en cuando no estaría mal ¿no? ¿Otro acto fallido de reivindicación del
kirchnerismo, Luis? deberías charlarlo con el analista) Lo que sugiero (¿quién
los sugiere Majul, vos, Macri, el amigo invisible? Sacás y ponés comillas y no
se entiende un choto al final) es que, la gente que está ahí, en nuestro
gobierno, negociando, viene del palo de las empresas, sus hijos se encuentran
con los hijos de la gente a la que tiene que controlar en el colegio, las
fiestas y los cócteles. ¿Cómo la opinión pública no va a percibir cierta
condescendencia y cercanía con los que están arriba de la pirámide
social?", (O sea, son garcas, vienen de familias, garcas, se relacionan
socialmente con garcas, viven como garcas ¿cómo la gente no va a pensar que es
un gobierno de garcas?) comentó esta semana un dirigente de la primera hora
de PRO, (ah, acá cerraste las comillas y medio que algo se entendió) pero
que tiene tanta calle como cualquier intendente peronista del conurbano. ¿Caputo
o Calcaterra? Porque los dos si no tienen calle, la construyen y listo) ¿Macri
está pensando en algún cambio de gabinete? No. El Presidente quiere llegar a
fin de año con toda la planilla de objetivos suficientemente analizada. (¿el
famosos Excel de Aranguren?) Conversará con las estrellas de su equipo
económico (¿estrellas, Luis? si más arriba dijiste que no dan pie con bola,
ponéte de acuerdo che) largo y tendido (¿en la cama, en un sofá?) sobre
porqué los brotes verdes están tardando tanto tiempo en transformarse en algo
más real. (¿Cuáles brotes, Luis, los del cemento por ejemplo?)
Preguntará por el déficit,
por la tasa de interés y las causas profundas que están impidiendo el
crecimiento del consumo. (Y como se hacen los bebés, o para poner el morrón
adentro de las aceitunas rellenas, porque es curioso el hombre) Se meterá
en el detalle de cada una de las grandes obras que se anunciaron. (Sobre todo
para asegurarse que las que les tocaron a Caputo y Calcaterra no estén paradas,
digamos) Repetirá que prefiere ministros y secretarios que se equivoquen
pero hagan. (¿Aunque no den pie con bola?) Y, finalmente, con los
números, los argumentos y las excusas en la mano, (Eso es lo más importante:
siempre tener buenas excusas a mano, cuando todo falla) hará los cambios
que deba hacer, pensando en las elecciones del año que viene. (Sensacional
revelación Luis, lo que es tener fuentes privilegiadas)
"La tendencia firme de
crecimiento de la economía se producirá un par de meses antes de las
legislativas, antes no", explicó un secretario de una de las áreas más
importantes de la economía. (O sea en el segundo semestre...de nunca) No
parece una excelente noticia. (Sobre todo porque siguen diciendo que a fin
de año empezamos a repuntar, y que ya dejamos de caer) Macri soñaba con
levantar la copa de la esperanza cierta de que las cosas van a estar mejor
antes de fin de año, (Más que soñar, lo acaba de decir: “vamos a tener un
diciembre tranquilo” dijo) cuando la gente se toma el tiempo (Y la
sidra, y el clericó, y el vino, y el agua de los floreros) para pensar y
hacer el balance correspondiente.
Las negritas son nuestras, el original acá.
MAJULO DEJA DE CURRAR CON EL DINERO DE LOS CONTRIBUYENTES CHORIZOPLANEROOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMAJULO SI TE RAJAS ANTE DEL NAUFRAGIO, A LO MEJOR TE AHORRAS QUE TE PERSIGA LA INTERPOOLO.