Tal como daban cuenta varios medios ayer, se publicó en el Boletín Oficial (completa acá) la Resolución 24/17 del Secretario de Comercio Miguel Braun, derogando tres resoluciones anteriores de Guillermo Moreno y Agusto Costa, relativas a la comercialización del trigo.
Por las resoluciones derogadas se establecía (con base en la ley de abastecimiento) "...la obligación de los distintos sectores intervinientes en los procesos productivos de trigo pan, condición estándar y harina para panificación derivada del mismo, de ejecutar las acciones comerciales tendientes a proveer adecuadamente al mercado interno."; creando un registro de oferta de trigo disponible para la comercialización, y otro registro de la demanda en el mercado interno y exterior.
Luego de asegurada la provisión del mercado interno, se fijaban los cupos disponibles para la exportación con los sobrantes.
Acorde con los planteos de las entidades de la Mesa de Enlace que sostuvieron durante años que las medidas de intervención en el mercado del trigo desalentaban la producción, el gobierno de Macri terminó con las ROE, al tiempo que devaluaba la moneda y eliminaba las retenciones a las exportaciones del cereal; lo que lógicamente supuso un incremento sustancial de la rentabilidad de los grandes grupos exportadores (que habrá que ver en que medida se trasladó de pleno a los productores); y un aumento del producto para el mercado interno, y por carácter transitivo a la harina y sus derivados como el pan, los fideos, las galletitas, etc.
La resolución de Braun no se explaya demasiado en explicaciones sobre los motivos por los cuales se desregula por completo el mercado del trigo, toda vez que al eliminar las retenciones ya se acoplaron los precios internos con los internacionales.
Simplemente se señala que "...lejos de haber alcanzado los objetivos planteados, las resoluciones referidas demostraron ser ineficaces para corregir las distorsiones que, a la fecha de su dictado, afectaban la fluidez de la oferta y la demanda de trigo y sus derivados." y que "...tales medidas desalentaron la producción de trigo y provocaron el desplazamiento de los productores hacia otros cultivos, generando escasez y el consecuente efecto inverso al deseado en los precios internos de dicho producto y sus derivados."
Respecto a éste último argumento, tomemos nota de que el propio gobierno acaba de inaugurar el año con otra rebaja de cinco puntos en las retenciones a la soja, con lo cual está induciendo "el desplazamiento de los productores hacia otros cultivos"; y también de que como veíamos acá y en contra del discurso del "campo" (que decía que los exportadores competirían con la molinería por el trigo de los productores, provocando la baja de los precios), la política de apertura y aliento de las exportaciones no se tradujo en una baja del precio del trigo en el mercado interno, ni muchos menos de la harina y sus derivados.
Como en tantos otros casos (aquél de que "la devaluación no se trasladaría a precios", por ejemplo) las falacias del libre mercado se dan de bruces con la realidad: si el mercado ya venía tensionado al alza de los precios internos por haberlos acoplado con los internacionales (a través de la eliminación de las retenciones), desregularlo eliminando la obligación de garantizar el abastecimiento interno solo traerá más tensiones inflacionarios; encareciendo el precio del trigo porque la mayor parte de la oferta disponible se destinará a la exportación.
Y si bien los precios de ésta no los determina el mercado interno sino el internacional (de hecho la sobreoferta de trigo argentino está forzando la baja del precio internacional), sabido es que el que posee un bien escaso y sumamente necesario está en las mejores condiciones posibles para imponer los precios que se le ocurran, hasta donde el comprador esté dispuesto a pagarlos, o necesitado de hacerlo: en el caso de los molinos, no tendrían mayores inconvenientes porque lo trasladarían al precio de la harina.
Como la resolución de Braun deroga de un plumazo las normas vigentes que tendían a garantizar el abastecimiento en el mercado interno sin reemplazarlas con otro, lo que regirá es lisa y llanamente la ley del mercado, sin ninguna intervención estatal. O sea que cuando se produzca un nuevo aumento del precio del pan, ya sabemos donde está el origen.
Pará, pará, ¿quién es el pelotudo que "decía que los exportadores competirían con la molinería por el trigo de los productores, provocando la baja de los precios"?
ResponderEliminarSi se genera competencia entre los compradores, los precios suben. Los precios bajan cuando aumenta la competencia entre los vendedores, no entre los compradores.
¿En serio son tan estúpidos? ¿O son simplemente mentirosos?