miércoles, 25 de enero de 2017

"EL MUNDO SE NOS CAYÓ ENCIMA"


¿Se acuerdan como se reían de Cristina cuando decía que el mundo se nos había caído encima por la crisis de las sub prime y Lemahnn Brothers, complicando la economía del país?

Por entonces -y hasta poco tiempo antes de que terminara el gobierno kirchnerista- los que hoy son gobierno, los economistas de consulta habitual de los medios y el periodismo hegemónico se obstinaban en desconocer la magnitud de los cambios que se estaban dando en el mundo y como repercutían en el país y la región.

Insistían con la teoría del “viento de cola” al cual atribuían el crecimiento, y despreciaban las políticas desplegadas por el gobierno para sostenerlo en base al consumo, la demanda, el salario, el empleo y la inversión pública.

Llegados al gobierno y cuando las cosas no resultaron ser como habían pensado, descubren de golpe todos los males juntos: ahora el viento (que es el mismo que viene soplando desde el 2008) es de frente, el comercio mundial se retrae, Brasil es un problema, el “mundo” al que pensaban volver se cierra y todo parece conspirar contra sus propósitos.

Entre las primeras medidas de su gobierno y en un todo de acuerdo con lo que sostuvo en campaña Trump anuncia la salida de los EEUU de los TPP y el cierre de su mercado interno a las importaciones de una amplia gama de productos, entre ellos nuestros limones y presumiblemente, otras producciones de las economías regionales, y hasta el biodiésel.

También asoman en un horizonte no muy lejano la suba de las tasas de interés por la FED para aspirar dólares de todo el mundo que vayan a financiar el plan de infraestructura con el que Trump aspira a acelerar el crecimiento de la economía yanqui, lo cual complica no sólo el nuevo endeudamiento que el gobierno aspiraba a contraer para financiar el déficit (de todos modos, haber conseguido una rebaja de menos de medio punto de interés a cambio de destrozar la economía interna en un año, no parece un gran logro como para exhibir), sino además el precio de nuestros commodities exportables y el acceso a otras líneas de financiamiento; como los créditos chinos para obras de infraestructura.

Por esas razones -entre otras, previsiblemente no verbalizadas- el gobierno recibe “fuego amigo”: desde el FMI hasta Moody’s moderan el optimismo, y en sus proyecciones rebajan a la mitad las expectativas de crecimiento para éste año; y al fracaso de la vuelta del país al sistema del SGP de Estados Unidosse suma la perspectiva de que naufrague el acuerdo de intercambio fiscal con ese país, justo en el tramo final del blanqueo.

Esos son -en apretada síntesis- los datos duros de la realidad en la que a Macri le toca gobernar, más las restricciones y dificultades que él mismo y su gobierno se crearon, sin ayuda de nadie: la apuesta al endeudamiento para superar la restricción externa mientras se les concede a los exportadores 10 años para que liquiden las divisas, la absoluta desregulación de los flujos de capitales, la pésima lectura que hicieron de cómo funciona el mundo real al cual querían volver (a esta altura el nivel de amateurismo exhibido al respecto no deja de sorprender) y las gruesas anteojeras ideológicas neoliberales que les impiden ver la realidad tal cual es, hasta que les estalla en las narices.

En casi 14 meses de gobierno han destruido el mercado interno, el consumo, el empleo, el salario y parte del tejido industrial, y no hay signos de reversión a la vista: la obra pública es una promesa eterna (al punto de que echaron presuntamente por ineficiente al responsable del área, y no tienen pensado reemplazarlo en lo inmediato) y el “campo” representa -hoy por hoy, inundaciones mediante- más demandas que soluciones: a cada restricción objetiva de los mercados mundiales el gobierno le responde con algún privilegio cedido a los exportadores (como el aumento de los reintegros a las exportaciones de carne), como si de ese modo creara mágicamente demanda para nuestros productos.

 Hace un par de días hasta Sticco en Infobae desacreditaba la credibilidad del “papper” secreto de la alegría en base al cual Dujovne y el propio Macri sostienen que ya estamos creciendo, demostrando con cifras que el año pasado y contra la “lluvia” prometida, cayó la inversión extranjera directa, siguiendo el mismo trayecto que la inversión en general. Exportaciones, ingreso de capitales extranjeros, endeudamiento: los pilares centrales del modelo económico de “Cambiemos” están puestos en duda en su viabilidad a corto plazo.

En ese contexto el apuro por concretar ciertas reformas (como los cambios por DNU al régimen de la ART, la insistencia en lograr acuerdos de flexibilidad laboral en diferentes sectores o en ponerle techo a las paritarias) parecen más el cumplimiento estricto de un memo interno de una empresa, que una estrategia de crecimiento económico, o lo que verdaderamente son: un intento de reestructuración a fondo de las relaciones del trabajo, en exclusivo beneficio del capital.

Así entra el gobierno de Macri a un año crucial, en el que un proyecto para minorías que ha ido acentuando ese carácter con el paso del tiempo buscará ser revalidado en las urnas, resolviendo el dilema de como excluir económica y socialmente, y captar votos para poder seguir haciéndolo, con mayor velocidad y profundidad.


Acaso las bizarras operaciones contra Cristina de personajes del calibre de Stiusso, Marijuán y Majul estén marcando que al mago se le están agotando los conejos de la galera para mantener entretenido al público, mientras él intenta sus verdaderos trucos y no pocas veces le fallan; y acaso también el mayor (si no único) activo político del gobierno siga siendo la fragmentación y desorientación opositora; como decían muchos que pasaba durante buena parte del kirchnerismo.

2 comentarios:

  1. Muy bueno: sencillez y claridad. Lo difundo.

    Un abrazo,
    Esther

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  2. Y QUE MUCHOS NOS CANSAMOS DE GRITAR NO LO VOTEN Y AHORA GRITAMOS A CADA RATO FUERA ABAJO, PORQUE DEL GOBIERNO QUE SE DESPLOME Y LISTO, MIENTRAS MENOS SE AVIVEN MEJOR.

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