lunes, 29 de enero de 2018

LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES RURALES EN EL GOBIERNO DE MACRI


Por A.C. 

El  actual titular de la Federación Agraria, Omar Príncipe, luego de la reunión que en éste mes de Enero mantuviera con el Ministro Luis Etchevehere, reconoció “que los pequeños y medianos productores  están “peor” que en 2015”  y aseveró que la situación se agravó en estos dos años de gestión del presidente Mauricio Macri, por lo que le pidió al Ministro  “que trabaje para todos los productores, no sólo para los de la Sociedad Rural”.

En el año 2008 en Villa Eloisa, Provincia de Santa Fe, Omar Príncipe lideraba los cortes de ruta en nombre de los intereses del “campo”. Entonces, evidentemente pensaría que los intereses del pequeño productor eran los mismos que los intereses de los grandes propietarios de tierras y de las grandes empresas exportadoras de cereal. Hoy al parecer ha cambiado de opinión.

Plantear que un chacarero que tiene 30 hectáreas y que cría cerdos, tiene los mismos intereses que los grandes terratenientes de la zona núcleo del país, es de una imbecilidad sin límites. Sin embargo, alguien se encargaba de confundir a esos pequeños productores y arrastrarlos a los cortes de ruta, cortes cuya única finalidad era garantizar la rentabilidad astronómica de los grandes dueños del negocio cerealero.

Fue en ese año 2008 en que Príncipe fue descubierto y reclutado por Eduardo Buzzi , cuando Príncipe mostraba su gran “combatividad” durante esos cortes llenos de costosas maquinarias y camionetas Hilux, cortes de ruta que tenían consecuencias sociales muy graves como el desabastecimiento, y que incluían actitudes injustificables, condenables, como impedir la  circulación de ambulancias, conducta que por ejemplo en la Provincia de Córdoba, ocasionó la muerte de una persona que era trasladada de urgencia, como reflejaban entonces los medios.  

Sumado a la política de Buzzi (luego Príncipe sería su sucesor en la Federación Agraria), cabe recordar la postura golpista que desplegaba por entonces su mentor, actividad que se continuaría con el deliberado perjuicio  económico a los pequeños productores en beneficio de las grandes cerealeras.

Buzzi instaba a los productores a no vender para impedir el ingreso de divisas al gobierno nacional mientras reclamaba junto a las patronales rurales, una devaluación del peso. Por ejemplo en mayo de 2014, cuando la tonelada de soja llegaba a los 570 dólares, Buzzi, trabajando inocultablemente para las cerealeras, sostenía que había que postergar las ventas, reiterando pública y privadamente que de ese modo se impedía que un gobierno enemigo del “campo” obtuviera los recursos que se originaban en las retenciones. Una excusa pueril, pero que sonaba bien en los oídos de incautos y desinformados.

Era evidente que por las circunstancias del momento (niveles de producción mundial, volúmenes de demanda), el cereal bajaría su precio internacional, y esto ya se reflejaba con claridad en los mercados de futuro, los que se podían consultar desde una simple PC.

Las cerealeras terminaron haciendo un negocio fabuloso cuando a fin del 2014, compraron ese cereal retenido (casi la mitad de la producción de esa campaña) a un valor mucho menor, pagando alrededor de 150 dólares menos por cada tonelada. Millones de toneladas multiplicadas por U$S 150, una fortuna que se escapó mágicamente del bolsillo de los productores y fue a parar a las arcas de las cerealeras.

El papel de Buzzi como gestor de negocios de las exportadoras habría tenido su lógica y altísima recompensa dado el monto sideral en juego, y como en cualquier gestión de negocios.

Esa era la política de la Federación Agraria para defender los intereses del pequeño productor.  Recién ahora, al parecer la Federación Agraria ha descubierto que los intereses de sus representados no son los mismos que los de las patronales rurales, aunque recuerden su trabajo codo a codo con estas entidades y con el actual ministro Etchevehere, quien fuera presidente de la Sociedad Rural:

“Seguramente, los planteos de nuestra entidad no son desconocidos para el ministro, ya que siendo él presidente de la SRA hemos compartido ámbitos de diálogo y debates. Ahora, en su rol como ministro, le recordamos las propuestas contempladas en el programa de Federación Agraria y las problemáticas de los pequeños y medianos productores federados”, como puede leerse en una publicación de la actividad

Y esperan con su planteo conmover a un gobierno y a un ministro que solo piensan en negocios personales: Es un panorama aún más complejo que el que le planteamos dos años atrás a su predecesor, Buryaile, y al mismo presidente Macri. Vemos que, a pesar de los esfuerzos que hacemos para alcanzar mayor productividad y eficiencia como nos pidieron, seguimos teniendo una altísima presión impositiva, tasas de financiamiento elevadas, problemas de acceso a la comercialización y a precios justos para los productos de las economías regionales. La situación de endeudamiento de los productores se profundiza (con la banca privada, con las mutuales y cooperativas), empieza en los productores y se traslada a todas las instituciones y economías de las localidades del interior”. 

Los resultados del gobierno de Macri están a la vista, y aparece de nuevo la situación de gran endeudamiento de los productores, situación similar a la que atravesaron en los años 2001/2002, cuando los remates de pequeñas y medianas propiedades rurales se producían en cadena.

Deberían recordar los productores, que durante los gobiernos “enemigos del campo” desde el año 2003 al 2015, se terminaron los remates, mientras las hectáreas se valorizaban, la producción crecía y se incorporaba tecnología a la actividad.

La Federación Agraria ha tenido que reconocer que el gobierno de Macri solo favorece los intereses de los grandes del negocio, y por eso Príncipe le pidió al Ministro  “que trabaje para todos los productores, no sólo para los de la Sociedad Rural”.

Es altamente improbable que la Federación Agraria consiga modificar la política de éste gobierno a través de “ámbitos de diálogo y debate”.

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