Leemos en Ambito Financiero que el informe del FMI sobre la economía argentina señala
que “...las reformas aprobadas a fines de 2017 van en el camino de la
disciplina fiscal y ayudarán a reducir los grandes desequilibrios que se
presentan en el sistema de jubilaciones; como así también permitirían comenzar
una gradual reducción en los altos y distorsivos impuestos que afectan a la
economía argentina.”.
Es decir que el equilibrio fiscal
(imprescindible para reducir la inflación, según se afirma) se lograría
reduciendo impuestos (cuando dice “distorsivos” léase: retenciones, Ganancias,
Bienes Personales y contribuciones patronales a la seguridad social) y recursos
destinados a financiar las jubilaciones y pensiones, pero como al mismo tiempo
se aprobó una fórmula que hacer bajar éstas en términos reales (cosa que el
propio Fondo había aconsejado un año antes, enlace al post anterior), vamos por
el camino correcto.
En el mismo
sentido, leemos en El Cronista: “La nueva fórmula de movilidad sigue
en un 70 % al IPC y en un 30 % a los salarios. El gasto previsional sube menos
que lo que habría avanzado con la vieja fórmula, que seguía los salarios y la
recaudación, que crecen en función del producto. “Lo importante era controlar
el gasto en seguridad social, que a niveles insostenibles, porque los retrasos
en los ajustes, al bajar la inflación, suben fuerte las prestaciones y hacían
subir muy fuerte el gasto”, explicó Sebastián Galiani, Secretario de Política
Económica...”.
O sea que la
fórmula diseñada por el gobierno con la inestimable ayuda del “peronismo
racional” de Pichetto está pensada para “controlar el gasto en seguridad
social” y que “suba menos”. Traducimos: las jubilaciones y pensiones perderán
respecto al mecanismo de ajuste de la fórmula anterior (como se advirtió
durante el debate en el Congreso, y el gobierno lo desmentía), y “gasto
previsional” significa “jubilaciones y pensiones”, es decir que si se gastará
menos en ese rubro, serán más chicas, en términos reales.
Pero sigamos con la
nota: “Los haberes crecían igual que la economía, entonces el peso (del
gasto en seguridad social) nunca bajaba respecto del PBI. Ahora dos tercios del
crecimiento real van a bajar el gasto sobre el PBI porque los haberes crecen
con la inflación y un tercio por los salarios. Se han hecho reformas que van a
tener impacto fiscal de largo plazo.”.
Traducimos: con la
fórmula aprobada durante el gobierno de Cristina, los haberes de los jubilados
y pensionados estaban “enganchados” a la suerte de la economía y el crecimiento
del PBI, porque lo provocaban, en un
modelo sustentado en el consumo de los sectores populares y el mercado interno.
Con la reforma se “desengancharon”: si el país llega a crecer, los jubilados y
los pensionados no participarán de los beneficios de ese crecimiento.
Hay más: “Entre
2004 y 2015, el gasto en jubilaciones creció más de cuatro puntos porcentuales,
desde 4,43 % a 9,02 % del PBI, según C&T, debido a que creció el número de
jubilados, producto de las moratorias previsionales, y a la movilidad que
aumentó las jubilaciones en términos reales. Luego, el programa de Reparación
Histórica hizo saltar el nivel de las jubilaciones y creó la Pensión Universal
al Adulto Mayor.”
Es decir entonces
que hasta el 2015 el gasto previsional creció porque se amplió la cobertura de
personas beneficiadas con una jubilación o pensión, y porque por la anterior
fórmula de ajuste esos beneficios crecieron en términos reales (es decir, en
poder adquisitivo o capacidad de compra), porque le ganaron a la inflación.
Desde el 2016, en
cambio, el crecimiento del gasto previsional -que nos dicen que se moderará en
el futuro, por la reforma- se dio por aumentar más lo haberes de los que más
ganan, en detrimento de los del resto, que perdieron frente a la inflación: o
sea, antes ampliación de la cobertura y distribución del ingreso, ahora aumento
de la inequidad retributiva hacia el interior de los jubilados y pensionados.
Y encima elencargado del FMI para la Argentina nos cuenta que el hecho
de que la mayoría de las paritarias se cierren con la pauta del 15 %
establecida por el gobierno es una muy buena noticia, porque ayudará a
disminuir la inflación; ese fenómeno “exclusivamente monetario, que no tiene
nada que ver con la puja distributiva” según nos cuentan, pero que al parecer
se resuelve recortando salarios y jubilaciones, en términos reales.
¿Se entiende más o menos como funciona el programa anti inflacionario del gobierno -que insiste en que mantendrá los tarifazos- o es necesario hacer líneas uniendo los puntos?
¿Se entiende más o menos como funciona el programa anti inflacionario del gobierno -que insiste en que mantendrá los tarifazos- o es necesario hacer líneas uniendo los puntos?
Son unos hijos de remilmillones de putas. Los que gobiernan y los que los respaldan (con el voto, con acciones políticas, con omisión y con indiferencia). Sólo les importa continuar aumentando sus ganancias, a cualquier precio (preferentemente desangrando a los laburantes y los más vulnerables de la comunidad). Son voraces, vampiros, parásitos, sanguijuelas. O los frenamos entre todos para recuperar lo que es nuestro y común o nos van a seguir destruyendo.
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