lunes, 7 de mayo de 2018

AMPLIOS SÍ, BOLUDOS NO


El kirchnerismo en Diputados acompañó con disidencias el proyecto presentado por los bloques del massismo y de “Argentina Federal” (los que responden a los gobernadores) sobre las tarifas de los servicios públicos, pese a que dista de ser el mejor, y a que suma más diputados propios que los otros dos bloques juntos.

Pero como lo mejor suele ser enemigo de lo bueno, obrando así resignó protagonismo en la movida en aras de una unidad opositora amplia, para conseguir que salga un proyecto sobre el tema; algo que incomoda al gobierno porque lo mantiene en el tapete y porque podría forzar a Macri a tener que vetar una eventual ley, con el costo político consecuente de sostener los tarifazos rechazados por amplios sectores de la sociedad.

La estrategia supone su correlato en el Senado para que la ley sea finalmente sancionada, y se llegue a la instancia de su promulgación o veto. Así vista, fue la correcta, porque además de generar desde el Congreso un hecho político concreto sobre un tema tan sensible, desacredita la lectura que presenta siempre al FPV como una fuerza sectaria, reacia a formular acuerdos con otras fuerzas.

Sin embargo, por estas horas el gobierno está presionando a los gobernadores para que los diputados que les responden no sumen finalmente sus votos al proyecto que obtuvo despacho de las comisiones, quedando en consecuencia en condiciones de ser tratado en el recinto la semana que viene; y algunos de ellos (Schiaretti, Urtubey, Bordet, Pasalacqua) ya salieron a desmarcarse de la movida, con diferentes argumentos.

Que si la fijación de las tarifas es una atribución del Poder Ejecutivo y no del Congreso (Schiaretti, con la electricidad más cara del país, o más o menos), que si el Congreso no es el ámbito adecuado para discutir las tarifas (Urtubey, coincidiendo con el macrista Laspina), que si el peronismo no cogobierna y en consecuencia definir los niveles de tarifas es responsabilidad de Macri y del gobierno nacional (Bordet).

Esto último no deja de ser curioso, porque -por ejemplo- no les molestó “cogobernar” para apoyar explícitamente el acuerdo con los fondos buitres, el blanqueo de capitales, la ley de los contratos de “participación pública privada”, o para darle acuerdo en el Senado a Federico Sturzenegger para conducir el Banco Central, reclamando (Pichetto) algunos de los lugares vacantes en el directorio.

Y más curioso aun resulta si se repara que mientras el proyecto era presentado en el Congreso por los diputados del Frente Renovador (Lavagna) y del “peronismo racional” (Bossio), esos mismos diputados viajaban a Córdoba; donde Schiaretti hizo de anfitrión en una cumbre anti kirchnerista, para “armar una propuesta opositora de cara al futuro”.

Es posible que a los argumentos reseñados se sume (cuando no) la necesidad de "no complicarle la gobernabilidad" a Macri en medio de la corrida cambiaria y la zozobra por el dólar: es como si los gobernadores le dieran la razón a Dujovne -que en la conferencia de prensa del viernes culpaba a la oposición de la crisis-; o respondieran al ultimátum del editorial sin firma de Ambito Financiero del mismo día.

El miércoles que viene sobrevendrá la votación del proyecto sobre las tarifas en Diputados, y allí sabremos como resulta la cosa, y especialmente que hacen los diputados que -al menos en teoría- responden a los gobernadores: si lo acompañan (aun sin ser, como dijimos, el mejor proyecto posible sobre el tema) o no, dándole oxígeno al gobierno en éste caso. 

Por lo pronto, ya parecen dispuestos a darle quórum al gobierno en su intento de sesión especial para aprobar las reformas a la ley que regula los mercados de capitales, con lo cual le están dando la llave para vaciar la que trate el problema de las tarifas; sin entrar a considerar que luego de una descomunal corrida cambiaria provocada por la aceleración de la fuga de capitales, se estaría creando otro instrumento que facilita esa fuga, y suma más tensiones al tipo de cambio.

En él caso de que la presión del gobierno surta efecto (lo que no habría que descartar, atentas las recientes experiencias pasadas) y fracase el proyecto para frenar los tarifazos, será el kirchnerismo el que tendrá que revisar sus estrategias en el Congreso, porque la unidad opositora (un objetivo al que nadie en abstracto se puede oponer) es entre opositores, es decir -a fuerza de perogrullar- entre los que se oponen al gobierno de Macri; no entre los que “hacen como que”, pero al final no.

Ni vanguardia esclarecida e iluminada, ni furgón de cola de otros, que pegan para luego negociar, o algo peor.

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