domingo, 20 de mayo de 2018

LA COIMA MÁS CARA DE LA HISTORIA



El sistema del casino financiero en el que el gobierno de Macri ha convertido a la Argentina funciona sobre la base de varios mecanismos de saqueo institucionalizados, disfrazados de presuntas evaluaciones “serias y objetivas” sobre el comportamiento de la economía nacional; que como decíamos acá, siempre dependen de cumplir exigencias de "los mercados" con la promesa de que de ese modo creceremos, y seremos felices.

Y tal parece que el criterio de esas evaluaciones sería “cuanto peor, mejor”; es decir cuando más vulnerable se muestra un país a los shocks financieros internacionales o propios, y cuando más riesgos hay de que su economía vuele por los aires ante un ataque especulativo de capitales golondrinas o fondos buitres de inversión, mejor calificado estará, para permitir que lo sigan saqueando.

Es como ir en pedo a las reuniones de Alchólicos Anónimos, y que los organizadores te feliciten porque vas avanzando en tu recuperación para dejar la bebida.

Veíamos acá como el “súper martes” fue sorteado con el apoyo de un fondo buitre que trajo dólares para suscribir los BOTES, haciendo una fabulosa ganancia en poco menos de un mes, y algo parecido pasa ahora con el posible informe de Morgan Stanley que le otorgue al país la condición de “mercado emergente”, que lo haría apto para que vengan a depredarnos buitres de mayor porte aun (ese·es todo el sentido del asunto).

Al principio de la corrida el JP Morgan (controlante de la calificadora que debe determinar si dejamos de ser “mercado de frontera”) se hizo con 1472 millones de dólares en una sola compra, al precio de oferta regalado por Sturzenegger de $ 20,25 por cada dólar; y ahora su controlada nos cuenta que nos daría el visto bueno para ser “emergentes” porque el gobierno de Macri -en medio de la “turbulencia”- no restableció los controles de capitales que regían durante el kirchnerismo (lo que hubiera sido una elemental medida defensiva contra los ataques especulativos); que fueron el motivo por el cual nos rebajaron a la calificación de “mercados de fronteras”.

Es decir entonces que le regalamos a los ex empleadores de Alfonso Prat Gay una parva de dólares baratos para que a través de su calificadora nos digan que vamos bien, porque no se nos ocurrió controlar los movimientos de los capitales especulativos ni siquiera en medio de una corrida que se llevó el 14 % de las reservas del Banco Central; y gracias a esa “buena nota” podremos ser víctimas de nuevos y mayores ataques de esos mismos capitales.

Debe haber sido la coima más grande pagada y con menores beneficios para el que la paga (o sea, nosotros) de la historia.

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