viernes, 22 de junio de 2018

CAPAZ QUE HAYA UN PLAN, EH



El gobierno de Macri festejó la calificación de la Argentina como “mercado emergente” por MSCI como si fuera un gol de Messi en el mundial, o más; aunque los efectos concretos en la economía real sean limitados, o directamente no existan.

El proceso de revisión de la consultora que se extenderá hasta mayo del año que viene finalizará -eventualmente- con la incorporación al índice MSCI de un grupo de empresas argentinas que cotizan en los mercados internacionales, con la finalidad de aconsejarles a los grandes fondos de inversión que pueden invertir en ellas, sin riesgo para sus accionistas.

Esas empresas no son muchas como podrán suponer, y la calificación no se extiende al conjunto de las empresas que operan en el país, ni siquiera aquellas que cotizan en la bolsa local, pero no en los mercados externos: se trata de apenas 14 empresas,10 de las cuáles cotizan en ambos lugares (en el MERVAL y en el NYSE, la bolsa neoyorquina), y otra 4 que lo hacen directamente en Nueva York.

Las 10 empresas que figuran en el primer grupo (o sea, cotizan en ambos mercados de capitales), y cuyas acciones podrían subir como consecuencia de la calificación de la Argentina como “emergentes” son las que figuran recuadradas en azul en la imagen de apertura. Y da la puta casualidad que de las 10, tiene acciones el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES, de cuya página sacamos la imagen (los recuadros los agregamos nosotros).

Ese mismo fondo que en el acuerdo con el FMI para obtener un préstamo stand by por 50.000 millones de dólares, el gobierno de Macri se comprometió a liquidar para pagar no solo la “reparación histórica”, sino los gastos corrientes del organismo previsional, como el pago habitual de las jubilaciones y pensiones.

Dentro de esa “liquidación”, entra la “amortización” (es decir, venta) de las acciones que el FGS tiene en diferentes empresas privadas, entre ellas, las recuadradas en la imagen de apertura; o sea y para que se entienda: justo cuando esas acciones empezarían a subir por la calificación del país como "mercado emergente", el Estado se comprometió a desprenderse de ellas.

Una posibilidad (la de venderlas) que ya estaba contemplada en la Ley 27.260 que aprobó el blanqueo de capitales, en cuyo artículo 35 se derogó la Ley 27.181, aprobada en el tramo final del gobierno de Cristina; por la que se exigía que para que el fondo de ANSES se desprendiera de sus tenencias accionarias en empresas privadas, era necesaria una ley del Congreso, con mayorías especiales para su aprobación: dos tercios de los miembros presentes de cada Cámara.

Antes se había levantado el "cepo" (frente a lo cual hubo quien se sacó el sombrero) eliminando todas las restricciones para el acceso a las divisas primero (incluyendo la eliminación de las exportadoras de liquidarlas en el país); y todos los encajes y controles al movimiento de capitales, el último de ellos eliminado en enero del año pasado por la Resolución 1/17 de Dujovne.

Después de eso y ya éste año, se sancionó la Ley 27.440 que modificó varios artículos de la Ley 26.831, sancionada en 2012 durante el gobierno de Cristina, para regular los mercados de capitales: uno de los cambios fue eliminar del artículo 20 la atribución de la Comisión Nacional de Valores (CNV) de (entre otras cuestiones) de designar veedores con facultad de veto o separar a los órganos de administración de las sociedades en las que “...fueren vulnerados los intereses de los accionistas minoritarios...”, condiciones que justamente tiene el Fondo de ANSES en esas 10 empresas, como se puede ver con la columna de la derecha de la imagen de apertura. 

Se cumplió así con el último requisito exigido para que MSCI nos considere "mercado emergente", condición que alcanzaremos efectivamente en mayo del año que viene sí y solo sí nos abstenemos de reimplantar cualquier control al flujo de capitales, o al acceso y disponibilidad de las divisas, siendo que es el déficit de cuenta corriente y la fuga de capitales, los que provocaron la corrida cambiaria. Antes o en paralelo, en el acuerdo con el FMI el Estado argentino renuncia a tener política monetaria, o intervenir en el mercado de cambios a través del Banco Central.

Uniendo con línea de puntos los tramos del relato precedente, y vinculándolo con algunas ausencias días pasados en el Congreso de los opositores que votaron -sucesivamente- el blanqueo de capitales, la “reparación histórica” a los jubilados y la reforma a la ley de los mercados de capitales (es decir, peronismo federal y massismo), y no quisieron aportar al quórum para debatir y rechazar el acuerdo con el FMI y la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, capaz que alguna relación existe.

Y capaz que hay también un plan preconcebido por algunos, del que otros son parte conciente y deliberada, o no; pero parte al fin.

1 comentario:

  1. Empresas cuyas acciones cotizan en Nueva York.
    El FGS , es decir el Estado Argentino, tiene acciones de esas empresas.
    El FMI exige que se liquide el FGS (es decir que el Estado Argentino venda esas acciones).
    Previamente, el gobierno de Macri hizo derogar la ley 27.181 que imposibilitaba la venta de las acciones sin una ley expresa del Congreso sancionada por dos tercios de los miembros.

    El plan no me queda claro.
    El Colo.

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