sábado, 23 de junio de 2018

GABINETE OFF SHORE


En el Boletín Oficial de ayer y luego del acto de juramento el jueves de los nuevos ministros (así de prolijo es el macrismo) apareció publicado el DNU 575 (completo acá), por el cual se modificó la ley de ministerios para dar lugar a los cambios en el gabinete que se habían anunciado el fin de semana pasado.

Entre ellos, y tal como da cuenta la imagen de apertura, se disolvió el Ministerio de Finanzas que el propio Macri creara al principio de su gestión para "Toto" Caputo, y sus funciones son absorbidas por el Ministerio de Hacienda a cargo de Dujovne. 

En los 30 meses que duró Finanzas como cartera independiente dentro del gabinete del Poder Ejecutivo nacional, se cerró el oprobioso acuerdo con los fondos buitres, se emitieron 203.000 millones de dólares de deuda (incluido el célebre "bono de 100 años") y poco antes de que "Toto" partiera para el Banco Central se lanzaron los famosos "BOTES"; para que fondos especulativos como Templeton "ayudaran" al gobierno a zafar del anterior "súper martes" del mega vencimiento de LEBAC's, en plena corrida cambiaria.

Con Caputo ya instalado en el Central y antes de la disolución formal de Finanzas, aparecieron un par de resoluciones con su firma datadas el viernes 15, que instrumentaban el "bono dual" (nominado en peso o en dólares, para que opten por el que les de mayor ganancia al vencimiento) ofrecido a los bancos para que desarmen sus posiciones en LEBAC's sin pasarse en masa al dólar, y acelerar aun más la corrida.

Es decir entonces que los dos años y medio de existencia del Ministerio de Finanzas tuvieron exclusivamente por objeto viabilizar negocios para los bancos, los fondos especulativos, los inversores de la "bicicleta financiera" y -como no- el propio Caputo y seguramente algún otro funcionario del gobierno, más allá de los que ya han trascendido. Cumplidos sus objetivos, el ministerio fue disuelto, y de yapa Caputo fue sobreseído en la causa por el dólar futuro.

El macrismo repite así el mismo método del fantasmagórico y hoy desaparecido Ministerio de Comunicaciones, cuyo único objeto concreto era desguazar la ley de medios, podándole aquellas normas que irritaban al Grupo Clarín y otros multimedios, como Vila-Manzano.

Derrumbada la ley, disuelta la AFSCA y reemplazada por el inoperante ENACOM, archivados los planes de adecuación de Clarín y los demás grupos de medios a los límites que imponía la Ley 26.522 y allanado el camino para la fusión Cablevisión-Telecom (entre otros negocios del Grupo, como la rehabilitación de la licencia de Fibertel, o la aprobación de la compra de Telmex), simplemente dejó de existir porque ya carecía de sentido: sus objetivos estaban sobradamente cumplidos.

Tal como ocurre con las sociedades off shore armadas en paraísos fiscales (un ramo en el que Macri y su gabinete acumulan una gran experticia), que son cáscaras jurídicas vacías, armadas para vehiculizar un negocio puntual, lavar guita, evadir impuestos o todo eso junto; hecho lo cual desaparecen y son reemplazadas por otras similares, y así a perpetuidad.  

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