Según cuenta esta nota de Infobae a
la que corresponde la imagen de apertura, Miguel Angel Pichetto y otros
senadores vinculados al “grupo de los cuatro” que integra (¿o integraba?) con Massa, Schiaretti
y Urtubey (entre ellos el propio hermano senador del gobernador de Salta)
presentaron un proyecto para reformar la ley de financiamiento de los partidos
políticos; consensuado con el gobierno. De acuerdo al proyecto, se eliminaría la
prohibición de que las personas jurídicas (empresas) aporten a las campañas de
los partidos políticos, que fue introducida en el 2009 por el kirchnerismo a
través de la reforma electoral de la Ley 26.571, que también introdujo las
PASO.
El proyecto va en
total línea con lo que viene planteando al respecto el gobierno de Macri desde
el inicio de su gestión, tanto que esa enmienda estaba contenida en el mismo
proyecto en el que se propiciaba implantar el voto electrónico, que fue
aprobada en Diputados con el apoyo del massismo y el “peronismo alternativo”, y
luego naufragara en el Senado. También la nota da
cuenta de que existe en paralelo en Diputados un proyecto presentado por Máximo
Kirchner, que establece que los únicos aportes a las campañas de los partidos
políticos sean los provenientes del Estado, o sea, todo lo contrario de lo que
estarían planteando Pichetto y el gobierno.
Detengámonos por un
momento en éste punto: Pichetto (que sigue siendo el Secretario de Acción
Política del Consejo Nacional del PJ) negocia en nombre del peronismo una
reforma crítica a la legislación electoral, sin participación del resto de las
autoridades partidarias, empezando por el presidente del PJ nacional José Luis
Gioja, en la misma semana en la que el peronismo conmemoró el 17 de octubre con
actos separados, que expusieron las divisiones internas aunque todos apelen a
la unidad.
Otro dato: el
proyecto fue presentado luego de que Pichetto lanzara -junto a Massa, Urtubey y
Schiaretti- el “peronismo alternativo”, en medio de la causa judicial de las
fotocopias de los cuadernos donde varios “arrepentidos” reconocieron haber
pagado coimas “como aportes para la campaña”, y de la renovada presión de los
empresarios en el coloquio de IDEA para que se les permita blanquear sus
aportes de campaña.
La pregunta que
cabe hacerse en este contexto es a quien o quiénes favorece este proyecto, que
va en contra incluso del espíritu de la reforma del 2009 que tendió a
equilibrar posibilidades entre los distintos partidos políticos, por ejemplo al
otorgarles espacios publicitarios gratuitos en los medios de comunicación
audiovisual.
Y la respuesta es
muy sencilla: a los partidos y candidatos que cuenten con mayores apoyos
empresarios, porque se comprometen a gestionar sus intereses, en el caso de
llegar al poder; y que mayor compromiso que el registro público de aportes por
parte de las empresas (no solo de los empresarios a título personal); que para
ser válidos incluso para sus propias normas internas (y eso es muy discutible, según lo que decía açá Ricardo Nissen) tendría que estar aprobado por los órganos de gobierno y
administración, cosa que luego nadie pueda decir que no sabía nada, como hizo
en la causa mal llamada de los cuadernos Paolo Rocca, el CEO del grupo Techint.
Precisamente en el
coloquio de IDEA (en el cual Pichetto fue uno de los disertantes “opositores”)
lo más granado de la cúpula empresarial del país hizo votos por la reelección
de Macri, o en su caso por el triunfo electoral de alguna variable de
“peronismo responsable” como el que expresa Pichetto, y su correlativo temor
por “el retorno del populismo”, léase un triunfo de Cristina.
No hay que ser un
gran matemático para sumar dos más dos, y que terminen dando cuatro: están
buscando legalizar a los sponsors que financien el sostenimiento del régimen
imperante, y ayuden a cerrarle la puerta a otra sorpresa desagradable como la
que tuvieron a partir del 25 de mayo del 2003. Se podrá decir que
la idea de permitir los aportes de las empresas al financiamiento de los
partidos políticos no goza de consenso entre los otros miembros de “Cambiemos”,
es decir la UCR y la Coalición Cívica; pero si el PRO consigue los números para
imponerla con el apoyo de parte del peronismo, terminarán aceptándolo para no
quedarse afuera del reparto.
Al respecto y para ver como algunas cosas parecen no cambiar nunca, es interesante reseñar lo que cuenta Norberto Galasso en su libro sobre Perón respecto al financiamiento de las campañas en la crucial elección del 24 de febrero de 1946: "También sumamente despareja resulta la disponibilidad financiera de ambos sectores. El sustento social de los partidos integrantes de la Unión Democrática, así como de sus apoyos (los conservadores), no deja lugar a dudas de que el mundo de la producción agropecuaria, las finanzas, las empresas extranjeras e incluso la agroindustria tradicional le otorga seguramente apoyo financiero. Por supuesto, este tipo de contribuciones se realizan sin comprobantes ni registraciones comprometedoras.
Sin embargo, en algunas oportunidades toman estado público, con el consiguiente escándalo. Así ocurre, por ejemplo, cuando el vicepresidente de la Unión Industrial, Raúl Lamuraglia, firma un cheque contra el National City Bank of New York por la suma de 300.000 pesos; el tesorero de la Unión Cívica Radical (Comité Nacional) lo endosa y lo presenta en el Banco Francés del Río de la Plata, donde abre una cuenta a nombre de su partido. Dos días después, el militante radical deposita otro cheque, de similar origen, por la suma de 200.000. Pero, la confianza de los trabajadores ganada por Perón en escaso tiempo, permite que los empleados bancarios por cuyas manos circulan esos cheques obtenga una fotografía de uno de ellos que es reproducida en primera plana por la prensa adicta al coronel.
Jorge Schvarzer -insospechado de pro peronismo, pues ha devenido del trotskismo al radicalismo- comenta éste escándalo. Señala entonces que "Raúl Lamuraglia estaba dispuesto a volcar toda su fortuna y la del país para derrocar al gobierno, no era extraño (por eso) que vaciara los bolsillos de los industriales para voltear a ese gobierno en elecciones libres...". (PD: ¿Se entiende ahora por qué Pichetto pide "defender a las empresas" acusadas de pagar coimas en la causa de las fotocopias de los cuadernos, no?)
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