Es posible que vos seas uno de los votantes
de Macri en el 2015 al que le molesta que le digan que lo engañaron,
prometiendo en campaña cosas que no pensaban cumplir, u ocultando lo que
realmente haría en el caso de llegar al gobierno: puede incluso que lo vuelvas
a votar, porque estás de acuerdo con lo que está haciendo, y nunca tuvieras
dudas respecto a lo que iba a hacer.
O por el contrario, quizás seas de aquellos
que lo votaron creyendo que “íbamos a estar mejor, un poco más cada día”, y que
“no te vamos a sacar nada de lo que te dieron”; y luego te desencantaste porque
todo lo que negó que iba a hacer en el debate previo al balotaje, lo terminó
haciendo y peor, una vez en el gobierno.
También es posible que creas que, como Macri
repite siempre, “éste es el único camino”, y que los ajustes son dolorosos pero
necesarios para que el país salga adelante; o, por el contrario, acaso seas de
los que piensan que se les fue la mano, que hay cosas que no se pueden
justificar, como los tarifazos o haberles metido la mano en el bolsillo a los
jubilados modificando la fórmula de aumento de los haberes.
Incluso hasta es posible que en ese caso
haya decidido salir a la calle a protestar, por considerar que al hacerlo,
cruzaron un límite que no estabas dispuesto a tolerar, ni siquiera habiéndolos
votado: “con los viejos no”.
También puede ser que no te interese
averiguar si es cierto o no que en realidad al país lo viene manejando el FMI
desde que el gobierno fue a pedirle plata, y en consecuencia se hace lo que
ellos dicen, porque nos tienen agarrados de los huevos. O acaso aun sabiendo
que es así, no te importe, porque no tenés ningún problema con eso: “nunca me
interesó la política”.
Sin embargo, hay un punto en el cual (por lo
menos de la boca para afuera) pareciera que estuviéramos todos de acuerdo, o
deberíamos estarlo: no nos gusta que nos mientan, y preferimos que nos digan la
verdad, aunque sea dolorosa. Sobre todo lo esperamos -al menos eso decimos- de
los políticos, cuando nos piden el voto.
Precisamente sobre esa creencia trabaja
Macri, cuando decía en campaña y repite ahora que “nunca te vamos a mentir, te
vamos a decir la verdad”. Está en vos analizar si cumplió con esa promesa o
-por el contrario- fue la primera que violó, y lo sigue haciendo a diario.
Ciertos es que a todos nos cuesta admitir
cuando nos engañan, sobre todo si nos pasa más de una vez, porque admitirlo
implica aceptar que ahí ya es claramente culpa nuestra. Nos sentimos unos
boludos, bah; aunque también es cierto que lo que más nos molesta en esos
casos, es que nos lo digan.
El problema es que es muy difícil evitar
pensar que así nos ven (como boludos a los que se los puede engañar
impunemente), cuando leés por ejemplo cosas como esta nota de Burgueño en Ambito de ayer, en la que nos cuentan que el gobierno le pedirá al FMI
posponer para el año que viene la reforma laboral, y la reforma previsional;
porque como son intragables, le traerían inconvenientes políticos en un año de
elecciones.
O sea y para que quede claro: así como en el
2015 Scioli lo interpelaba a Macri diciéndole lo que haría si llegaba al
gobierno y él lo negaba, o desde el kirchnerismo se advertía lo que vendría si
ganaba “Cambiemos” y se lo descalificó con el rótulo de “campaña del miedo”;
ahora es el propio gobierno el que está diciendo que sabe lo que en realidad va
a hacer (porque se comprometió por escrito a hacerlo, a cambio de mucha plata)
en otro mandato de Macri, pero le pide al Fondo que de eso no se hable, hasta
que pasen las elecciones. Es decir, que acepten ser cómplices de una nueva
estafa electoral.
Quizás no te haya interesado informarte
respecto a lo que significan la reforma laboral, y la reforma previsional:
flexibilización de los convenios colectivos de trabajo, recorte de derechos,
precarización, aumento de la edad jubilatoria, reducción de haber jubilatorio
base o inicial.
O sea, vas a tener que trabajar más años para jubilarte, en condiciones más precarias o inseguras, con menos derechos y menor salario, para poder cobrar años más tarde una jubilación recortada, que se ajustará por un índice menor y perderá poder adquisitivo. Es decir, cagarte de arriba de un pino, con todas las letras; más de lo que ya lo hicieron en estos tres años, pero sin decírtelo.
O sea, vas a tener que trabajar más años para jubilarte, en condiciones más precarias o inseguras, con menos derechos y menor salario, para poder cobrar años más tarde una jubilación recortada, que se ajustará por un índice menor y perderá poder adquisitivo. Es decir, cagarte de arriba de un pino, con todas las letras; más de lo que ya lo hicieron en estos tres años, pero sin decírtelo.
Después de todo, ya lo hicieron en el 2015,
y mal no les fue, de modo que lo que ellos van a hacer si vuelven a ganar está
muy claro; tanto que cuando ganaron las legislativas del 2017 lo empezaron a
hacer, pero la resistencia que generó la reforma previsional los frenó. El
asunto es, entonces, ¿qué pensás hacer vos al respecto, cuanto te toque votar?
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