sábado, 16 de febrero de 2019

¡QUE BUENA PREGUNTA, MARIO!


Cuando lo escuchamos a Macri decir que la inflación estaba bajando y a las pocas horas fue desmentido por el INDEC, todos nos hicimos más o menos las mismas preguntas que se hacer Riorda, y pensamos “¿este tipo es, o se hace?)”.

Lo que no necesariamente nos tiene que llevar a la disyuntiva que planteaba (y resolvía) Ana Castellani en esta nota de Página 12 que nosotros comentamos hace unos días, cuando dice “Desarmar el “voto confianza”con el “no saben cómo hacerlo, agravaron todos los problemas y crearon nuevos”,que es una idea que ya está bastante instalada en el votante indeciso, en vez de dedicarse a demostrar que en realidad “saben lo que hacen porque vinieron a hacer esto”, que es una estimulante discusión entre núcleos duros pero que no permea al votante independiente.”, pero aplicada a la estrategia comunicacional del gobierno”: el consabido “tapan tal cosa con tal otra”, “nos tienen hablando de...mientras”, o la teoría de los gaffes presidenciales “programados”: ponerse la bata o los guantes al revés, meter furcios en un discurso, cosas por el estilo; para llevar la agenda de la discusión pública hacia la vía muerta de las anécdotas insustanciales.

En este caso no se trata simplemente de una de las habituales pifias de Macri de las que hay abundantes registros (como haber anunciado el acuerdo con el FMI antes de que siquiera se comenzara a discutir), pero se terminan perdiendo en la fugacidad de las redes sociales, en los tiempos del bombardeo infomativo y la post verdad; sino de un tema de otro volumen, que afecta directamente a la promesa macrista de “gobernar con la verdad”, y en un tema central, para la memoria histórica de los argentinos como la inflación.

Que fue uno de los principales recursos de campaña de “Cambiemos” para pegarle al kirchnerismo (una inflación alta era la muestra de la incapacidad para gestionar), promesa electoral contundente (iba a ser lo más sencillo de resolver) y fracaso rotundo en la gestión: la inflación sube en lugar de bajar y las marcas del macrismo en el rubro están muy por encima de las del kirchnerismo; que parecían ya insoportablemente altas.

Ni que decir que la persistencia de altos niveles de inflación afecta otra promesa de campaña como la “pobreza cero”, siendo a su vez que el propio Macri dijo que la evolución de la pobreza durante su mandato era el único punto de partida desde el que aceptaba ser juzgado como presidente. Perder credibilidad por lo que se dice (además de por lo que se hace) es crucial para un gobierno que luego de apelar al pasado, volvió a desempolvar en los últimos días el recurso de escaparle a un presente áspero, apelando a las expectativas de un futuro mejor.

Y para eso Macri no tuvo mejor idea que elegir un tema que, más allá de las polémicas metodológicas sobre mediciones, cualquiera puede palpar y sentir a diario, donde por ende el margen de error es mínimo: y el tipo va y dice lo que dice, en el momento y contexto que lo dice: horas antes de que su propio INDEC lo desmienta rotundamente, cosa que no hizo falta para que mucha gente sintiera que les estaba tomando el pelo; o confirmar la percepción de que gobierna para los ricos, o que no le interesan los pobres, o para decirlo más sencillo, que está alienado de la realidad, vive en una nube de pedos o no tiene conciencia cabal de lo que está pasando.

Si esto último es o no cierto, es otro dato inconducente a los fines del análisis: el punto es que la inflación volvió a subir aunque el presidente diga que está bajando, que el plan oficial para bajarla fracasó rotundamente una vez más, aunque sí haya servido para que la actividad económica se derrumbe estrepitosamente, con los efectos conocidos por todos conocidos y palpables sobre el empleo, el consumo, la distribución del ingreso y los niveles de pobreza.

Tampoco podemos seguir todo el tiempo discutiendo en círculos si esto es lo que vinieron a hacer y lo están consiguiendo, porque para poder seguir haciéndolo necesitan mantenerse en el poder, y para eso es imprescindible sostener ciertos niveles de consenso social, al menos en un régimen de democracia abierta, en lo formal.

Para enfrentar ese cuadro que ellos mismos han creado con sus políticas, el gobierno (el presidente, para peor) niega el dato evidente que los propios organismos oficiales certifican, y desde esa negación de lo evidente se para apelar una vez más a las expectativas. ¿Cómo se hace para decir lo que dice Navarro (que te toman por boludo) sin decirlo como lo dice él?

Pero además el episodio plantea dudas respecto al grado de control de Macri sobre todo el proceso, porque está claro que el problema puntual (la inflación) no lo controla, pero el interrogante político es más amplio, y va hacia donde lo plantea Riorda: el uso de la imagen y la figura presidencial como fusible permanente, en un gobierno que se supone vino a instalar la noción de “equipo”; cuando de lo que no existen dudas (al menos para nosotros) es que encima al sujeto en cuestión no le dan los quilates para encarnar con dignidad el rol que el voto del pueblo le ha confiado.

¿Gastan a cuenta de un supuesto vínculo indisoluble de Macri con sus votantes, y aun así, al resto no lo tienen en cuenta, tan holgados están, tan seguros de que ganan pese a todo, hagan lo que hagan?

¿O simplemente no son esa maquinaria infalible que a veces nosotros mismos insistimos en creer que son, ni todos sus movimientos -como diría el Chapulín Colorado- están fríamente calculados y el principal electrón suelto es el propio Macri?

Opinan los expertos.

2 comentarios:

  1. La deuda que nos espera pagar, con bonos exóticos de vencimientos variados es lo que querían manipular, mas las tierras y bienes fiscales en enajenacion constante. Se apropiaron de numerosas variables empezando por la devaluacion del dólar y el autopago buiter...innumerables jueces y fiscales o sea, si sumamos todo ya se robaron mas que un PBI.
    Quizás , por ahora esta´hechos, quien sabe

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  2. Si el coso es o se hace, si vive en una nube de pedos o no, son discusiones irrelevantes y debieran preocuparnos lo mismo que le preocupan a él, nada.
    Hay una estrategia que tiende a llenar de temas que hagan ruido (sea que los pongan ellos o aprovechen los que aparecen) y silenciosamente el saqueo sigue sin pausa y con prisa... justo cuando estorzionelli y el agente 86 se hacen más famosos.... despacito, despacito, dos usinas pasan a precio vil a manos del testaferro del alma del excelentísimo delegado del FMI, hay un juicio que más temprano que tarde se diluirá pero, mientras, repercusión 0...
    Hasta ahora el ruido es el paisaje habitual de esta porquería, ahí ganan, lo que hace falta saber es si la oposición ES O SE HACE?, hay mucho franeleo y nada de qué se va a hacer una vez desalojados los apestosos...

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