lunes, 11 de marzo de 2019

APUNTES DE CAMPAÑA VI


* Pasaron las elecciones en Neuquén, en las que no se produjo el esperado batacazo de Rioseco y como viene pasando sin excepciones desde 1963, se impuso el MPN, acaso por más diferencia de la que marcaban las encuestas previas. La novedad respecto a las dos últimas elecciones es que el macrismo perdió casi 13 puntos porcentuales desde la elección de Macri en 2015, y respecto a las legislativas del 2017. Eso, y las múltiples denuncias de fraude con las máquinas del voto electrónico que el propio Macri insiste en instalar en las elecciones nacionales: si para algo sirven las elecciones de ayer, que sea por lo menos para eso, para enterrar definitivamente esa pésima idea.

Por lo demás, y sin desconocer que un batacazo de Rioseco hubiera producido un cimbronazo nacional, decíamos hace un tiempo acá: "Las elecciones provinciales son eso, provinciales: se votan los cargos locales, con problemas locales, y la elección presidencial es otra cosa: allí se vota por el que te va a cuidar los garbanzos, los próximos cuatro años. Los ejemplos de voto cruzado (a un candidato para gobernador, al de otra fuerza distinta para presidente) abundan, incluso en el 54 % de Cristina en el 2011, y en el 51 % de Macri en el balotaje del 2015, sobre todo entonces.". 

* Tras seis meses de ausencia en los medios, volvió a aparecer Marcos Peña, justo cuando uno tras otros se van enhebrando los fracasos del otrora invencible laboratorio electoral bajo su mando: en La Pampa desafiaron a sus socios radicales en una interna para perderla, en Córdoba no pudieron reencauzar la disputa al interior de "Cambiemos" ni siquiera con presiones desde la mesa nacional a los referentes del distrito y van rumbo a bajar sus candidatos en medio de un escándalo judicial, y en Neuquén el candidato del PRO (tercero cómodo) terminó llamando a votar al MPN, para impedir el triunfo del kirchnerismo.

Mientras Gerardo Morales (desmintiendo sus mil y una promesas previas en contrario al propio Macri) desdobla las elecciones en Jujuy, para separarlas del previsible fiasco de las presidenciales; y los medios del dispositivo comunicacional oficialista ya juegan en la interna del gobierno, agitando el fantasma del "Plan V": Vidal por Macri, para intentar revertir la derrota en las elecciones presidenciales.

* Conocidos ya los efectos sociales y productivos del programa económico, ahora están más claros que nunca sus límites: el gobierno no controla ninguna variable relevante (inflación, dólar y tasas) porque cedió su control al mercado, y está encerrado en una trampa sin salida entre el dólar, las tasas, el estallido hiperinflacionario y el default. En cualquier caso, con  una recesión sin piso como telón de fondo, y sin chances de recuperación a la vista.

* Al mismo tiempo, se conocen también los límites de la estrategia de persecución judicial a la principal (si no excluyente) oposición política, y sus efectos secundarios no deseados hacia el propio campo oficialista; y los límites políticos de la coalición oficialista, que ya de hecho no existe.

A la disparidad existente desde el inicio entre cada uno de sus miembros en cuanto a su peso específico en la toma de las decisiones de gobierno (lo que en modo alguno excluye las responsabilidades políticas de la UCR y la Coalición Cívica por el desastre perpetrado en perjuicio del pueblo argentino), se suma ahora la incapacidad para coordinar siquiera una misma estrategia electoral. Si no se acuerdan ni las medidas de gobierno ni los armados electorales, hablar de una coalición política es un chiste de mal gusto.

* El FMI comunicó oficialmente en la semana que seguirá "colaborando con la Argentina, más allá de los cambios políticos", lo que en buen romance significa que tomaron nota de que Macri tiene el boleto picado, para decirlo en términos de Tinelli.

Para empeorar las cosas, la prensa oficialista deja trascender que el Fondo igual acelerará los desembolsos este año, y eventualmente autorizará al gobierno a vender sus dólares en el mercado (es decir, financiar la fuga de capitales con la nuestra), porque apuesta con todo a la reelección del presidente. En cualquiera de los dos casos y con los resultados de las políticas que propugna a la vista, un salvavidas de plomo para Macri, que bien podría decir "No ayuden más muchachos, gracias".

* Y hablando de Tinelli: se suma ahora al desfile de candidatos intercambiables de la "tercera vía" (Massa, cualquiera de Alternativa Federal, Lavagna), lo que no es sino la confirmación de que ninguno de ellos alcanza el mínimo volumen electoral como para cumplir la función para la cual -cada uno a su turno- fueron diseñados: conducir votos desencantados con Macri hacia una vía muerta impidiendo el triunfo de Cristina en primera vuelta, y forzar un balotaje en el cual se vuelquen a favor de Macri.

Y hablando de la escasez de volumen electoral: el tresempanadismo electoral progresista (Stolbizer, Liebres del Sur, el socialismo santafesino) queda condenado a seguir a remolque de todos estos ensayos gestados desde sectores del "círculo rojo"; con lo cual la realidad (su propia realidad, de irrelevancia electoral), que es impiadosa, podría conducirlos a terminar militando a Tinelli.

* El forro de ensayo "Tinelli" es una vuelta de tuerca para asimilar la situación actual (de fracaso estrepitoso de otro experimento neoliberal) con el "que se vayan todos" del 2001, cuando el problema actual no es la política en sí, sino ciertas políticas concretas y determinadas: las que puso en marcha Macri a partir de diciembre del 2015.

Y si económicamente la situación no es la misma de entonces (incluso puede ser peor, ver lo que dice al respecto acá Claudio Scaletta), políticamente es muy diferente, porque hoy hay una salida, que es Cristina. Precisamente por eso ensayan estos experimentos absurdos: porque no quieren otro 2003. 

* Pero además Tinelli sería otro ejemplo de "empresario exitoso" metido a la política, como Macri, pero después de Macri, lo que supone un salto al vacío: la situación es tan grave que no admite improvisados, ni experimentos, ni deja tiempo para aprendizajes. Por el contrario, requiere de cuadros políticos políticos con experiencia, y de gente que sepa de lo que se trata la cosa. Más teniendo a la vista los resultados del "mejor equipo de los últimos 50 años", y el gobierno de los CEOS. 

* En medio de todo esto, pasó casi desapercibido que el principal partido de oposición (el PJ) reunió su congreso nacional, ratificando la política de alianzas para construir un frente lo más amplio posible contra el macrismo; y llamó a los que están con pie afuera como Massa y Urtubey, a dirimir sus aspiraciones presidenciales en una interna. Nadie nombró a Cristina, pero todos pensaban en ella, caso contrario la apelación a una interna entre equivalentes (por escasos de votos) carecería de sentido.

No fueron la mayoría de los gobernadores no tanto porque insistan en el experimento de "Alternativa Federal" (desarmado a las semanas de nacer), sino porque suponen que así siguen constituyendo un polo de poder que puede negociar con el otro polo opositor (el que converge en torno a Cristina) en mejores condiciones lugares en las listas. Salvo, claro está, los que juegan directamente para el gobierno, como Schiaretti y Urtubey, desplazado días antes de su cargo en la conducción partidaria (otro hecho que pasó casi desapercibido) por Jorge Taiana, nada menos.

* Si Macri por un lado (pese a las operaciones y "planes V" del círculo rojo) y Cristina por el otro (pese a los candidatos presuntamente opositores que pretenden instalar cada semana) siguen siendo las principales referencias electorales es por una razón muy sencilla: la "grieta" política es expresión de una fractura social, y ambos expresan no solo y no tanto sectores o estructuras políticas, sino franjas de la sociedad.  

* El derretimiento de las "terceras opciones" (tanto que, como se dijo, se sustituyen unas a otras sin solución de continuidad) y la certeza de que la disputa se planteará entre Macri y Cristina, ha producido una catarata de personajes que salen a decir (como Marcos Peña) que Macri es malo, pero Cristina es peor: Julio Bárbaro, Stolbizer, el socialismo santafesino y hasta la izquierda; que aparateó la marcha de las mujeres para el 8M, poniendo más el foco en criticarla a ella y al kirchnerismo, que en cuestionar las políticas del macrismo que descargan sobre las mujeres (en tanto sector vulnerable) en mayor medida los efectos de la crisis.

Hay que tomar esas opiniones como de quienes vienen: votantes de Macri "arrepentidos", lavamanos del voto en blanco o la "libertad de acción", desencantados porque sus anehlos políticos no se dieron: que el kirchnerismo desapareciera (este compartido con el macrismo), y que una masa de votantes kirchneristas desencantados por las denuncias de corrupción migraran hacia ellos, o los armados políticos en los que se cobijan. Sigan intentando, gente, otra vez será. 

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