domingo, 19 de mayo de 2019

ASÍ TE PAGAN, MAURICIO


El levantamiento del “cepo” trajo como consecuencia inmediata una devaluación, que favoreció a los grupos como Techint, que no solo exportan, sino que tienen dolarizadas sus listas de precios para el mercado interno.

Tras la devaluación, se eliminaron las retenciones a las exportaciones industriales (ver posteo), único caso en la historia que se tomaron las dos medidas, al mismo tiempo.

Desde el 2015 para acá, el gobierno que profesa las ideas liberales, cree en el mercado y la libre competencia, no tomó ninguna medida para limitar la posición dominante de las empresas del grupo Techint en el mercado, posición que en el caso de los tubos de acero con y sin costura que produce Ternium, es virtualmente monopólica.

Macri intercedió a favor de la empresa ante Schiaretti, para que el gobierno de córdoba les comprar a ellos los caños del gasoducto provincial, en lugar de a las empresas chinas, que los vendían más baratos.

Tecpetrol, la petrolera del grupo Techint, fue la principal beneficiaria de las políticas del gobierno de “Cambiemos” para el sector, incluyendo la dolarización de los precios del gas en boca de pozo, y el acuerdo de flexibilización laboral que hasta prohíbe el derecho de huelga, en Vaca Muerta.

Tanto se la favoreció, que YPF les cedió áreas de explotación, e invirtió en Loma Campana 80 millones de dólares para construir un oleoducto que usan exclusivamente ellos. Pese a todo eso, le acaba de iniciar un juicio al Estado por 5600 millones de pesos, en concepto de subsidios a la producción de gas en los yacimientos no convencionales, de acuerdo a lo establecido en una resolución de Aranguren.

Encima, el gobierno de Macri logró derogar el “cepo” que había hecho poner Cristina por ley del Congreso, para que el Fondo de Garantía de ANSES no se desprendiera de sus acciones en empresas privadas, por ejemplo el 26,03 % de Siderar (otra empresa del grupo Techint) que posee; con lo cual en cualquier momento el holding de Paolo Rocca podría recomprarlas, algo que viene buscando desde hace años.

Como consecuencia de la devaluación y de su posición dominante en el mercado, el año pasado Ternium obtuvo ganancias extraordinarias, y en su asamblea de accionistas resolvió repartirlas todas (484 millones de dólares, solo en 2018), en lugar de reinvertir una parte en país, para incrementar la capacidad productiva, en medio de la corrida cambiaria y la fuga de capitales.

Y lo pudo hacer porque a consecuencia del levantamiento del “cepo”, no hay limitaciones para que las multinacionales que operan el país (como Ternium y su controlante Techint, con sede en Luxemburgo) giren dividendos a sus casas matrices.

Pobre Mauricio, así le pagan.

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