sábado, 29 de junio de 2019

RECHAZO ABSOLUTO


Hace un año y medio atrás y a propósito de la insistencia del gobierno de Macri en negociar un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, decíamos nosotros en esta entrada: "Así las cosas, cabría preguntarse cuáles son las razones de tanta insistencia del gobierno de “Cambiemos” en promover un acuerdo respecto al cual la contraparte no parece tener el mismo entusiasmo por cerrarlo, máxime cuando los presuntos beneficios que de él obtendríamos nosotros (incrementar nuestras exportaciones de productos primarios y alguna otra por allí) a otra por allí) ni siquiera están aseguradas. 

Porque por otro lado los beneficios que la Unión Europea obtendría de cerrarse el acuerdo encierran grandes riesgos para nuestra economía, en especial para el sector industrial: supone la total eliminación de los aranceles externos y la apertura de nuestro mercado interno a una producción que además de ser más competitiva, es excedente porque no pueden colocarla en sus propios países.

Y supone también (tanto como lo significaba en su momento el ingreso al ALCA rechazado por Néstor Kirchner, Chávez y Lula) la apertura de las compras y contratos gubernamentales a los proveedores europeos (eliminando cualquier vestigio de “compre nacional”, o algo por el estilo), la más amplia protección de patentes y privilegios de invención (lo que entraña mayor pago de royalties aun que los actuales) y eventuales avances privatizadores en el campo de la educación y la salud. 

Entre otros temas la negociación abarca medidas sanitarias y fitosanitarias; telecomunicaciones; comercio electrónico; propiedad intelectual; medicamentos comerciales, textiles y vestido; pequeñas y medianas empresas; transparencia y anticorrupción; solución de controversias; desplazamiento de empresas del Estado y modificación de regímenes licitatorios; regulaciones ambientales y laborales; derechos de los consumidores; derechos digitales; circulación de capitales y desregulación de servicios financieros.

Como así también supone aumentar los factores de extranjerización y falta de control sobre resortes claves de nuestra estructura económica que ya existen por otros medios; como los tratados bilaterales de protección de inversiones (TBI), la ley de inversiones extranjeras y la desregulación total del flujo de capitales y del uso de las divisas, sin mencionar los que el gobierno de Macri específicamente añadió al cuadro, como los contratos de “participación pública privada” (PPP) y el fenomenal endeudamiento externo con cesión de la jurisdicción y ley argentina para las emisiones de deuda. 

Que el gobierno se haya manejado en una cuestión tan trascendental con el más absoluto secretismo (nadie conoce a ciencia cierta la letra chica del acuerdo que se está negociando) no debería asombrar, tanto como el hecho de que la dirigencia política, empresarial y sindical  esté en la palmera respecto al tema; ignorándolo o por lo menos sin dar muestras claras de tenerlo en agenda."

18 meses después y cuando el gobierno festeja eufórico en medio de la campaña electoral la firma del acuerdo político (para cerrar los estrictamente económicos aun falta bastante), las cosas siguen igual: pese a su gravedad inusitada el tema está ausente de la agenda pública dominante, no es parte de los temas de campaña y ni siquiera hay miras de discutirlo en el Congreso; el ámbito natural establecido por la Constitución para estos casos, e imprescindible además para que entre en vigencia y obligue jurídicamente al país: en esta materia no hay DNU que valga, ni poderes implícitos del presidente como (mal) interpretaron para sortear al Congreso en el arreglo del stand by con el FMI.

La maniobra lleva el sello "Cambiemos" y Macri de principio a fin: absoluto secretismo de las tratativas, ignorancia y desconocimiento social de sus graves implicancias, compromisos leoninos para el país asumidos a sus espaldas, claudicaciones severas en la defensa del interés nacional y seguramente también, negocios que favorecerán los intereses y los bolsillos de la runfla gobernante, comenzando por el propio presidente.

Precisamente el apuro en cerrar el acuerdo a como de lugar a meses de dejar el poder dice bastante sobre las perspectivas reales de Macri de ser reelecto, mucho más que cualquier encuesta: el hijo del calabrés se está preparando para volver del otro lado del mostrador (del que en realidad nunca se fue) más rico y con mas negocios obtenidos al amparo del Estado, que antes de llegar a la Rosada. Va en la misma línea de las bochornosas renegociaciones de las concesiones de las autopistas y rutas con peaje, y de la apresurada entrega de las centrales térmicas a los amigos, socios y testaferros del poder, a precio vil. 

Pero sobre el acuerdo Mercosur-UE decíamos en éste otro posteo: "Habrá que pensar entonces que el conspicuo representante de nuestra burguesía rentista, prebendaria, evasora, fugadora serial y fuertemente vinculada al capital extranjero (europeo en su mayoría) que funge circunstancialmente como presidente, no ha de vacilar en entregar nuestra industria nacional en una mesa de negociación, a cambio de algún bife más o menos colocado en los restaurantes europeos por sus socios preferentes del campo privilegiado; a los que él mismo pertenece por haber diversificado las inversiones familiares hacia el sector, por razones de rentabilidad y de status social. 

De paso y en beneficio de la lógica intrínseca del modelo económico puesto en marcha en el país hace algo más de dos años, unos puntos más de desempleo causados por la apertura indiscriminada de la economía pueden ser muy funcionales -como agente disciplinador- a la lógica de continuar deprimiendo el salario real, para aumentar la rentabilidad del capital.". No se podía esperar otra cosa de los herederos y continuadores de la Década Infame y el pacto Roca Runciman. 

La pelota está ahora en el campo de la oposición, y no es momento para tibiezas: tanto sus representantes con responsabilidades institucionales en el Congreso, como quiene sean candidatos, deben exigir de inmediato las explicaciones del caso, la comparencia del canciller Faurie a explicar los detalles y alcances del acuerdo y los compromisos asumidos, y adelantar desde ya su más absoluto y contundente rechazo al mismo; por atentar contra el interés nacional, el trabajo, la producción, el desarrollo industrial y hasta científico tecnológico del país; recalcando la advertencia elemental que establecen las normas constitucionales al respecto: sin ratificación legislativa no rige, simplemente no existe para el país, ni puede obligarlo jurídicamente, y debe ser desconocido si se intenta llevarlo adelante sin ese recaudo. Tuits relacionados:

1 comentario:

  1. Tranquilos, cualquier cosa que firmen el bizarro canciller brasilero y el insignificante jefe de protocolo a/c de nuestro servicio exterior va a provocar más risa que si lo firmaran Macri y Bolsonaro juntos.
    No tiene futuro. Es humo (y merca).
    Y no olvidar que la UE nunca fue europea, es la careta de la NATO.
    Es un tratado militar sin destino.

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