Es notorio como al gobierno lo incomoda que
la economía se meta en la campaña: cada vez que la oposición introduce el tema,
no saben que respuesta dar, y quedan pedaleando en el aire.
Pasó cuando
Cristina habló de las marcas “Pindonga” y “Cuchuflito”; donde quisieron
reinventarse a las apuradas como los grandes defensores de las Pymes que
compiten con las grandes empresas, para terminar en definitivas defendiendo que
la gente consuma leche que no es leche; porque no puede pagar la de verdad.
Eso, sin contar si algo ha sido este gobierno en casi cuatro años de gestión,
es un destructor serial de Pymes.
Y vuelve a pasar
ahora cuando Alberto Fernández habla de aumentar las jubilaciones y garantizar
los remedios gratis para los jubilados, priorizando gastar en eso y no en la
monstruosa bola de intereses de las Leliq’s que el gobierno ha creado, para
mantener quieto al dólar hasta las elecciones, beneficiando a los bancos en el
proceso, con ganancias fuera de toda lógica.
La respuesta (muy
inteligente) de AF fue al cuestionamiento de Zlotogwiazda preguntando como iba a
financiar los medicamentos gratuitos para los jubilados; con una sagacidad que
no exhibieron para preguntarle a Macri en el 2015 como iba a garantizar la
pobreza cero que prometió, o como hará ahora para pagar la deuda que contrajo.
El domingo con
Navarro el candidato del “Frente de Todos” estuvo excelente marcando las
prioridades de un eventual gobierno suyo: el salario de los trabajadores y los
jubilados, para recuperar el consumo y poner en marcha la economía. Después,
con el país en marcha y creciendo, se verá como se paga la deuda.
Y de paso, señaló
explícitamente que pesificará las tarifas, repondrá los controles de capitales
(medida defensiva elemental e imprescindible en el actual contexto), y dio a
entender que también repondrá la obligación de los exportadores de liquidar las
divisas en el país, para garantizar la oferta genuina de dólares que necesita
la economía: macro y micro, tirando juntas en un mismo contexto, y con un mismo
fin.
Ante ese mensaje
claro y contundente (que deberá marcar el tono de campaña de acá a las PASO),
el gobierno reaccionó a través de la prensa adicta agitando el fantasma del
default, que no asusta a nadie: es más, si van a plantear la discusión girando
sobre el eje “jubilados versus bancos”, van a perder por goleada, en un sector
donde tienen buen caudal de votantes.
Ya estuvieron muy
despistados cuando lo sacaron a Dujovne (el ministro ñoqui) a discutir con
Alberto sobre el modo de medir el déficit fiscal, algo que no le interesa a
nadie. Encima le pegó al chancho (el gobierno) y apareció el dueño (el FMI, en representación de los bancos) a retrucarlo: win win. Terminaron no solo hablando de lo que no querían hablar en campaña (la economía y el acuerdo con el FMI), sino de un tema que preferían mantener en sordina, y hoy tienen que explicar: el curro de las Leliq's.
Pero la política es como el boxeo: cuando se acierta en un piñazo bien dado, el rival tambalea, y hay que seguir metiéndole piñas hasta noquearlo. Tuit relacionado:
Pero la política es como el boxeo: cuando se acierta en un piñazo bien dado, el rival tambalea, y hay que seguir metiéndole piñas hasta noquearlo. Tuit relacionado:
Ojo que una corrida bancaria lo sepulta a Macri, muchachos. Piensen bien lo que van a hacer cuando titulan. https://t.co/Lq5ATRI71q— La Corriente K (@lacorrientek) July 29, 2019
Es adrede el título. Ya ni Clarin lo banca.
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