martes, 30 de julio de 2019

ES POR AHÍ


Es notorio como al gobierno lo incomoda que la economía se meta en la campaña: cada vez que la oposición introduce el tema, no saben que respuesta dar, y quedan pedaleando en el aire.

Pasó cuando Cristina habló de las marcas “Pindonga” y “Cuchuflito”; donde quisieron reinventarse a las apuradas como los grandes defensores de las Pymes que compiten con las grandes empresas, para terminar en definitivas defendiendo que la gente consuma leche que no es leche; porque no puede pagar la de verdad. Eso, sin contar si algo ha sido este gobierno en casi cuatro años de gestión, es un destructor serial de Pymes.

Y vuelve a pasar ahora cuando Alberto Fernández habla de aumentar las jubilaciones y garantizar los remedios gratis para los jubilados, priorizando gastar en eso y no en la monstruosa bola de intereses de las Leliq’s que el gobierno ha creado, para mantener quieto al dólar hasta las elecciones, beneficiando a los bancos en el proceso, con ganancias fuera de toda lógica.

La respuesta (muy inteligente) de AF fue al cuestionamiento de Zlotogwiazda preguntando como iba a financiar los medicamentos gratuitos para los jubilados; con una sagacidad que no exhibieron para preguntarle a Macri en el 2015 como iba a garantizar la pobreza cero que prometió, o como hará ahora para pagar la deuda que contrajo.

El domingo con Navarro el candidato del “Frente de Todos” estuvo excelente marcando las prioridades de un eventual gobierno suyo: el salario de los trabajadores y los jubilados, para recuperar el consumo y poner en marcha la economía. Después, con el país en marcha y creciendo, se verá como se paga la deuda.

Y de paso, señaló explícitamente que pesificará las tarifas, repondrá los controles de capitales (medida defensiva elemental e imprescindible en el actual contexto), y dio a entender que también repondrá la obligación de los exportadores de liquidar las divisas en el país, para garantizar la oferta genuina de dólares que necesita la economía: macro y micro, tirando juntas en un mismo contexto, y con un mismo fin.

Ante ese mensaje claro y contundente (que deberá marcar el tono de campaña de acá a las PASO), el gobierno reaccionó a través de la prensa adicta agitando el fantasma del default, que no asusta a nadie: es más, si van a plantear la discusión girando sobre el eje “jubilados versus bancos”, van a perder por goleada, en un sector donde tienen buen caudal de votantes.

Ya estuvieron muy despistados cuando lo sacaron a Dujovne (el ministro ñoqui) a discutir con Alberto sobre el modo de medir el déficit fiscal, algo que no le interesa a nadie. Encima le pegó al chancho (el gobierno) y apareció el dueño (el FMI, en representación de los bancos) a retrucarlo: win win. Terminaron no solo hablando de lo que no querían hablar en campaña (la economía y el acuerdo con el FMI), sino de un tema que preferían mantener en sordina, y hoy tienen que explicar: el curro de las Leliq's. 

Pero la política es como el boxeo: cuando se acierta en un piñazo bien dado, el rival tambalea, y hay que seguir metiéndole piñas hasta noquearlo. Tuit relacionado: 

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