El mapa cuya imagen encabeza el post muestra
con distintos colores quien ganó en cada provincia la primera vuelta de las
elecciones presidenciales del 2015: en celeste el FPV (Scioli-Zannini), en
amarillo “Cambiemos” (Macri-MIchetti). En lila Jujuy donde se impuso Sergio
Massa, y en verde San Luis, donde el triunfador fue Adolfo Rodríguez Saá por
“Compromiso Federal”.
Como ven, el
triunfo de Macri se asentó en la zona central del país, aunque luego en el
balotaje logró sumar a La Pampa, La Rioja, Jujuy y San Luis entre las
provincias en las que triunfó. Para su triunfo fue decisiva Córdoba, donde
obtuvo en primera vuelta el 53,22 % contra el 19,26 % de la fórmula del FPV que
quedó tercera, ocupando Massa-Saénz con el 20,41 % el segundo lugar.
Se podría hacer una
primer lectura simplista de los datos y decir que a diferencia del 2015, hoy
tanto Sergio Massa como los Rodríguez Saá (al menos Alberto) juegan por dentro
del “Frente de Todos”, que en consecuencia sumando esos votos ganaría la
elección; pero bien sabemos que en política las sumas no son siempre directas y
lineales.
Lo que sí deja
claro el mapa es que hay zonas en las que a Macri se le hizo muy difícil hacer
pie entonces (el NOA, el NEA y la Patagonia), y no advierte como podría
revertir ese panorama en las elecciones de este año, habida cuenta de los
efectos que sus políticas de gobierno han producido en todo el país, incluidas
esas regiones. Además, claro está, de contar el FDT con el plus de tener en la
fórmula a Cristina, que en las provincias que las conforman obtuvo incluso
cifras por arriba del 54,11 % global que alcanzó como candidata a presidenta en
2011, algunas muy por encima: ver el desagregado acá.
Pero por volumen
electoral y peso específico en el padrón, es la zona centro, con el posible
agregado de Mendoza y Tucumán, la región del país que terminará decidiendo la
elección: solo sumando la provincia de Buenos Aires y Córdoba representan casi
el 46 % del padrón general. Y mencionamos esos
dos distritos porque cada uno a su modo, ambos fueron claves para el triunfo de Macri en
el 2015: mientras en Córdoba logró en la primera vuelta una diferencia a su
favor del 33,96 % (que representaron unos 737.000), en la PBA perdió solamente
por el 4,48 % (unos 428.000 votos).
Si consideramos
Scioli ganó la primera vuelta por el 2,93 % (737.000 votos de diferencia en
todo el país, los mismos que obtuvo Macri de ventaja, solo en Córdoba) y que le
faltaron un 7,92 % de votos más para llegar al 45 % que le permitiera ganar en
primera vuelta, y comparamos esa elección con la actual, veremos que ampliando
la diferencia obtenida entonces por él en Buenos Aires y reduciendo la
desventaja que sufrió en Córdoba, Alberto Fernández y Cristina verían
notoriamente incrementadas sus chances de resolver la elección en primera
vuelta.
Aunque en realidad
la comparación que hay que hacer es la contraria, considerando por un lado el
contexto político, económico y social actual (o sea, los cuatro años de
gobierno de Macri) y otros datos relevantes, como los resultados de las elecciones
provinciales, y la perfomance en ellas de los candidatos de la hoy extinta
marca “Cambiemos”: siempre hablando de la zona centro, en el 2015 el actual
oficialismo se impuso en la primera vuelta en Entre Ríos por el 0,12 % de los
votos, y en Santa Fe por un 3,52 %.
¿Alguien puede
asegurar hoy que Macri repetirá esa perfomance, cuando en un caso (Entre Ríos)
los candidatos de “Cambiemos” perdieron por más de 23 puntos con un peronismo
unificado incluyendo al massismo, y en el otro (Santa Fe), quedaron terceros a
22 puntos porcentuales del frente encabezado por el PJ (también incluyendo al
massismo), que ganó la elección después de 12 años de gobiernos socialistas?
Otro tanto se puede decir de Córdoba: aun perdiendo allí la fórmula FF como es
muy posible que suceda, ¿alguien puede asegurar que hoy lo haría por casi 34
puntos de diferencia como en el 2015, sin dividir como entonces el voto con
Sergio Massa?
Y queda para el
final (por su volumen e importancia) el caso de la provincia de Buenos Aires:
con una diferencia de apenas el 2,93 % a favor de Scioli en todo el país (y con lo
ya apuntado respecto a Córdoba), el entonces candidato del FPV ganó en la PBA
por un 4,48 %: hoy, hasta las encuestas más favorables al gobierno están dando
que la diferencia a favor de la fórmula FF en el distrito bonaerense son mucho
más que esa cifra.
La pregunta que hay
que hacerle entonces a los macristas (incluyendo a los medios que intentan
instalar la hipótesis de una elección cabeza a cabeza) ¿de dónde exactamente
van a salir los votos a Macri y Pichetto para que eso sea efectivamente así?
De una lluvia, como las inversiones
ResponderEliminarTodo muy bonito, pero las elecciones del 2015 fueron esencialmente limpias, ahora tienen el plan F - por el fraude - con el que sencillamente las cifras pueden irse al carajo. Y no creo en brujas pero que las hay....
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