domingo, 22 de septiembre de 2019

¿OTRA VEZ LA BURRA AL TRIGO?


Leíamos en Diario Bae que durante toda la semana pasada fueron fuertes los rumores de cambios que dispondría el gobierno en el ridículo esquema de retenciones a las exportaciones por el cual, por encima de las alícuotas disminuidas durante la gestión de Macri, se paga un adicional de 3 o 4 pesos (según se trate de productos manufacturados o materias primas, respectivamente) por cada dólar recibido en pago: una carga tributaria que se dispuso cuando el dólar estaba a $ 20, y que se mantuvo igual hasta hoy, con lo que se fue licuando, incrementando las ganancias de los exportadores con la devaluación. 

Según cuenta la nota, los rumores de cambios (que el gobierno se apuró a desmentir por boca de Etchevehere) hicieron que se multiplicaran por 15 los registros de operaciones de exportación, a través de los cuales los operadores del comercio exterior tratan de cubrirse de posibles aumentos en el tributo. También tuvo que desmentir el gobierno que tuviera pensado cerrar el registro, aunque al final de la rueda semanal colapsó, por la gran cantidad de operaciones inscriptas por lo expuesto.

El episodio resulta propicio para recordar la vigencia de las Leyes 21.453 y 26.351 que rigen las operaciones de comercio exterior a los fines del pago de los derechos de exportación (retenciones); que cobraron actualidad la última vez que se modificaron las retenciones (estableciendo ese "plus" en pesos que señalábamos): mientras la primera establece que a los fines de determinar cuanto se debe pagar, por ejemplo, en concepto de retenciones, debe tenerse en cuenta la fecha de inscripción en el registro de las operaciones de venta al exterior, la segunda dispone que los exportadores deben acreditar que a ese momento tenían la disponibilidad del producto a exportar; sea por tenencia o por adquisición comprobada.

En ésta entrada del año pasado contábamos las maniobras que se dieron en el último "aumento" de las retenciones, porque el entonces Ministerio de Agroindustria a cargo (como hoy) de Etchevehere, dejó abierto el registro; posibilitando de ese modo las maniobras de elusión. 

El hecho le costó además al ex presidente de la Sociedad Rural una denuncia penal de Marcelo Parrilli por defraudación contra la administración pública, en la que además pedía que se investigara si no hizo uso indebido de información privilegiada a la que tuvo acceso en razón de su cargo (por saber que se venía el aumento en las retenciones) para "avisarles" a sus amigos.

Etchevehere trató de zafar entonces dando de baja del registro de operaciones de exportación a un conjunto de ventas de "perejiles", comparados con el tamaño de los grandes operadores del mercado, que también estaban comprometidos en la maniobra y quedaron en consecuencia comprendidas en la denuncia de Parrilli: Aceitera General Deheza (AGD), Bunge, Cofco, Cargill, LDC, ACA, entre otras.

Como se trata de zorros que pierden el pelo pero no las mañanas, y como Etchevehere logró hasta ahora zafar de sus trapisondas anteriores, y como el registro sigue abierto, no sería de extrañar que hayan vuelto a las andadas; o sea otro modo más de presionar para evitar que el gobierno -en su retirada- aumente las retenciones. 

Por lo pronto ya lograron que les flexibilicen las exigencias para liquidar las divisas, que por otro lado no venían cumpliendo, sin que nadie hiciera nada al respecto. Y encima y como alimentar más las sospechas de que están queriendo currar de nuevo, mientras inscribieron un montón de ventas en el registro, advierten que no liquidarán divisas hasta después de las elecciones.

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