martes, 31 de diciembre de 2019

HABRÁSE VISTO


Acá nos cuentan que "YPF es un polvorín" porque el nuevo presidente de la empresa, Guillermo Nielsen, quedó "debilitado" porque el presidente de la nación lo desautorizó ordenando dar marcha atrás con el nuevo aumento de naftas que había dispuesto la compañía a partir de éste lunes. Y señalan también que es una muy mala imagen para los inversores, porque queda claro que el gobierno tiene injerencia en las decisiones de la petrolera.

Habráse visto tamaña pretensión: que el accionista mayoritario, que tiene el 51 % de las acciones de la empresa, quiera decidir que hacer con ella, así no, señores, así no salimos. Tal parece que hay que recordarle a cierta gente no solo porque allá por el 2012 el gobierno de Cristina decidió que el Estado argentino retomara el control de la empresa, sino fundamentalmente "para qué".

En efecto, la Ley 26.741 que decidió la expropiación del paquete accionario mayoritario de YPF declaró en su artículo 1° "...de interés público nacional y como objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, así como la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos, a fin de garantizar el desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y el crecimiento equitativo y sustentable de las provincias y regiones.(las negritas son nuestras)"

En consonancia con esos fines, la misma ley en su artículo 3 estableció "...como principios de la política hidrocarburífera de la República Argentina los siguientes: a) La promoción del empleo de los hidrocarburos y sus derivados como factor de desarrollo e incremento de la competitividad de los diversos sectores económicos y de las provincias y regionesg) La protección de los intereses de los consumidores relacionados con el precio, calidad y disponibilidad de los derivados de hidrocarburos;...(las negritas otra vez son nuestras)"; y en su artículo 7 dejó sentado que la expropiación del 51 % del paquete accionario de la petrolera era "A los efectos de garantizar el cumplimiento de los objetivos de la presente,..." (las negritas otra vez son nuestras).

Y por sí quedaran dudas, en el artículo 16 la ley 26.741 (llamada "de soberanía energética") señala que "...La gestión de los derechos accionarios correspondientes a las acciones sujetas a expropiación, por parte del Estado nacional y las provincias, se efectuará con arreglo a los siguientes principios: a) La contribución estratégica de YPF Sociedad Anónima al cumplimiento de los objetivos de la presente;...".

O sea, quien sabe que habló Alberto con Nielsen cuando le ofreció el cargo, o que le dijeron a Nielsen las líneas gerenciales de la empresa puestas por el macrismo y que conservan aun sus cargos, en un error del gobierno que ya está produciendo efectos. Lo concreto es que las pautas políticas están claras ya desde el inicio mismo del proceso de expropiación y retoma del control de YPF por el Estado nacional, y el presidente acaba de ratificarlas, mandando dar marcha atrás con un aumento de las naftas que complicaría la estrategia antiinflacionaria y de recomposición de ingresos de los sectores populares. Como debe ser.

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