domingo, 7 de junio de 2020

FACULTAD DE DERECHA


Tal como muestra la imagen de apertura, el miércoles tendrá finalmente lugar la conferencia del juez Moro que no pudo ser en la UBA, por las reacciones y críticas que despertó. Y la organizará nada menos que Perfil, con la presentación y comentarios de nada menos que Fontevecchia.

Revisando la lista de auspiciantes (porque esta gente sin sponsors no abre la boca) vemos a varias de las universidades privadas más representativas del pensamiento de derecha en nuestro país (desde la del Opus Dei a la de Belgrano), y una sola pública: nuestra benemérita Universidad Nacional del Litoral, a través de su Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

¿Sorprende? Poco, si se consideran los antecedentes de la casa, y quienes la vienen manejando en dictadura, y ya en democracia, desde 1983. ¿Indigna? Más o menos, en la medida que uno esperara otra cosa, vaya a saber.

Pero lo cierto es que, posturas ideológicas aparte (en definitivas la "universidad" puede expresar a todas), si hay algo de lo que no es ejemplo el ex juex Moro es de combate a la corrupción, en el marco del Estado de derecho; siendo como es un exponente de los más calificados del "law fare".

Porque si de algo puede dar cátedra Moro es precisamente de la violación sistemática de las normas jurídicas y las garantías constitucionales del debido proceso, con tal de perseguir a adversarios u opositores políticos. Tanto que Bolsonaro lo premió por su papel decisivo en la prisión de Lula que le abrió el camino al poder, nombrándolo ministro de Justicia.

Que luego haya renunciado al cargo amenazando con revelar grabaciones comprometedoras del presidente y miembros de su familia y gabinete (lo que prueba que el hombre no pierde las mañas), no lo releva de su responsabilidad en el golpe parlamentario primero, y en la entronización del fascismo abierto en Brasil, después. 

Pero Moro ya sabemos lo que es, y los puntos que calza: volvamos a la UNL y su Facultad de Derecho, que no dudaron en poner la firma como auspiciantes del evento. 

Ese auspicio funciona como explicaba Ramón Doll cuando hablaba de la "hidra curialesca de las tres cabezas" (los bufetes de abogados poderosos, las facultades de derecho y los tribunales): un mecanismo de legitimación de determinadas ideas o intereses, desde la presunta asepsia de la academia, la ciencia o la jurisprudencia impartida "con los ojos vendados".

En ese contexto, la universidad es un lugar donde reposaría cierto prestigio, que trasladaría ese prestigio a las causas, personas o ideas a las que les presta visibilidad, y a su vez de ese modo revalida su prestigio, para volver a usarlo en el momento oportuno. 

Por ejemplo para prestarle el paraninfo a la Cámara de Diputados de la provincia para que sesione en la pandemia, y que todos (la Universidad y los legisladores) estén orgullosos de usarlo, y suban las fotos a las redes sociales, porque estaban en el mismo lugar donde se reformó la Constitución en el 94'; sin reparar que era el mismo en el que en 1957 se convalidó el bando dictatorial de Aramburu derogando la Constitución de 1949.

Y en el caso de las Facultades de Derecho, serían una especie de "Poder Judicial" paralelo que se atribuye el rol de dar o no el sello IRAM de calidad a todo lo que tenga que ver con lo jurídico, sea una ley, un decreto, un fallo judicial, un impuesto: un oportuno comunicado de la Facultad -o por carácter transitivo, la opinión de alguien que integra sus cátedras y lo hace saber- que forma a los futuros abogados diciendo "...tal cosa es inconstitucional..." (por ejemplo las retenciones en pleno conflicto con el campo, o la ley de medios, o la cuarentena) se supone que debe causar el efecto de fulminarlo con una excomunión ilevantable.

Claro que lo de los ojos vendados es solo una metáfora, porque en todo caso los cierran para no ver, cuando no quieren ver: vayan y busquen alguna opinión de la Facultad de Derecho de la UNL quejándose por el "law fare" y la violación de las garantías constitucionales con propósitos de persecución política cuando ésta se producía, o ahora mismo, cuando se conocen denuncias judiciales de espionaje masivo del macrismo contra opositores políticos, e incluso sus propios aliados, o periodistas.

Hubo sí, en cambio, numerosos pronunciamientos (a favor) cuando se discutían (en tiempos macristas) la "ley del arrepentido", la "extinción de dominio" o los presuntos casos de corrupción producidos durante el kirchnerismo; sin hacer notar nunca que se trataba de mentiras, operaciones de prensa o de los servicios de inteligencia o mamarrachos jurídicos estos sí inconstitucionales, como la "extinción de dominio".

El asunto entonces no es que la UNL y su Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales auspicien a Moro (al fin y al cabo, que le hace una mancha más al tigre), sino que nos acordemos que lo hicieron la próxima vez que vuelvan a salir a la palestra tratando de poner un supuesto prestigio institucional que han perdido hace rato, en defensa de intereses concretos. El impuesto a las grandes fortunas, por ejemplo, o la reforma a las jubilaciones de jueces y diplomáticos, o una posible reforma judicial: los argumentos hay que tomarlos como de quien vienen, aunque se disfracen de académicos.

3 comentarios:

  1. La adhesión seguramente fué por sugerencia de Albor Cantard, ex decano de la FCJS y Secretario de Politicas Universitarias de Macri, período durante el cual se produjo el mayor recorte presupuestario de la historia para las universidades nacionales.
    El recorte era para que saliéramos a buscar sponsors, pero no lo entendimos al Nicky, que era un adelantado al macrismo, por eso ya en la década del 80 lo traía al Paraninfo a Alconada Aramburu, integrante de la revolución fusiladora.
    El Colo.

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  2. Alconada Aramburu, Ministro del Interior de Aramburu.

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  3. Chapeau. 10 puntos. Lamentablemente

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