Atento, @serdelfino, vuelven "los cuatro o cinco temas en los que nos tenemos que poner de acuerdo todos los argentinos" (menos los peronistas, claro). Y reivindica la Alianza Santafesina con Natale y Usandizaga: https://t.co/2NFxDrx9LJ
— La Corriente K (@lacorrientek) January 10, 2021
Allá por los años 90', con un peronismo santafesino hegemonizado por Reutemann, la oposición antiperonista armó la "Alianza Santafesina", pergeñada por la UCR conducida por Usandizaga, el PDP de Natale (principal proveedor de cuadros civiles a las dictaduras militares en la provincia) y el socialismo de Estévez Boero y Binner. Con ese peronismo, podrían hacer oposición "por centroizquierda" y ponerse la etiqueta de "progresistas", si es que alguna vez nos terminamos de poner de acuerdo en lo que tal cosa significa.
Con el advenimiento del kirchnerismo las cosas se complicaron un poco, porque si bien el peronismo en la provincia seguía hegemonizado por Reutemann y Obeid, había sectores internos que se referenciaban en el proyecto iniciado en el 2003 por Néstor Kirchner, y continuado por Cristina. El antiperonismo y sus sellos viraron entonces hacia lo que luego sería el "Frente Progresista Cívico y Social", que sumó a los dos socios mayoritarios (la UCR y el socialismo) a una serie de Pymes electorales "de centroizquierda" (?) como el GEN o Libres del Sur, e incluso Binner llegó al gobierno con votos kirchneristas en el 2007; derrotando al candidato oficial del PJ, Rafael Bielsa (ex funcionario K), que previamente había vencido en las PASO y con el apoyo de Obeid, al "Chivo" Rossi.
A partir del 2007 y hasta el 2015 coexistieron el FPCyS (claramente hegemonizado por el socialismo) en la provincia, y el peronismo en su versión kirchnerista en el país, con los gobiernos de Cristina. En forma unánime, todos los partidos que formaban la alianza antiperonista provincial se alinearon como oposición al gobierno de Cristina, rechazando todas sus iniciativas más transformadoras, con la sola excepción de la recuperación de YPF en el 2012.
Socialistas, radicales y sus socios menores votaron en contra de las retenciones móviles (Binner le cedió los balcones de la Casa de Gobierno santafesina a la Mesa de Enlace para profundizar el lock out y los cortes de ruta en el 2008), la recuperación de Aerolíneas Argentinas, las reformas a la ley de abastecimiento, la reforma judicial, el pago soberano a los fondos buitres, las reformas a la Carta Orgánica del Banco Central y a la ley de los servicios de inteligencia, y hasta se abstuvieron o votaron en contra cuando el Congreso discutió la ratificación de los DNU que crearon la AUH primero, y el Procrear después. Lo mismo pasó con el Fondo Federal Solidario, creado con la participación de una porción de las retenciones a la soja.
Y si bien el socialismo votó a favor la recuperación de las AFJP y la ley de medios (la UCR votó en contra en ambos casos), en la discusión en particular votó en contra del artículo que establecía como invertir los activos del FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) de ANSES en el primer caso, y en contra de las cláusulas de desinversión forzada para los multimedios que tenían licencias acumuladas en exceso, en el segundo.
Este raro "progresismo" además no pudo exhibir en sus 12 años de gobierno en la provincia políticas "progresistas" concretas: nosotros en éste blog demostramos, con las propias cifras oficiales, que la inversión en Salud, Educación y Desarrollo Social retrocedió invariablemente, año tras año, su participación porcentual en la ejecución efectiva de los presupuestos provinciales; del mismo modo que retrocedieron las transferencias directas de recursos a los sectores sociales más vulnerables.
Con la llegada del macrismo en el 2015 -luego de haber combatido al kirchnerismo por ocho años con el argumento de la discriminación a Santa Fe- el Frente Progresista se enroló los dos primeros años en las filas de la "oposición responsable" al gobierno de la derecha, a las cuales se sumaron también el massismo y sectores del FPV: socialistas y radicales le votaron a Macri el blanqueo de capitales, la "ley del arrepentido", el acuerdo con los fondos buitres y Lifschitz firmó el pacto fiscal que eliminaba el fondo sojero, reducía los subsidios al transporte y convalidaba los tarifazos; cosa ésta última que los gobiernos del FPCyS practicaron impiadosamente como política de Estado en los servicios provinciales de luz, agua y peajes, durante sus 12 años de gobierno, pese a la vigencia de la política de subsidios del kirchnerismo.
Lo que ocurrió entonces -más precisamente luego del 2017, cuando el macrismo soñaba con perpetuarse en el poder- fue que un sector de la UCR, encabezado por Corral y Barletta resolvió cortar con el ninguneo del socialismo a los radicales saliendo del Frente Progresista para alinearse con la decisión tomada dos años antes por la UCR nacional en Gualeguaychú (a la que en su momento se opusieron porque "el límite es Macri", pero después corrieron los mojones) , e integrar "Cambiemos".
Comenzaron así dos años de disputa en la provincia ya no para ver cual era más "progresista", sino quien podría frenar al peronismo en las elecciones provinciales del 2019. Y así como lo habían conseguido tres veces (en 2007, 2011 y 2015, cada vez por menos margen) al dividirse el voto peronista, en el 2019 y conocida la oferta electoral, el final estaba cantado: si el peronismo se mantenía unido y no dispersaba sus votos, vencería al gorilismo que se presentó partido en dos ofertas electorales, y Perotti fue electo gobernador.
En la campaña de esas elecciones y durante estos 13 meses del nuevo gobierno provincial, el discurso del socialismo en sus dos versiones (la oficial del PS y la del radicalismo lifschista que expresa Pullaro) fue pretender correr al peronismo por izquierda, con el argumento de que con Perotti en el gobierno, volvían los 90', Reutemann, el menemismo, las privatizaciones y el ajuste.
Con las tarifas provinciales congeladas 13 meses, sin ningún área del Estado que haya pasado a manos privadas (antes bien, la nueva administración recuperó el control de la autopista Santa Fe-Rosario, ratificó la permanencia de la EPE en la órbita estatal y planteó la creación de una empresa pública para prestar servicios de TIC's), el discurso se les complica un poco para encontrar anclaje en la realidad.
Pero no se arredran: empezaron las gestiones de todas las líneas internas de la UCR (las que estaban en "Cambiemos" primero y "Juntos por el Cambio" después, y las que permanecieron en el FPCyS) para forzar una alianza antiperonista amplia que incluya al PRO, para poder pelearle las elecciones al peronismo con más chances de éxito, con la experiencia a la vista del 2019. Y si bien en público los promotores de la idea son radicales (Pullaro y el senador radical Michlig), quien verdaderamente quiere que el deseo se concrete es Miguel Lifschitz, el más liberal de nuestro socialismo liberal santafesino; que quiere volver a ser gobernador en el 2023; y quiere conseguirlo de la mano de quien sea, con tal de que no sea peronista, aunque ojo: una manito del traferrismo no le vendría mal; explícitamente o bajo cuerda, boleta única mediante.
El recurso (aglutinar a todo el antiperonismo para ganarle al peronismo) no es nuevo, ya se inventó en 1945 y se llamó Unión Democrática, claro que entonces no funcionó muy bien que digamos. Y la excusa tampoco: en palabras de Pullaro "hay que frenar al kirchnerismo", envuelto en esa pseudo mística de "sacrificio por las instituciones y la república", con la que -sin ir más lejos- Alfonsín justificó entregarle el rosquete a Menem con el Pacto de Olivos y la reforma constitucional del 94'. Lo que se les va a complicar si se terminan juntando con el PRO es el verso del "progresismo", y la retórica contra los 90', los ajustes y las privatizaciones.
Muy buena nota compañeros. Para los peronistas viejos (soy nacido en la primera mitad del siglo pasado) es embromado entender lo de "progresistas". Como dicen ustedes DIGAMOS TODO, el prudente rafaelino votó en el Senado junto a las lacras macristas para pagarle a los buitres contra toda la política de NK y CFK y, además, AF prohijó las candidaturas de SM y FR contra la más peronista de todas y la más odiada de Evita para acá por todo el estiercolero cipayo. Por eso y pese a ello, entonces, Ella, (peronista paladar negro, humanista y de ovarios muuuuy bien puestos), poniendo primero la patria, después el movimiento y al final los hombres, ordenó votar a AF en Nación y a OM en Santa Fe, para que no siguieran los gorilas en versión PRO y/o FPCYS. Y algo más: estoy esperando que el gobierno santafesino, al que voté, obviamente, diga alguito al menos con relación a los presos políticos como Milagro, Amado, Julio y Luis. Un fuerte abrazo peronista
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