¿Me querés decir para que mierda lo hicimos entonces? Nunca sirven para nada los blanqueos, salvo para los evasores: https://t.co/ZZIGlYUPQA
— La Corriente K (@lacorrientek) March 13, 2021
Mientras tanto a los que sí quieren, ya les ofrecieron un plan de pago en cuotas: https://t.co/YkLRzLXGRY
— La Corriente K (@lacorrientek) March 13, 2021
Esto es vergonzoso, no tiene justificación posible: https://t.co/N4ltXnB2Zg
— La Corriente K (@lacorrientek) March 13, 2021
El blanqueo de Guzmán para financiar la construcción y el plan de pago en cuotas del impuesto a la riqueza de Marcó Del Pont demuestran que la chapa de heterodoxo no te exime de tomar medidas de mierda. Es el contexto político el que determina que heterodoxo sos. Y quien conduce.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 13, 2021
El viernes pasado se publicó en el Boletín Oficial la Ley 26713 (completa acá), que establece un nuevo blanqueo de capitales, en éste caso para exteriorizar tenencias de moneda nacional y divisas, y abonar a cambio un impuesto especial; quedando exentos quienes lo hagan de pagar lo que adeudaren en concepto de Bienes Personales, Ganancias e impuestos internos.
Además pueden deducir de Bienes Personales lo que inviertan en proyectos de inversión destinados a la construcción y desarrollo de proyectos inmobiliarios. La idea es que éste nuevo blanqueo (recordemos que el gobierno de Macri aprobó uno amplísimo en 2016, a poco de asumir, es decir, estamos hablando de que blanqueen los evasores del macrismo) sirva para apuntalar la construcción y las actividades asociadas; pero por lo pronto y como da cuenta uno de los tuits de apertura, los propios desarrolladores que se beneficiarían con el régimen auguran un aumento de precios de las unidades.
Es decir, el Estado resignaría recursos, sin garantizarse a cambio no solo mejorar el nivel de actividad, sin garantizar la accesibilidad a la vivienda; en un mercado que está dolarizado y nada indica que vaya a cambiar en lo inmediato.
En el mismo Boletín Oficial del viernes se publicó la Resolución 4942 de la AFIP firmada por Mercedes Marcó del Pont (completa acá), por la cual se establece un plan especial de pago para la contribución especial conocida como "impuesto a las grandes fortunas": pagando un 20 % del total determinado del impuesto como condición de ingreso, pueden saldar el resto en hasta cinco cuotas.
Por todo argumento para este insólito beneficio de que gozarán las 12.000 personas más ricas del país (de las cuáles la propia AFIP ha detectado ya que hay 1200 que están tramando maniobras para evadirlo), se dice en los considerandos de la resolución: " Que en virtud del objetivo permanente de esta Administración Federal de coadyuvar al cumplimiento de las obligaciones de los contribuyentes y/o responsables, se estima oportuno establecer un régimen de facilidades de pago a los efectos de la cancelación del saldo resultante de la declaración jurada del precitado aporte, conjuntamente con sus intereses -en caso de corresponder-.".
O sea, a los más ricos para poder cobrarles un impuesto que es por única vez sin que lo evadan hay que dárselos a pagar en cuotas, y ni así se tiene la certeza de que lo paguen. Insólito.
Otra reculada más del gobierno, que responde a los pedidos de los empresarios que. resignados a que exista la "contribución", piden poco menos que una declaratoria de pobreza para pagarla en cuotas. Y en el caso de la AFIP, se suma a la marcha atrás con el régimen que obligaba a los contribuyentes y agentes de retención de los impuestos a informar las ingenierías fiscales que utilizaban, para pagar menos; tema abordado en su momento acá.
Además del blanqueo con la idea de motorizar la construcción, el gobierno anunció un régimen de beneficios para la industria automotriz que comenzó ya con la eliminación de retenciones a las exportaciones incrementales de autos; mientras el Congreso es escena de una puja entre otros sectores que buscan su tajada de exenciones, rebajas o diferimientos impositivos y cargas patronales, como las petroleras y el complejo industrial aceitero dedicado al biodiésel.
No se trata de criticar que se tomen medidas para estimular la producción y la actividad, sino de señalar que subyace una mirada "ofertista" que privilegia la concesión de estímulos, beneficios y privilegios a fracciones del capital que no son precisamente Pymes, y que tienen escala y envergadura para ser competitivos, sin necesidad de que el Estado resigne recursos, como única respuesta a todas sus demandas, y frente a lábiles compromisos de generación de empleos, integración de partes nacionales (en el caso de las automotrices), ingreso de divisas -se trata en general de sectores que exportan- o volúmenes determinados de producción.
En el plano económico parece un enfoque incorrecto o por lo menos parcial, pues no se advierten, en la misma medida, estímulos a la demanda para sustentar el crecimiento, salvo los cambios en Ganancias para los asalariados de mayores ingresos, y siempre que se pueda garantizar que los excedentes generados por recursos que el Estado deja de percibir, se destinen al consumo y no al ahorro en dólares, como ocurrió tantas veces.
Y en el plano político, ese enfoque demuestra una debilidad del poder político para plantarse frente a las demandas del poder económico, y sostener ciertas políticas públicas, contra sus presiones para eludir el pago de impuestos, y sus maniobras defraudatorias para evadirlos; cosa que es bastante palpable en el caso de las desafortunadas resoluciones de la AFIP de la que damos cuenta. Resoluciones que han creado una inadmisible categoría de "planeros VIP".
Los "heterodóxos" ayudan a los que nos están rompiendo el "ortodoxo"
ResponderEliminarTodo está perdido, en nombre de la unidad
ResponderEliminarUn aporte estatal a la "planificación fiscal" de los eternos evasores.
ResponderEliminar¿No había bienes para embargar en caso que no ingresaran el impuesto?
El Colo.