Cacháme el cuadrito de Mandela de fondo, mientras les explotó una catástrofe sanitaria en la ciudad: https://t.co/uGCX1sXteG
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2021
En política y en Argentina proyectar a futuro es siempre difícil, y es un terreno en el que no conviene internarse porque todo puede cambiar no en meses o días, sino hasta incluso en horas. Dicho esto parece que -precisamente- en las últimas horas algo pasó con el meteórico ascenso de Larreta a la candidatura presidencial de la principal oposición al gobierno nacional, de cara a las elecciones del 2023.
La "125 educativa" no prendió en las masas (?) como algunos pensaron, y al blindado Jefe de Gobierno porteño se le fisuró un poco el blindaje: en los medios del grupo Clarín se difunden informes científicos en los que se destaca el peligro de contagios que conllevan las clases presenciales; mientras Larreta espera que la Corte Suprema le tire una soga que -todo indica- no llegará, o no en el momento en el que lo necesita. Y en paralelo reaparece Vidal, avisando que está disponible para lo que gusten mandar.
Si Larreta se embarcó en un conflicto de poderes innecesario por presiones del "bolsonarismo" PRO o por decisión propia, no es tema que interese señalar ahora, a los fines del análisis. Lo cierto es que está en un laberinto, que lo único que ha logrado es poner todos los reflectores sobre su desastrosa gestión de la pandemia, por ejemplo en el caso de los afiliados del PAMI que no pudieron vacunarse. Eso, sin considerar los aspectos delictivos y judiciales del caso.
Nosotros tenemos un montón de problemas, como gobierno y como coalición política. Los que son lectores habituales del blog sabrán de que hablamos, porque los venimos señalando en forma reiterada; además de las restricciones objetivas que crean la pandemia y la situación económica heredada del macrismo. Sin embargo, ellos no las tienen todas consigo: parece bastante claro que no solo no digirieron la derrota electoral del 2019, sino que tampoco han reflexionado sobre sus causas.
Y cuando decimos "ellos" nos referimos al dispositivo opositor, en sentido amplio: los partidos que integran JxC, los medios hegemónicos que les marcan los tiempos y el tono del discurso, y los grupos de poder económico (de los que esos medios son parte esencial), que tampoco entienden que su modelo fue derrotado en las urnas, porque antes fracasó en términos de sustentabilidad social, y también económica, aunque algunos -no todos- hayan engordado sus ganancias como consecuencia de su aplicación.
Así detenidos en el tiempo como en el día anterior a las elecciones que consagraron a la fórmula de Alberto y Cristina, en lo único que atinaron a pensar es "a rey muerto, rey puesto"; apurándose a jubilarlo a Macri, para entronizar rápidamente a Larreta como nueva "esperanza blanca" del antiperonismo, en su lugar.
Sin advertir que así como Macri es "uno de ellos" (es decir, la corporización política y electoral del "país atendido por sus propios dueños"), Larreta representa mejor que nadie los alcances reales de la utopía tecnocrática de una presunta "nueva derecha moderna y democrática", con supuesta excelencia en la gestión, superior a la de los populismos cortoplacistas.
La pandemia y sus consecuencias ha dejado expuesto, en forma brutal, el maquetismo marketinero del intendente porteño (porque de ese se trata la pomposidad de la "jefatura de gobierno") y su insuficiencia frente a desafíos mayores que reponer baldosas, o inaugurar metrobuses. La autonomía porteña, pensada en la reforma de 1994 para generar una vidriera electoral del país "blanco" y gorila, terminó mostrando una marquesina iluminada, pero con los actores desnudos, en bolas y a los gritos.
Si el discurso y la praxis de la derecha (a secas, ni nueva, ni moderna, ni democrática) se ha bolsonarizado de modo tal que no puede tener más pretensiones electorales que retener a duras penas al núcleo duro, la experiencia concreta de gestión de esa misma derecha erosiona a diario posibles adhesiones en el "núcleo blando" de votos disponibles y fluctuantes. El único sentido del blindaje mediático a Larreta es sostener esa ilusión, y si los medios le empiezan a soltar la mano en el tema puntual de la pandemia, la degradación será feroz. De hecho, algunos exabruptos golpistas como el de Longobardi, tienen que ver con la comprobación de ésta situación.
Estos son los problemas que tiene que resolver la oposición al gobierno nacional, si quiere volver a ser competitiva en términos electorales, más allá de quien sea un candidato. Éste último aspecto -en el que los análisis suelen poner siempre el foco- es secundario, pues en las circunstancias actuales anteriormente descripta (o sea, habiendo perdido toda capacidad de interpelación electoral de sectores "independientes"), son todos intercambiables.
De hecho, María Eugenia Vidal (la rueda de auxilio a la que podrían apelar para impedir la reaparición de Macri, al que conceptúan como un salvavidas de plomo, sin decirlo) hoy está "disponible" porque fracasó estrepitosamente en su intento de reelección, por su desastrosa gestión de gobierno; aun gozando de un blindaje mediático incluso mayor del que hoy dispone Larreta.
Los bonaerenses en el 2019 vieron lo que no quieren/pueden ver la mayoría de los porteños -que siguen y seguirán votando al PRO-, pero que podrían estar empezando a ver la mayoría de los argentinos, del resto del país. Y acá sí entramos nosotros: si la gestión de gobierno se alinea con las expectativas que despertó el "Frente de Todos" cuando se conformó, y con los intereses objetivos de los sectores sociales que lo votaron -y no con el humor cambiante de los que no lo hicieron-, los resultados electorales no deberían entrar en riesgo. De otro modo, todo puede pasar.
Muy posiblemente, lo que el resto del país empiece a ver -y a pasar factura- es que el porteño Larreta se caga en, justamente, el resto del país con su gestión de la pandemia. Para que ello ocurra antes que después, sólo hace falta que todos se den cuenta que lo que hace Larreta en CABA, va a golpear inevitablemente en el resto. Dicho de otra manera, sólo hace falta que se den cuenta que por mantener sus expectativas electorales, el Guasón está irradiando Covid a todo el país.
ResponderEliminarEL día que se empiece a percibir con claridad eso, a la acostumbrada bronca al porteño, sentida por todo el país, se le va a inyectar esteroides. Y el gran perdedor será, justamente, el "amigo Horacio".
El Guasón está en el suelo. No hay que dejar que se levante más.
ResponderEliminarPrimer paso, denunciarlo ya por violación al artículo al artículo 205 del Código Penal.
Denuncia judicial y ante los medios. Cada funcionario del gobierno que tenga un micrófono adelante, tiene que recalcar que el Guasón cometió un delito y que tiene que pagar penalmente.
El Colo.
Coincido. Una preguntita: el "prudente" Massa, que hizo un asado en su casa con los yanquis que nos visitaron, dijo algo de este tema de la pandemia y la destituyente campaña de larrata y el mamerto ? Y ahora aparece Randazzo coqueteando con Jorge Macri y Schiaretti con larrata. No hay que ser un genio o un sesudo analista político para ver dónde está el peronismo: Cristina, Axel, Máximo, Rossi, De Pedro, Recalde padre e hijo, Amado, D'Elía, Catalano, Zurro, Gollán, Secco, Baradel, Yasky, Alesso, Taiana y tantos otros compañeros, son la viga maestra de la paz y de la patria justa ,libre y soberana, la de patria grande y la felicidad del pueblo. Viva Perón, carajo
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