lunes, 12 de abril de 2021

LA DISCUSIÓN NO ES CON ELLOS, SINO ENTRE NOSOTROS

 


Desde que arrancó el mandato de Alberto Fernández, estuvo como encorsetado por distintos condicionamientos: la herencia recibida del macrismo, luego la pandemia, las presiones de los sectores de poder y sus propias vacilaciones; consecuencia de un estilo de construcción política y del proceso de toma de decisiones que supone que siempre se puede arribar a consensos, o existe la fórmula mágica con la cual conformar a todo, y evitar el conflicto.

Todo eso sumado a una oposición irracional y lindera en lo golpista y desestabilizadora, en la que sin embargo el presidente creyó ver bolsones de cordura, donde claramente no los había. Una oposición que pasará tristemente a la historia por haberse opuesto a tomar medidas elementales de restricción por razones sanitarias, o a sabotear un plan de vacunación, en medio de una pandemia global: eso sólo bastaría para definirlos, y saber que de ellos y con ellos, nada bueno se puede esperar.

Menos se ha analizado, en cambio, la realidad al interior de la coalición oficialista y sus distintas miradas en diferentes asuntos, y como se reflejan o no en las acciones del gobierno, y en qué medida a su vez éstas responden al programa electoral votado, y al compromiso con la propia base social. Así como en la disputa con la oposición está la base de las indignaciones, en éste otro aspecto -mucho más relevante a nuestro entender- está la base de las decepciones de muchos votantes del FDT.

Oposición aparte, es más productivo discutir, entre nosotros, que pensamos hacer con los alarmantes indicadores de pobreza y de regresión en la distribución del ingreso; o que medidas tomar para contener la inflación, en especial en los alimentos y demás consumos sensibles para los sectores populares. Lejos de eso, estamos hablando de volver a aumentar tarifas, acabamos de autorizar un nuevo aumento a las prepagas, y clavamos uno o dos aumentos de combustibles por mes.

Discutamos entre nosotros por qué no estamos cumpliendo las promesas electorales de preferir a los jubilados por sobre los bancos, a los que les estamos pagando 80.000 millones de pesos mensuales por intereses de las LELIQ´s; o cual es el apuro por cerrar un acuerdo con el FMI, y cuáles serían las consecuencias de hacerlo.

Planteemos hacia adentro por qué el "impuesto a las grandes fortunas" no es permanente, y a los pocos privilegiados que lo deben pagar les dimos prórrogas y planes de cuotas para hacerlo, o si además de aliviar las cargas por Ganancias a los salarios más altos y a las Pymes, no debemos incrementarla paras las grande empresas, y financiar así transferencias a los sectores más golpeados por la crisis. 

Digamos con claridad y para que se entienda por qué razones, con los índices de pobreza en alza y una segunda ola de la pandemia que llegó y crece con velocidad notable, no habrá más IFE ni ATP, discutiendo incluso como hacer al respecto "sintonía fina" para que los recursos no terminen siendo destinados a los que no nos necesitan. 

Planteemos que medidas concretas -no sarasa- podemos tomar ya, para recomponer los ingresos de los sectores populares (jubilados, beneficiarios de planes sociales, trabajadores informales y buena parte de los formalizados), de donde saldrán los recursos para financiarlas, pongamos en quiénes van a pagar la crisis actual, y la deuda heredada.  

Hablemos sobre flexibilizar o no los controles en el acceso a las divisas y el comercio exterior, sus costos y beneficios en términos sociales; que hacer con la hidrovía y por qué el Estado no la puede administrar por sí misma, como es que renegamos de la concentración mediática pero no reponemos la ley de medios, ni tumbamos la fusión entre Cablevisión y Telecom; y seguimos poniendo pauta publicitaria en Clarín, La Nación o Infobae.

Discutamos todo eso en lugar de discutir con la oposición psicótica si la tierra es redonda o plana, las vacunas protegen del virus o no, las provincias pueden comprarlas o no. Y si volvemos al punto de las "correlaciones de fuerzas" y a que no nos dan los números en el Congreso para avanzar en determinadas cuestiones, debatamos entre nosotros que hacer para que den, desde el gobierno -que es la mejor manera de que los números den, cuando se abran las urnas- y en la campaña; y hacia donde verdaderamente estamos dispuestos a avanzar, y con quiénes. 

Que no es con ellos, precisamente, sino contra ellos, y pese a ellos. Evaluemos nuestro gobierno desde la óptica de las dificultades que le tocó afrontar, pero también desde el ángulo del compromiso que adquirimos con los que nos votaron, en primer y antes que nada. Otra cosa es no solo una estafa política, sino un suicidio electoral. Tuit relacionado: 

3 comentarios:

  1. "Cómo hacer [...] para que los recursos no terminen siendo destinados a los que no nos necesitan" es la misma clase de discurso de "cómo hacer para que ningún delicuente quede libre."
    Lo primero es que nadie quede sin recibir los recursos que necesite, y que nadie vaya preso si es inocente; si además, como acción secundaria, sin demasiado apuro, podemos aumentar el porcentaje de delitos que son castigados, y podemos evitar que la guita vaya a algunos cuantos vagos y aprovechadores, mucho mejor.
    Pero primero lo primero: una vez que la ayuda esté asegurada, recién entonces discutamos cómo evitar desvíos.

    Los más necesitados necesitan recursos (laburo o guita), y no reparos moralistas. Saludos.

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  2. Se puede hacer política económica peronista, o se puede asegurar la ganancia de bancos y medios de comunicación usando la pobreza como ancla para la inflación, para "contenerla" en un 4% mensual.

    Una locura, si gobernará cambiemos estaríamos haciendo paro general y todo el coso.

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  3. Cecilia Todesca Bocco (vicejefa de Economía) aclaró anoche que:

    con las medidas actuales el Gobierno está "pudiendo ayudar a la gente” a sobrellevar la crisis causada por la pandemia de coronavirus, pero aseguró que “si las circunstancias cambian, las herramientas de ayuda se ajustarán a esa realidad”

    Respecto del IFE: “No estamos amarreteando la plata, sino viendo dónde esa plata es más eficiente”

    ¿Hablaban de suicidio político?

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