El gobierno tiene abiertos varios frente de conflicto al mismo tiempo, a saber:
* El frente de la pandemia, con el crecimiento de los contagios y la saturación del sistema de salud, que lo ha llevado al borde del colapso. Allí el esfuerzo está puesto en el plan de vacunación, que enfrenta las dificultades que tienen todos los gobiernos del mundo: conseguir vacunas, que son escasas y llegan menos rápido de lo que crecen los contagios.
Allí las cosas siguen estando en el punto que en su momento se marcó acá: "La autoridad estatal legítima está así cuestionada, y al mismo tiempo auto-limitada por la falta de decisión en avanzar en las medidas que la crisis aconsejaría, y en hacer cumplir mediante la coerción legítima, las que se adoptaron; punto en el cual no todo es culpa de los jueces o las presentaciones que deben atender: no hay ninguna acción judicial para que los shoppings o canchitas de fútbol 5 funcionen normalmente como si nada pasara, o para que los bares funcionen sin ningún protocolo, y sin embargo todas esas cosas suceden, ante la inacción de las autoridades.
Las palabras "estrictos protocolos" se han vuelto un significante vacío, o peor aún, carente de otro sentido que no sea el irónico, para el consumo en las redes sociales. Y otro tanto sucede con las "burbujas", impunemente pinchadas, sea en el fútbol o en las escuelas: el propio Larreta y su ministra de Educación lo hicieron, yendo a una escuela a interactuar con los chicos con fines de propaganda, subiendo las fotos a las redes sociales.
De la apelación a la responsabilidad social pasamos a la de la responsabilidad individual, en un reconocimiento de que la crisis sanitaria no nos está volviendo mejores sino peores, porque frente a una enfermedad infecto-contagiosa las respuestas solidarias son minoría, y se apela al "sálvese quien pueda", o peor aún: "a mí no me importa morir con tal de darme el gusto de hacer lo que me gusta", tal pareciera ser la consigna imperante en mucha gente.
La responsabilidad individual es así la contracara de la progresiva deserción estatal en todo lo que implique dictar reglas de conducta a la sociedad, y ocuparse de hacerlas cumplir -si es que las dicta-, en beneficio del conjunto. Y no es justificable la inacción en dudas o debates respecto a cuáles son las medidas que deben adoptarse: todos las conocen, pero nadie o casi nadie está dispuesto a llevarlas a cabo.".
* El frente de la oposición en sentido amplio, que involucra a la coalición "Juntos Para El Cambio", los medios hegémonicos que la organizan conceptualmente y el Poder Judicial, que opera en sintonía con ambos, cuando de defender sus intereses o prioridades se trata: allí están a la vista los casos de sendos DNU's que en un caso suspendían las clases presenciales en el AMBA, y en el otro congelaban las tarifas de los servicios de cable e internet, y disponían que los futuros aumentos debían ser autorizados por el gobierno.
La reforma judicial que envió el Ejecutivo al Congreso sigue durmiendo en Diputados, la que anunció el presidente en el discurso de apertura de sesiones jamás pasó de eso: un anuncio; y el cambio de ministro de Justicia no se tradujo hasta acá en nada concreto. Peor aun, Soria se reunió con el lobby de los fiscales, para hacerles concesiones en el marco de la reforma propuesta para el Ministerio Público, como si fueran parte de la discusión legislativa.
Ninguna de las iniciativas (ni las lanzadas, ni las anunciadas ni las que están en pañales) resuelven el problema estructural del poder de veto que se atribuye el Poder Judicial, sobre las decisiones del poder político que lesionan ciertos intereses. Porque el problema no es jurídico sino político: de disputa por el poder, y de defensa del que se tiene, con más razón cuando es legítimo. Y cuando las cosas son así, las soluciones no pasan por uno u otro proyecto de ley.
* El frente de la economía, con una recuperación incipiente y en riesgo de frustrase por condicionantes externos al gobierno, y por decisiones que éste no toma, e incluso (u sobre todo) por las que toma: no se combate la inflación aumentando las tarifas, ni se recupera el salario real para que dinamice el consumo y la actividad con paritarias a la baja, un aumento del SMVM miserable y en cuotas, y una estrategia de lucha contra los formadores de precios que es mezcla de pastor evangélico con Lito Nebbia.
Guzmán -el hombre del discurso "progre" que seduce a muchos en el colectivo oficialista- está ajustando, aunque no lo diga. En el gasto público y en el salario, que es como habitualmente se ha ajustado en la Argentina. Podemos discutir los modos, las velocidades o las formas, pero no el hecho en sí: no hay una estrategia de crecimiento sino de estabilización y ajuste, para ponerse en mejores condiciones de negociar con el FMI. Es de necios negarlo.
* El frente del "Frente de Todos", que hasta acá ha venido asordinado por las dificultades que crean todos los demás frentes, pero que comienza a hacerse sentir: con la discusión por el futuro de la hidrovía, o el descongelamiento de las tarifas, sin ir más lejos.
En ese frente, hay paparulos que reclaman por el silencio de Cristina y le piden que hable, sin advertir que ya lo hizo, no una sino varias veces; y no le dieron ni cinco de pelota. Y si lo hiciera ahora, en éste contexto, las derivaciones podrían ser explosivas, para el gobierno antes que nada. La pregunta es hasta cuando se puede seguir prolongando este estado de cosas, sin daño letal para el conjunto. Tuit relacionado:
Ahora esta mamerta inviable le quiere marcar a Cristina cuando y cuanto tiene que hablar. Si hablara más a vos te pegan un voleo en el orto, y no sé hasta cuando aguanta el gobierno: https://t.co/WwYz65uIHy
— La Corriente K (@lacorrientek) May 3, 2021
Cristina tiene que salir y decir a quien votar en octubre. Así como dijo votenlo a Alberto y ahora nos cagan de hambre, así tiene que salir ahora y decir quienes son los congresistas que el movimiento necesita para hacerle frente a la interna massista.
ResponderEliminarAsí de simple.
Y el "aumento" del smvm es en realidad un ajuste de casi 10 puntos, siempre que no se acelere la inflación.
No se puede usar el salario como ancla si los alimentos son los que empujan al alza.
La realidad es que no saben cómo pasar el invierno. Si aumentan salarios la inflación se dispara (aún más? Hablamos de disparadas de inflación con 5% mensual.. una locura) y si no aumentan no llegamos a octubre.
Anónimo de las 11:51:
ResponderEliminar"Si aumentan salarios la inflación se dispara .... y si no aumentan no llegamos a octubre."
¿Entonces para vos que hay que hacer?
Parecés discipulo de Milei.