Todos rubios y rubias que dan bien para la foto en las listas. No te meten un morocho/a ni por equivocación. Ese racismo disimulado si se puede ver.
— La Corriente K (@lacorrientek) July 25, 2021
Judiciales, docentes, bancarios. Los gremios de cuello blanco son los únicos que logran colar candidatos en nuestras listas. Algo estamos haciendo mal, en algún punto.
— La Corriente K (@lacorrientek) July 25, 2021
La idea de que existe una "casta política" que trasciende a los partidos y los atraviesa transveralmente es una de las tres o cuatro muletillas simplonas del discurso "libertario", desde la que se intenta deslegitimar a la política y los políticos, para traficar ideología: el discurso antipolítico suele ser el caballo de Troya de la derecha neoliberal, que reniega en teoría de las ideologías para "priorizar resolver los problemas de la gente", y termina poniendo en acto una ideología bien concreta (a la que le dan el valor único pensamiento racional), que termina cagándole la vida a la mayoría de la gente.
Sin embargo, que sea una idea burda y simple no significa que no tenga la capacidad de interpelar a determinados sectores de la sociedad (más allá de la eventual perfomance electoral de sus autores), y -he aquí lo más preocupante- que muchas veces ese discurso antipolítica no termine siendo alimentado desde la propia política, cuando se encierra en sí misma y se aleja de las preocupaciones cotidianas de la gente a la que debe representar.
Los momentos de cierres de listas (como los que se vivieron el fin de semana) son particularmente propicios a esos fines, y si bien el dispositivo de construcción de sentido de los medios hegemónicos se encargará de reforzar los prejuicios, lo cierto es que, vista desde ese prisma, la política en general, y la pensada en clave nacional-popular en particular, muchas veces no está a la altura de las expectativas.
Hace unos días decíamos nosotros en ésta entrada: "Del mismo modo que erosionan a la democracia por sus bases de legitimación social instaurando modelos que profundizan la verdadera grieta (la de la pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso) que fragmenta a la sociedad, medran con un sistema político debilitado con partidos porosos y permeables, sin anclaje en la sociedad y dependientes de encontrar, en cada proceso electoral, la "figura" candidateable; que además se construye desde las propias lógicas del sistema: en lo posible desideologizada (en la superficie), "presentable" en los medios, con capacidad de comunicar en lenguaje ambiguo, presto a surfear sobre las olas de la opinión pública del momento e intercambiable entre un partido y otro, según convenga.".
"Se dice también que el kirchnerismo recuperó al Estado, rescató la autoridad presidencial y reivindicó la autonomía de la política frente a las lógicas corporativas, mientras que el macrismo expresó la tendencia opuesta: la idea de un país "atendido por sus propios dueños", en la que los representantes de las fracciones concentradas del capital ofrecen a uno de los suyos para que dé el salto a la política electoral, y conduzca otro experimento neoliberal, con pretensiones de cerrar para siempre el ciclo peronista.".
"Lo que se dice menos es que los impedimentos de la política (pensada en clave democrática profunda y real, de ampliación, conservación y recuperación de derechos) para avanzar sobre los núcleos de intereses creados que sostienen una sociedad injusta, vienen en buena medida de que sigue funcionando con las lógicas que se implantaron en la transición post dictadura, y con fuerza acá en los 90': los operadores, los aparatos, las "oligarquías" partidarias dueñas de las lapiceras, los "armadores", las figuritas sueltas, la militancia rentada, la "carrera política". Eso da como resultado una estructura política de escaso espesor social, por carecer de anclaje; y siempre en desventaja frente al poder permanente (el que no depende de humores electorales), cuyo mayor espesor viene dado por la consistencia de los intereses objetivos que expresa, que son los que le dan la capacidad de condicionar al sistema.".
No es simplemente un problema de renegar de las roscas, o cuestionar el tamaño de las mesas donde se deciden las listas, o el proceso de toma de decisiones, la "cocina" de la política, es bastante más complejo. Si se asume que la política es -ante todo y primero que nada- un asunto de representación de sectores e intereses-, y se miran las listas de la oferta electoral concreta, hay huecos, vacíos, ausencias; y un marcado corte de clase, incluso en términos visuales.
Y no nos molesta que los candidatos de los otros sean todos blancos, rubios, con sonrisas anchas, dentadura completa, con aspecto de clase y que dan bien en cámara, porque son de ellos. El problema son los nuestros; porque se supone que somos otra cosa, y aspiramos a representar a otros sectores: trabajadores y sus sindicatos, excluidos, movimientos sociales, referentes territoriales con representatividad ganada en las calles, en los barrios, con la gente.
El corte de clase en la integración de las listas es muy notorio, tal como si los "morochos" (en su hora, los "cabecitas negras" o "grasitas" descamisados de los desvelos de Evita) estuvieran para tareas subalternas como repartir votos, pegar carteles o pintar tapiales; siempre y cuando esas tareas no se tercericen en empresas. O en todo, caso tuvieran algún escape electoral para cargos menores como concejales, como pasa acá en Santa Fe con la explosión de listas que hay para esa categoría cada vez que hay elecciones locales.
Y si bien el complejo problema de la representación política no se agota en la conformación de las listas electorales ni mucho menos, lo que estamos señalando es un problema real, que se manifiesta como constante desde hace muchos años y que no puede ser siempre ignorado o barrido bajo la alfombra; al menos si se piensa la política en clave nacional, popular y democrática.
Hay una sola clase de persona humana. La que trabaja.
ResponderEliminarPor lo demás, a lo mejor sea racismo. Capaz es solo temor a espantar votos racistas. Vaya uno a saber.
Cómo sea.. me preocupa mas está idea del albertismo, que legítima un poder que alberto no tiene, por lo que debe referirse al poder de Massa.
El radicalismo intruso a tal punto que todos los candidatos son radicales. Y nos preocupamos porque no hay negros de la uom?
Si quieren diputados obreros voten principios y valores. Ahí ya están los nombres (en bs as al menos)
Pero más vale preocuparse por lo nuestro... Estamos por ir a votar ciegos al que diga Cristina... De nuevo. Y aparentemente ese es el principal problema que tenemos, haber votado ciegos al candidato se Cristina.
PD: será el candidato de Cristina, pero los medios ya hablan de que en realidad el fdt ganó por los votos de Alberto.. porque sino no llegaba.
Más allá de las caras de las listas el verdadero poder de manejo lo definen los cuadros a los que no se les conoce la cara.
ResponderEliminarSon miles que hacen que las cosas funcionen, a veces a pesar de lo que las caritas felices quieren.
Compañeros: no concuerdo con la calificación de trabajadores de cuello blanco siendo que, espero, confío y anhelo que los votos de Silley, Palazzo y Yasky sean para este lado y nunca para encanar a un compañero diputado o para pagarles a los buitres. Si de laburantes grasitas o peronissstas hablamos, tendríamos que hablar de metalúrgicos, mecánicos, albañiles, peones de campo, choferes, por ejemplo ?. Y a ellos, los representarían adecuadamente Calabró, Rodríguez, Martínez, Venegas ? En esos gremios, obviamente, han nacido dirigentes como Avelino Fernández, Andrés Framini, Atilio López, Ongaro o Ferraressi. A mí también, como peronista muuuuy veterano, tal vez me gustarían representantes de esos gremios "negros" o "grasas", pero, en ambas cámaras, quiero manos levantadas a favor de no sacarle los fueros a un ex ministro de CFK que si el motorman accionaba los frenos (que funcionaban)no ocurría la tragedia de Once o de pasarse por el toor el esfuerzo en la ONU y avalar a los hijos de puta de Black Rock. Y ojo, esto ocurrió hace un ratito eh ! no estoy hablando de Dorrego y Lavalle, del Chacho y Sarmiento. Abrazo peronista
ResponderEliminarNo es despectiva la calificación, ni la inventamos nosotros, es de los manuales de sociología. Tampoco apunta a cuestionar a los elegidos, si lo leés atentamente tiene que ver con representar fielmente a tu base electoral. Después defeccionar pueden defeccionar toodos, como pasó con el desafuero de De Vido: no bajaron al recinto a defenderlo, directamente. Incluso algunos que hoy siguen ocupando bancas.
ResponderEliminarAnónimo 11:26:
ResponderEliminar"...... los medios ya hablan de que en realidad el fdt ganó por los votos de Alberto... porque sino no llegaba."
¿Aportó más votos Alberto que Cristina? ¿Sin Alberto no se ganaba?
Esa es la letra que siempre repitieron Clarin y TN. Que coincidencia.
0 comprensión de texto, hermano.
EliminarY para peor, 0 lectura política.
Lo que diga Clarín es, a priori, lo único que importa. Por no entender eso perdimos en 2015. Y si no lo entendemos nos va a seguir pasando.
Los medios tienen poder para construir realidad. No son las vacunas un ejemplo claro e innegable?
Por favor anónimo 18:56, si querés participar en política ponete a estudiar. Para Giles que repitan ya tenemos el cupo lleno.
Y aclaro, por si quedan muchos como vos... Todo lo que tenga olor a Alberto es Massismo. No existe alberto. El FDT es Cristina más el FR. Por eso los quilombos en santa fe y Córdoba. Porque los que aspiran a ser presidente se pasan por el 5to forro del traste lo que diga Massa.
El riesgo, para mí, radica en que Massa para ser presidente tiene que mandarse la gran Du*alde... Y para eso ya tiene un de la Rua en la rosada.
Abrazo peronista
Es cierta la secuencia de no bajar al recinto como "táctica" para defender a De Vido, pero al menos no votaron por su desafuero como Binner, Siciliani, Donda o Argumedo (en qué manual de sociología de esta mujer estaba dicho que había que convertirse en una Judas femenina ?). Tanto como que hubo los que votaron por los buitres contra CFK. O no ? Y hoy, ocupan una gobernación. O no ? Digamos todo compañeros. Y termino acá. Votaré por Rossi y no me olvido que Rodenas cuando ganó sumada a Rossi, al día siguiente se armó un minibloque. Si no gana el Chivo, OBVIAMENTE votaré por Levandowski. Ni progreseo, ni trosqueo, ni cosa parecida , trato, humildemente, y de buena fe, de remitirme a lo que aprendí como niño privilegiado nacido en la primera mitad del siglo pasado. Les reitero, y ojalá lo acepten, mi sincero y fraternal abrazo peronista.-
ResponderEliminarAcabo de observar lo de "persona humana", jajaja!
ResponderEliminarQue asco se ha vuelto todo.
Todo no, pero la cantidad de gente que no sabe que es el peronismo diciéndose peronista, eso da bastante asco.
EliminarHay un solo tipo de hombres! Ahí te gustó más?
Si viviera Evita... Al 22:41 lo caga a patadas en el orsen
La única observación que haríamos es que al parecer en el 2019 el influenciómetro infalible de Clarín se descompuso. En todos los demás de acuerdo.
ResponderEliminarClaro, nos mean y clarín dice que llueve.
EliminarPasa que es difícil convencer a un tipo de que no está cagado de hambre cuando tiene a los chicos pidiéndoles para comer y no tiene nada para darles.
Y bueno, ni clarín pudo haber eso. Mérito exclusivo de Macri. Que ironía.
Pero sabes que si pudo hacer? Convencer de que el kirchnerismo era una dictadura comunista mientras compraban autos, iban de vacaciones y tenían la panza llena.
Nunca se vivió tan bien como en la década ganada, nunca (desde Perón). Así y todo perdimos en 2015.
Abrazo peronista