lunes, 20 de diciembre de 2021

20 AÑOS NO ES NADA

 

Cuando hace poco se cumplieron 20 años del "corralito", decíamos acá: " A 20 años de la implosión del modelo de la convertibilidad, Cavallo (que no está preso como debiera) recorre los medios proponiendo soluciones para los problemas económicos del país -las mismas de siempre, las que condujeron al desastre hace 20 años- y vuelven a circular en los medios y las redes rumores sobre un nuevo "corralito" (que fueron una constante en los años kirchneristas), sin que nadie acierte a hacer alguna correlación entre los dos datos.".

"Pero no solo Cavallo asoma la cabeza como si nada hubiera pasado: López Murphy acaba de ser electo diputado por el voto porteño ("el electorado más calificado del país"), Patricia Bullrich, la del recorte del 13 %  los diputados, preside el principal partido de la oposición y recorre los medio dando cátedra sobre como gobernar, y Hernán Lombardi (el escriba de los discursos postreros de De La Rúa junto con sus hijos) además de ser dotado de fueros por acceder al Congreso, imposta indignación moral y arenga movilizaciones contra el gobierno, por cualquier motivo." 

"Y así podríamos seguir, historiando la amnesia o el indulto social contra los perpetradores de aquella crisis, muchos de los cuales reincidieron en tiempos más recientes, durante el macriato. Porque de eso se trata: si no se fue ninguno, y volvieron todos, es porque como sociedad lo permitimos.".

De allí hasta hoy, el intento por reversionar una historia que los argentinos deberíamos conocer de memoria (aunque algunos prefieran olvidarla) continuó: el impresentable Fernando Iglesias propuso en el Congreso un homenaje a De La Rúa, el más impresentable aun Hernán Lombardi recorre los medios diciendo que el 2001 fue un golpe del peronismo contra el gobierno de la Alianza, hipótesis refrendada cuando no- por muchos "analistas" de esos medios, alguno de los cuales llegó a culpar de los hechos al entonces inexistente kirchnerismo.

José Pablo Feinmann -al que perdimos en estos días- definía al peronismo como un persistencia argentina. Pues bien: el antiperonismo es una persistencia aun mayor, y más tenaz. Porque esa conjunción entre indulto social y amnesia histórica solo se puede explicar desde allí.

Cristina decía hace poco en la plaza el 10 de diciembre que los pueblos siempre vuelven, de un modo u otro, y lo que ocurrió ayer en Chile le da la razón: habrá que ver hasta donde pueden llegar los chilenos en el camino de desandar el neoliberalismo y la herencia de Pinochet, pero no se podrá negar que lo están intentando, cuando parecía que nada se podía esperar de ellos, en ese sentido.

Aquí, a 20 años de lo que algunos imaginaron como "el argentinazo" nosotros parecemos ir en sentido contrario al movimiento general que alumbra en América Latina, así como después del estallido del 2001 protagonizamos de modo decisivo la ola anterior de gobiernos populares en la región. Como le gusta decir también a Cristina, los "corsi e ricorsi" de la historia, y los vasos comunicantes entre los diferentes procesos políticos, que no son ni automáticos ni lineales, pero que los hay, los hay.

Como dijimos hace poco, los que se tenían que ir volvieron todos, incluso el FMI, con su presencia omnisciente en nuestros asuntos políticos y económicos. Pero también es cierto que, si en un momento pensamos que la impunidad por los crímenes de la dictadura estaba definitivamente consagrada, por una hendija de la historia -precisamente, la que abrió la crisis del 2001- supimos que eso no era así.

Esa crisis, la de la implosión de la convertibilidad, se saldó también "indultando" a sus perpetradores y beneficiarios (los bancos, los fugadores de capitales, los grandes grupos económicos), solo para que desde entonces saboteen todo intento de generar otro rumbo para el país cuando no gobiernan ellos o sus amanuenses, de los que no se privan: como en el 2001 lo "resucitaron" a Cavallo para plantarlo en el gobierno de la Alianza, en el 2015 vertebraron una propuesta política que llegó al poder en elecciones libres; lo cual habla a las claras de la complejidad de los procesos. 

Esos mismos grupos -que sostuvieron la convertibilidad más allá de su viabilidad porque tutelaba sus intereses- son los que hoy volvieron  fugar los dólares de la deuda, mientras son a su vez tenedores de bonos de esa misma deuda que pesa como una hipoteca sobre nuestro futuro.

Ojalá la memoria de aquellas triste jornadas de hace 20 años, activada en la clave de los procesos que se están dando en América Latina (que incluyen necesariamente medir de que es capaz una derecha que juega siempre al borde de los límites de la democracia), nos ilumine en modo de claridad conceptual para dejar de lado las tibiezas, las concesiones, los renuncios, las especulaciones posibilistas sobre "la correlación de fuerzas"; y así proveer el cauce para que esas energías liberadoras que hay en los pueblos (coexistiendo en lucha tenaz con las tendencias a la recolonización) puedan expresarse y coronar en derechos, autonomía, integración social y justicia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario