Acá las palabras claves son "quienes fuimos opositores a ese gobierno". https://t.co/uwykw4ZV8L
— La Corriente K (@lacorrientek) December 28, 2021
A esta altura del campeonato, nadie se debería sorprender de nada, si de macrismo, persecuciones políticas (a propios y extraños) y espionaje organizado se trata: solo la justicia mafiosa de éste país puede sostener que los reiterados episodios que lo comprueban y documentan son "emprendimientos" de "cuentapropistas" que van por la suya para vender información al mejor postor, y no un plan organizado desde el núcleo mismo del poder del Estado; que involucra a sus máximas responsabilidades institucionales, el primero de ellos el propio presidente de la nación (Macri, en su momento).
De allí que el video donde la AFI macrista grabó y filmó a funcionarios del gobierno de Vidal armando una operación para sacar del camino a sindicalistas molestos, con la anuencia y complicidad de los empresarios que participaban de la reunión y la de los funcionarios judiciales mencionados que aun no lo desmintieron, en el fondo sea un "se veía venir" más grande que el Aconcagua. Como su filtración justo cuando Vidal anuncia su intención de competir por la presidencia, y Macri alerta que los que saquen los pies del plato "pueden desaparecer": los trazos del accionar mafioso del descendiente de calabreses suelen ser indelebles, e impune como se siente, no se preocupa por sutilezas, o por borrar las huellas.
Tampoco sorprende el blindaje mediático que silencia el episodio en las portadas de los principales diarios del país, ni el silencio de la dirigencia opositora, siempre tan atenta a los hechos que ponen en riesgo a la república, las libertades, las instituciones y coso. Sobre todo al coso. Y nadie podría asombrarse de las piruetas dialécticas que ensayan algunos amanuenses del régimen que fungen de pseudo intelectuales, para justificar lo injustificable.
Desde luego que la mención (elogiosa, casi apologética) de la Gestapo nazi no le generará al ex ministro de Trabajo de Vidal ni a su espacio político, ningún costo político en sus propias filas, o entre sus votantes: si se trata de perseguir opositores, en especial sindicalistas, y si por esa vía se logra cercenar derechos de los trabajadores sin levantar resistencias, se justifica lo que no se puede considerar un exabrupto, sino la auténtica expresión de un modo de pensar.
Hace ruido, sí -para que negarlo- el estruendoso silencio presidencial en torno al tema, ya que solo conocemos la opinión del gobierno por boca de la vocera Cerrutti, máxime cuando el video fue dado a conocer por la actual conducción de la AFI, que depende directamente del presidente que dijo en el Congreso que venía a echar luz sobre los sótanos de la democracia, y vaya si esto proviene de allí. Se supo por la vocera que el gobierno iniciará una denuncia penal por los hechos, cuyo destino final es dudoso, o no: probablemente termine en manos de jueces que concluyan que estamos ante otro caso de cuentapropismo.
Nos interesa, en cambio, destacar el contexto en el que la reunión filmada y grabada se produjo, allá por 2017, cuando el macrismo triunfaba en las elecciones intermedias, y en sus filas (y en buena parte de las opositoras) se le auguraba una larga hegemonía. Por entonces (y aun hoy) Milagro Sala estaba presa, lo mismo que Boudou, Julio De Vido era desaforado con el apoyo (por acción y omisión) de la oposición y Cristina trajinaba los tribunales defendiéndose; mientras desde el oficialismo y la "oposición responsable" se negaba el "lawfare", se votaba la ley del arrepentido, y empresarios y ex funcionarios del kirchnerismo eran "encuadernados" en una operación dirigida por los inefables Bonadío y Stornelli.
Para decirlo de una buena vez: no todos los que eran entonces -al menos formalmente, y en los roles asignados- opositores fueron perseguidos, espiados, encarpetados o encarcelados, ni todos tuvieron que afrontar causas judiciales, o lo tienen que hacer aun hoy. No hace falta hacer las listas de los que zafaron, pues basta confrontar la nómina de funcionarios o legisladores que hoy ocupan cargos relevantes en el oficialismo, gracias a la generosidad de Cristina, y sus votos.
Que en muchos casos son los mismos que entonces renegaban de las "plazas de la militancia" porque allí se cantaba "Macri, basura, vos sos la dictadura", aserto que se comprobó cierto, con una exactitud infalible: de aquellos polvos, estos lodos. O estas Gestapos para perseguir opositores políticos o sindicales.
Asumir esto y correlacionarlo con lo que se supo después (o en rigor se confirmó) sobre los límites que el macrismo cruzó sin escrúpulos para sostenerse en el poder, nos ayuda a comprender el verdadero propósito de estos mecanismos propios de la dictadura: no tanto sacar de la cancha a rivales políticos potencialmente competitivos en términos electorales (que se lo buscó), como disciplinar al resto para que -en palabras de Macri- no sacara los pies del plato.
Y es esta segunda finalidad la que puede ayudarnos a entender las condiciones en las que Cristina cedió el primer lugar de la fórmula presidencial del FDT en 2019 (si es que no la explica por completo) y ciertas tibiezas e indecisiones actuales en las políticas de un gobierno que elige seguir comentando estos estropicios por las redes sociales, antes que hacer algo concreto para terminarlos de una buena vez.
Estas reflexiones -no por dolorosas menos ciertas, e inevitables- iluminan nuestro pasado reciente, pero más aun nuestro futuro mediato, en tiempos de reelecciones prematuras, ajustes desmentidos -pero palpables- y acuerdos anunciados que se postergan, con el FMI. Tuit relacionado:
Vidal, la que vos decías que estaba angelada, esa Vidal o es otra? https://t.co/Xvzsn7nDQV
— La Corriente K (@lacorrientek) December 27, 2021
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