Parece que está a punto de concluir el culebrón de la negociación con el FMI, y habría acuerdo. Un acuerdo que debe ser discutido en el Congreso de la nación, como la manda la ley de sostenibilidad de la deuda pública votada el año pasado, y como no sucedió cuando Macri contrajo el mega préstamo.
Discusión en la que es previsible anticipar la oposición del macrismo, que contrajo la deuda, sin demasiados esfuerzos por encontrar argumentos razonables, pero démosles tiempo, más allá de sus declaraciones de apoyo de hoy. Y en un punto está bien: si apoyaran el acuerdo (cuyos detalles se irán conociendo con el tiempo), tendríamos que preocuparnos porque seguro es una garcha; y en términos políticos: ¿Quién aplaudiría públicamente que otro haga el trabajo sucio por él?
Acá en Página 12 hacen un resumen de los dichos de Alberto sobre lo que implica o no implica el acuerdo, igual lo dice en el video de apertura. Según se dice, no habría condicionalidades (del tipo de una reforma laboral o previsional), ni se exige llegar al déficit cero, ni aumentos de tarifas (mayores a los que ya está lanzando el gobierno con audiencias públicas, se entiende), ni devaluación, y se podrían sostener los niveles actuales de inversión en obra pública, educación, ciencia y tecnología. La "letra chica" del comunicado del Fondo sugiere otra cosa.
Así dicho parece que es buenísimo, pero bueno sería que el presidente grabe un mensaje para contarnos que cerró un acuerdo horrible. Lo que no termina de cerrar es como tardamos dos años en conseguir lo que -en teoría- planteamos desde un primer momento. tal pareciera que el Fondo se rindió incondicionalmente, seducido por nuestros argumentos, que recién ahora comprendió.
Pero, como dijo una vez alguien, "la única verdad es la realidad", y a esa realidad post acuerdo solo la podremos juzgar cuando suceda. Hasta entonces, son todas puras especulaciones. Lo que sí ha trascendido es que se sostienen las revisiones trimestrales de nuestra economía por el FMI, de acuerdo a cuyos resultados vendrán o no desembolsos de nuevos préstamos, para pagar los vencimientos del anterior, porque se trata de lo que describió en su momento Andrés Asiaín.
Sobre lo que sí hay certeza (por evidencia histórica incontrastable) es que los acuerdos con el FMI, consecuencia de la deuda, siempre fueron gravosos para el país, y fuente de tensiones políticas y sociales. Si el gobierno encontró la cuadratura del círculo para resolver ese problema, bienvenido sea, pero parece difícil que así sea.
Porque el sendero de frenar gastos para mejorar el resultado de las cuentas fiscales (también se puede recorrer el de recomponer los ingresos, como veíamos acá) ya lo recorrimos en el 2021, con los resultados electorales conocidos. Y en el 2023 no se juega solamente la mitad de las bancas del Congreso nacional, sino quien gobierna el país por los siguientes cuatro años, o sea: no hay más lugar para pifiadas, o errores de cálculo.
Tuits relacionados:
Con un déficit fiscal del 3 % (cuando debía ser del 4,5 % de acuerdo al presupuesto), perdimos las elecciones del año pasado. Pero con un déficit del 2 % o el 1,5 % en el 2023 (cuando Guzmán proponía 3,1 %) vamos a ganar las presidenciales. Acá no entiende el que no quiere.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Ahora sin default tienen el timón. Por eso tuvimos récord de exportaciones, superávit comercial alto, crecimiento del PBI más del 10 %, pero retrocedimos en la distribución del ingreso capital/trabajo y perdimos las elecciones. Y no subieron las reservas.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Si el acuerdo es como dicen no se entiende por qué demoramos dos años en cerrarlo. Si parece que el FMI se rindió incondicionalmente, a juzgar por los dichos del presidente.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Uno de mis boludos favoritos es el que cree que la discusión sobre déficit o superávit de las cuentas públicas en un país como la Argentina, donde más del 50 % del gasto público nacional es la seguridad social, es económica y no política, con consecuencias electorales.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
...diferimientos, rebajas o eliminación de impuestos para los sectores en los que el plan económico hace pivotear ese crecimiento: hidrocarburos, minería, exportaciones agropecuarias, automotrices. Algo no cierra del todo ahí.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Y la pregunta de los 44.000 millones de dólares, que se viene haciendo en vano desde 2018 y que Cristina repite cada vez que puede: de que colchón va a salir la lana para pagar la deuda, aún con el acuerdo anunciado hoy?
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
"La historia juzgara" es otro modo de decir "De la justicia no esperamos nada".
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Se logró un acuerdo que no prevé ninguna de las cosas que durante dos años nos dijeron que el FMI ya no pedía más porque ahora era bueno. ¿Es así la cosa o nos perdimos algo?
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Atentos a los apoyos. Sobre todo del sector empresario. Ahí está la clave para saber si es una garcha o no.
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Listo. Se acabó la discusión. https://t.co/8Wswm0bJNk
— La Corriente K (@lacorrientek) January 28, 2022
Es tal cual. No se sabe por qué el lunes pasado no arreglábamos y ahora sí. ¿Qué le impusimos al FMI justo cuando la cuerda nos estaba empezando a apretar el cogote? ¿Es creíble que la demora hasta el último momento puso al FMI contra las cuerdas?
ResponderEliminarEsperar para ver?
ResponderEliminarNos prestan nueva plata para que devolvamos la deuda y tienen dudas.
Creo q el Sr. Fernandez es un traidor a la causa peronista y no me queda claro el rol de Cristina en este acuerdo..
Más de la mitad del gasto público es seguridad social, capaz que ese es uno de los problemas.
ResponderEliminarEstá peola.. es como si no venimos hace un año diciendo que había que quebrar el fdt..
ResponderEliminarExplíqueme lo genios cuál es la diferencia, cuál es la mejoría, respecto de no acompañar en las paso y en noviembre?
Conducta partidaria .. dale.. pero de qué partido?
Cristina? Y quién lo trajo al traidor? Vino solo?
Cristina vendió el peronismo a cambio de su libertad y la de sus hijos.
Esto nos merecemos por sentarnos con la progresía porteña.
Se olvidaron que el Kirchnerismo era una bajada de precio, quisieron la montonera de cogobernar, coparon desde la campora y el zurdaje. Rompieron todo.
Todo con tal de no poner el lomo.
Imberbes de m...
Al enemigo, ni justicia.