La deuda "en pesos".
— Mario Raúl Negri (@marioraulnegri) January 21, 2022
Cambió el relato.
Del "nosotros no endeudamos" a "endeudamos, pero en pesos"
Nadie aumentó tanto la deuda como Cristina Fernández de Kirchner y nadie a un ritmo tan a veloz como Alberto Fernández.
👉🏼 Abro hilo 1/4
Ya demostré que según la definición oficialista de "fuga de capitales" CFK fugó más dólares que el 99% de los argentinos durante 2015-19.
— Alfonso Prat-Gay (@alfonsopratgay) March 17, 2021
Este hilo derriba otro mito del relato K contra Cambiemos: resulta que CFK "endeudó" más y más rápido que MM (121 vs 55 mil millones de USD). pic.twitter.com/z0sngNiyvT
Sobre la base de la tibiezas y claudicaciones del gobierno, la oposición construyó su triunfo en las elecciones legislativas del año pasado, a menos de dos años de haber sido categóricamente derrotada en primera vuelta en las presidenciales del 2019. Y sobre la base de ese triunfo, está ensayando un intento de revisionismo histórico en tiempo real, para completar el indulto social a los estropicios que perpetraron cuando fueron gobierno.
Desde los tiempos de Mitre, reescribir la historia apostando a la amnesia colectiva ha sido un sello de fábrica de la derecha argentina, en sus diferentes encarnaciones: hay en ese sentido un hilo conductor entre el Decreto Ley 4161/56 de Aramburu pretendiendo borrar al peronismo de la memoria de los argentinos, el intento de autoamnistía de la dictadura en retirada por sus crímenes, las apariciones públicas de Cavallo dando cátedra de economía como si cargara en su currículum con lo que carga, o el insólito pedido de Hernán Lombardi cuando murió De La Rúa, para que se lo homenajeara por haber sido víctima de una supuesta conjura golpista en su contra; y no como fue, eyectado del gobierno por su propia torpeza.
Por estos días vemos en las redes sociales (ver tuits de apertura) como con la misma letra, figuras de la oposición salen a explicarnos a los argentinos que en realidad ellos desendeudaron al país, o tuvieron que hacerse cargo de las deudas que les dejamos nosotros, y por eso se vieron forzados a tomar más deuda; cuando sus propios documentos y declaraciones de entonces (cuando eran gobierno) y de hace poco (como cuando Macri dijo que el préstamo al FMI fue para que los bancos pudieran escapar de la debacle), dicen lo contrario.
Desde luego que el impune blindaje mediático del que gozan contribuye al éxito de la movida, porque hay mucha gente para la cual -bajo ese influjo- la crisis del 2001 parece no haber sucedido, y el gobierno de Macri fue exitoso y excelente, pero quien lo conducía no fue reelecto, vaya uno a saber por qué razones. Bastaría que hablen de clientelismo de los que entonces eran opositores y en consecuencia no controlaban los resortes del Estado, para redondear el absurdo, y estaríamos.
Pero en rigor hay algo bastante más serio que estos burdos intentos de mistificación de la historia reciente, en línea con las patrañas a que nos tienen acostumbrados sobre la más lejana, y es la absoluta falta de respeto por la voluntad mayoritaria del pueblo argentino, expresada en elecciones democráticas libres e inobjetables. Porque ésta es otra "marca de fábrica" de nuestro gorilaje: los pueblos no se equivocan, siempre y cuando los voten a ellos.
De allí que, cuando despotrican contra el "populismo" o le echan la culpa de todo a "los 70 años de peronismo", en realidad lo que están expresando en su odio visceral a las grandes mayorías nacionales, a las que han decretado imbéciles, incapaces de tomar decisiones políticas libres y autónomas. Eso sería un privilegio exclusivamente reservado a sus electores.
El kirchnerismo fue la inesperada salida de la crisis del 2001 que implosionó el modelo de la convertibilidad (esa misma que ahora nos quieren hacer creer que fue resultado de una conjura palaciega), y saldó de un modo inesperado el nudo gordiano de la deuda, y el vacío de poder generado por la crisis institucional. Inesperado pero no inédito: retomó la hoja de ruta del primer peronismo recomponiendo la autoridad presidencial, el rol del Estado e invirtiendo las prioridades que siempre se fijaban, a la hora de repartir cargas y beneficios en la sociedad.
Por eso se mantuvo en el poder más de 12 años, con tres mandatos presidenciales, ganando dos elecciones en primera vuelta sin necesidad de balotaje y por diferencias abismales con sus competidores; con cifras que no dan lugar a dudas, ni especulaciones, ni otra lectura que no sea la más obvia: el pueblo -o la mayoría de él- nos votó porque gobernamos para mejorar sus condiciones de existencia, y como lo pudieron comprobar, de ese modo lo agradecieron.
La derrota de la derecha en primera vuelta en el 2019 fue consecuencia de su propia torpeza gobernando (o en todo caso de su consecuencia protegiendo intereses minoritarios en perjuicio del conjunto de la sociedad) y de la memoria social de esos años del kirchnerismo, más que de una acertada alquimia electoral a la hora de construir el frente opositor. Y cuando abandonamos el rumbo central de esos 12 años (como en estos dos años de gobierno), perdimos apoyo social y electoral. No es tan difícil de entender, ni debiera serlo para nadie, incluido nuestro propio gobierno. Sobre todo él.
Lo que debiera preguntarse en todo caso la oposición -si es que le interesa, todo indicaría que no, porque juegan a otra cosa- es como ellos se la pasaron esos 12 años en la vereda de enfrente de ese proceso, preocupados por atender siempre los intereses de las minorías, que son las que, una y otra vez, ensayan experimentos que llevan al país al desastre, aunque en el proceso ellas obtengan cada vez mayores beneficios.
De lo contrario es posible que vuelvan a ganar elecciones, solo para conducirnos a otro desastre que luego pretenderán -en un nuevo ensayo de revisionismo histórico para la amnesia social- que todos olvidemos, y así hasta el infinito.
Hay que subrayar el pésimo gobierno de Alberto Fernández, más preocupado por el pago de las corruptas deudas con los bonistas y el FMI que por las crudas necesidades del pueblo trabajador. Hay que admitir también que la designación de Alberto por Cristina está resultando calamitosa, un error histórico de proporciones.Hoy el de Alberto parece un gobierno ausente, disociado de la realidad, a la espera de que Estados Unidos obre el milagro de un acuerdo con el Fondo que castigue menos a la gente que lo que se teme. Sabe que se le puede venir una catástrofe política tanto si firma como si no firma con el FMI. Para peor, la pandemia no da tregua, pero eso al desgobierno albertinesco parece ya no importarle porque hace rato tiró la toalla, hace rato que decidió no actuar, salvo con la vacunación, aunque sin alterar la "libertad" de los antivacunas, y hace rato que solo espera que la peste pase sola, de una vez. Tiempos tristes y desalentadores, sin dudas, al que no se le ve horizonte, excepto el de los orcos del macrismo, cada vez más envalentonados y con ilusiones de volver a arrasar todo, y a todos.
ResponderEliminarEvidentemente el macrismo no fue la crisis terminal que permitía un reset del modelo de endeudamiento, y este gobierno hizo su trabajo convalidado la estafa, de manera ue la derecha que puede sentir que su programa es convalidado y puede ser defendido públicamente (aparte del blindaje mediático, que es lo que menos me interesa como excusa).
ResponderEliminarAsí que el gobierno solo por su propia impericia se convirtió en una transición hacia algo, un paso intermedio de limpieza de terreno y culpas de otros. Compro el modelo que le propuso la UIA (el capitqlismo realmente existente) con su mensajero Kulfas del thinkthank Callao, de festejo de crecimiento y balanza comercial y vaciamiento del BCRA mediante una continuidad de la fuga de dólares con los excedentes de pesos de una economía oligopolizada e inflacionada. 14000M de dólares de excedentes que podrían dar espalda para negociar la deuda, tener margenws de acción y que el gobierno dilapido sin siquiera bajar índices de pobreza macristas.
Y como se dejo encerrar, la única salida que quedo disponible en el laberinto es ajuste griego con el FMI o el desierto del default, o sea salida venezolana, algo que el consumo cultural y aspiracional de la clase media de la Europa de Sudamérica no está dispuesto a tolerar.
El gobierno deberá bañarse de realidad.
La reeleccion de Alberto es un sueño caro, y hasta altura casi inviable.
"algo que el consumo cultural y aspiración al..." Error. Argentina no puede desconectarse del mercado internacional.
EliminarSin el mercado internacional (cerrado por sanciones internacionales) no tenemos clientes para nuestras exportaciones ni acceso a insumos para la producción local.
El tema es: que pasa si argentina no paga?
Pero no digo: que le pasa a argentina?
Digo: que pasa con las cuentas del FMI si argentina no puede pagar una deuda que representa más que la deuda de todos los demás países?
Quiero decir... 30 países pueden caer en default sin que afecte tanto el balance de pagos como un default de argentina.
¿Donde dije que Argentina se desconecta del mercado internacional? Solo digo que el default y ajuste hara desconectar a la clase media de sus consumos internacionales, lo cual la pone de mal humor.
EliminarAl FMI si Argentina no paga no le pasa nada. No es un banco que requiere ganancias. Ridículo pensar que tendrán alguna consecuencia.
"la única salida que quedo disponible en el laberinto es ajuste griego con el FMI o el desierto del default, o sea salida venezolana"
EliminarCapaz te entendí mal.
Argentina no puede decidir no pagar y seguir operando en el mercado internacional.
Y justamente, no es un banco, es un fondo... Una mesa de guita armada con aportes de todos los países miembros.
Que?... Si no pagamos esa guita, ya fue? Borrón y cuenta nueva? Nadie la va a reclamar?
Ojo, el default es salida a la venezolana, pero sin los dólares del petroleo es un poco más difícil. Nosotros solo tenemos soja que comen los cerdos y una clase media mucho más amplia y refinada en consumos culturales y aspiraciones de pertenencia global.
ResponderEliminarLas puertas de salida dicen VENEZUELA y GRECIA. ELIJA SU PROPIO AJUSTE.
Venezuela fue, en su día, el mayor importador de autos de alta gama y whisky premium de Latinoamérica.
EliminarY el problema de Grecia fue (como el de la mitad de Europa) que Alemania se apalanco en la disparidad de la zona euro para extraer recursos de los demás países, hasta que no dió más y empezaron a caer en default en domino, por la interrelación de deuda que tenían los bancos centrales; lo que obligó al rescate.
Argentina sería más bien como zimbawe