Con la soja orillando los 640 dólares y todos los demás commodities en alza por la situación internacional, con retenciones planchadas en los mismos valores desde 2019 (las módicas subas recientes de dos puntos fueron en productos industrializados), con récord de producción y exportaciones para el sector, récord de ventas de maquinaria agrícola y camionetas 4 x 4, "el campo" no puede alegar un solo motivo real para la protesta, salvo uno: no les gusta el gobierno actual (con el que se forran de plata, incluso más que con el macrismo), porque no es el que votaron.
Aupados por los medios como en 2008, vehiculizando a los sectores más duros de la oposición al gobierno nacional (como entonces) lo que en realidad quieren va más allá de vetar cualquier intento de modificar la política de retenciones o la política agropecuaria del gobierno en general (con la cual les va muy bien); que por otro lado el propio gobierno se encarga de ratificar: así como Guzmán dijo varias veces que no van a aumentar las retenciones "para evitar conflictos políticos que hemos tenido en el pasado", Julián Domínguez acaba de decir que la protesta lo sorprendió, porque "el campo" no va a pagar el nuevo impuesto "a las rentas inesperadas", que ni siquiera llegó al Congreso.
De modo que el conflicto que plantean los productores "autoconvocados" (porque la Mesa de Enlace se despegó de la protesta, al menos formalmente) tiene la misma filiación de origen que la escalada golpista de la Corte Suprema en el Consejo de la Magistratura, o la campaña sistemática de difamaciones y esmerilamiento que a diario conducen los medios hegemónicos como Clarín, La Nación e Infobae: la debilidad de un gobierno que decidió, desde el primer momento de su gestión, no pelearse con nadie, salvo con su propia base electoral. Y por el contrario, dejar intacto el poder de fuego con el que esos adversarios lo cañonean a diario.
Así es entonces que, mientras la inflación en alimentos no cede y sigue carcomiendo los ingresos de los sectores populares, hay pasividad sindical y se plantea (incluso desde el propio gobierno) sacarles beneficios a las organizaciones sociales que reclaman, otra vez los millonarios panzones disfrazados de peones que están -en cualquier estadística que se analice- dentro del sector más privilegiado de la sociedad vuelven a adueñarse de las rutas del país, desafiando la autoridad del Estado -en todos sus niveles- para protestar por el resultado de las elecciones de octubre del 2019; frente a un gobierno que nunca tuvo la intención real de hacerlo valer, en la orientación de sus políticas.
Lo que nos lleva a una encerrona peligrosa: Alberto Fernández ingresa -por errores y daños autoinflingidos- al tramo final de su mandato en un contexto difícil, habiendo debilitado la autoridad presidencial y su propia figura, con una derrota electoral a cuestas, con cuestionamientos (sistemáticamente desatendidos) desde el interior del propio oficialismo, con el diálogo roto con Cristina (la hacedora de su candidatura) y con la propia base social, política y electoral desmovilizada y desencantada con su gobierno.
La política de "seducción" de los quejosos ha sido un fracaso estrepitoso, hasta acá, en todos los planos en los que se la ha intentado: con los medios, con la corporación judicial, con los grupos empresarios y el poder económico, lo que incluye a las patronales agropecuarias o los sedicentes "autoconvocados". Ni que hablar de los amargos frutos recogidos de la búsqueda de una "oposición racional y responsable" con la que tejer acuerdos.
De lo que están dispuestos a hacer los que adversan al gobierno tenemos pruebas a diario, la última de ellas el "tractorazo" de ayer. La pregunta es que piensa hacer el gobierno, y con el apoyo de quien. Tuits relacionados:
Campo+Ciudad es la respuesta del sector a la política del gobierno de no aumentar las retenciones, tal como el Rosattazo fue la respuesta del Poder Judicial a la política de "autodepuración".
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2022
El gobierno hizo todo lo que pedía el campo, salvo irse y que vuelva Macri. Y no hizo nada que les fuera a molestar, salvo quedarse. Ahí está explicado el tractorazo.
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2022
Ustedes son chicos y no se acuerdan, pero cuando en el 2008 Carta Abierta dijo que los piquetes agrogarcas eran destituyentes les saltaron a la yugular por exagerados. Incluso algunos que hoy tienen cargos en el gobierno.
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2022
Ningún proyecto reeleccionista se puede sustentar en dos años y medio de constante deterioro de la autoridad presidencial, que te convirtieron en un pato tengo aunque la Constitución te habilite para ser reelecto. Solo el que vive en la nube de pedos albertista no lo ve.
— La Corriente K (@lacorrientek) April 23, 2022
Si no somos la centro izquierda estamos cerca.
ResponderEliminarEn 1 palabra: aburren
Desde el "mi amigo Horacio", amigo que se encargaba de multiplicar contagios en CABA y dispersarlos por todo el país, al ahora no aumentar las retenciones "para evitar conflictos políticos que hemos tenido en el pasado".
ResponderEliminarAntes había conflictos, ahora hay derrotas auto inflingidas.
Devolvé el conflicto Alberto, que es la única forma de conseguir algo.
El Colo.