jueves, 14 de julio de 2022

LECCIONES SOBRE EL PODER

 

Que el grupo Clarín goza de una posición dominante en el mercado de las comunicaciones, no es ninguna novedad. Y que la reforzó con la fusión entre Cablevisión y Telecom, tampoco. En uso de esa posición dominante -fortalecida con los años- condicionó y extorsionó gobiernos de todos los signos políticos, siendo "una pistola en la sien de la democracia", como supo decir Luis D'Elía cuando aun no se había convertido en el Lanata negro.

Usando ese enorme poder, consiguió que Menem empeorara por DNU la ley de radiodifusión de la dictadura, y que ningún gobierno se atreviera a plantear una nueva ley de medios, hasta que se animó Cristina. Luego y con base en ese mismo poder, resistieron durante cuatro años su aplicación en los tribunales, lo suficiente para ganar tiempo y llegar a la instalación de un gobierno de ellos -como lo fue el de Macri- que mutiló con la velocidad del rayo y con precisión quirúrgica los artículos de la ley que lesionaban sus intereses.

En ese mismo período logró la tan ansiad fusión con Telecom, que estaba -y está- pendiente de aprobación definitiva por parte del Estado, pero que éste gobierno no se anima a tumbar, por miedo a Clarín. El mismo gobierno cuyo presidente dijo desde el principio que no pensaba reponer los artículos de la ley de medios mutilados por Macri por decreto, y dio por terminada -unilateralmente- la guerra contra el periodismo, aun aquel que le hace la guerra todos los días.

Cuando hace algo más de un año y en plena pandemia, ese presidente dictó un DNU declarando servicios públicos esenciales a los de comunicaciones (internet, cable, telefonía móvil) y en consecuencia sujetos a regulaciones más intensas por parte del Estado (que involucraban por ejemplo que éste apruebe sus aumentos de tarifas) el hólding comandado por Magnetto, como era de esperarse, fue a la justicia. Y como también era de esperarse, logró una cautelar para que no se le aplique el decreto primero, y luego que la Corte -donde tiene a su abogado- tenga cajoneada la causa hace más de un año.

Mientras tanto, acumuló ganancias sin parar en medio de la pandemia (cuando la necesidad de sus servicios comunicacionales se agravó), y estuvo en condiciones de repartir esas ganancias entre sus accionistas, dolarizándolas en bonos de la deuda emitidos por éste mismo gobierno, cuando Guzmán cerró el acuerdo con los acreedores privados en el 2020. Porque Clarín está de los dos lados del mostrador, o mejor dicho, en todos los mostradores donde se cobra.

Y ahora -en medio de las penurias financieras del gobierno y la escasez de dólares de la economía- sus accionistas se harán con esos bonos, que podrán transformar en dólares. De allí que ésta nota de Ari Lijalad en El Destape que detalla todo el proceso, cuente mejor como funciona el poder, que una biblioteca entera de tratados de ciencia política. 

1 comentario:

  1. Muy complicada esta la cosa. Con dialogo y apaciguamiento esto no se calma. Tampoco haciendonos los desentendidos o mirando para otro lado. Van por una devaluacion y recorte de derechos. Las unicas medidas que solucione esto son las que le re cortarian poder al establishment: retenciones, derogacion de la ley de entidades financieras, aplicacion de la ley de abastecimiento, aplicacion de la ley de medios. La mayoria de los dirigentes no tiene la voluntad para encarar ese camino. Mas se demoran medidas de fondo, mas se acercan las elecciones y mas se va diluyendo el poder del gobierno.
    Asi las cosas es solo una cuestion de tiempo hasta q vuelva JxC.

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