@saraleguimanuel tiene un gran virtud: le pone palabras a sentimientos colectivos. Luego de que Máximo dijese que no creía que CFK sea candidata en 2023, compartió un análisis político, en su cuenta de Twitter, que en la nota se reproduce con agregados.https://t.co/KEAaZI1Ru6 pic.twitter.com/UBgdEh3U9f
— Revista Kranear (@RevistaKranear) October 27, 2022
Artemio López suele decir -con razón- que hay dos frases/consignas que marcan el comienzo de la deriva política del "Frente de Todos", desde su mismo inicio: "Con Cristina no alcanza" y "Volver mejores". Coincidimos: en ambos casos, en las consignas subyace una subvaloración del volumen del liderazgo social y político de Cristina -que necesitaría ser "complementado"- y de la experiencia kirchnerista en su conjunto; porque además nunca se da el debate a fondo para precisar de que habla cada uno, cuando dice "mejores", y en relación a qué o a quiénes.
Después del acto en Plaza de Mayo el Día de la Lealtad en el que Máximo Kirchner decía que el imperativo de la hora era ofrecerle una esperanza al pueblo argentino, pasaron cosas. Como que el propio Máximo puso en duda una nueva candidatura presidencial de Cristina (esperanza colectiva si las hay), o que CFK apareció en las redes sociales fustigando al gobierno por los aumentos en las prepagas, hechos ambos que impactan en el escenario político, y ameritan una interpretación.
Sobre los dicho de Máximo respecto a una posible candidatura de Cristina, Eel compañero Manuel Saralegui ensaya acá en la revista Kranear un interpretación, en la que le da una vuelta de tuerca con otra connotación, al famoso "Con Cristina no alcanza": plantea Manuel -y nosotros compartimos- qué estamos dispuestos a hacer nosotros para crear las condiciones que hagan inevitable una candidatura de Cristina, y para sostener todo lo que eso implica.
Claro que las cosas no son tan sencillas como decir que deseamos que Cristina sea candidata. Hace unos días, decíamos nosotros en ésta entrada: "En esa inteligencia, la pregunta a futuro no es si el "Frente de Todos" llegará a las elecciones del año que viene tal como está conformado hoy o habrá rupturas, sino para qué, porque así como en el 2019 la "unidad hasta que duela" se forjó para cerrarle el paso a la derecha, en 2023 no alcanzará con agitar el mismo fantasma, cuando se está ejecutando en buena medida desde el gobierno el mismo programa que aplicaría esa derecha, si le tocara gobernar: algo así como macrismo con perspectiva de género.".
"Y la pregunta concierne esencialmente al kirchnerismo, en tanto actor más dinámico de la coalición oficialista y portador de su liderazgo y representación electoral más potente, en la persona de Cristina: de los gobernadores -con algunas excepciones-, el massismo, el "albertismo" (si es que tal cosa alguna vez llegó a existir) o los gordos de la CGT, ya se sabe lo que se puede esperar; y con nada de eso se gana una elección, ni se la ganó nunca. Cada uno de esos sectores atiende su propio juego, que no necesariamente tiene que ser el del conjunto, y casi ninguno (por no decir ninguno) ha abdicado de sus posiciones sostenidas -con fluctuaciones nacidas al calor de las encuestas, en muchos casos- durante la experiencia kirchnerista.".
"La cuestión entonces es cual el juego del kirchnerismo (y de Cristina) de acá a la renovación presidencial, cuando la coyuntura los encuentra ubicados en el peor lugar posible: ni son parte del núcleo duro que toma las decisiones del gobierno, ni son escuchados sus reclamos (lo que incluye los de Cristina), ni puede escapar a los costos políticos y electorales que generan las medidas del gobierno, y la gestión en general. Y el que crea lo contrario (aunque fuera Cristina, que es demasiado inteligente como para pensarlo), se equivoca de cabo a rabo.".
"De un gobierno que ha consumido las tres cuartas partes de su mandato sin modificar un rumbo equivocado ni siquiera ante la evidencia de la derrota electoral (y antes bien, lo está profundizando) poco se puede esperar, a menos que se lo fuerce a cambiar. Y no se ve al interior de la coalición oficialista la predisposición a hacerlo -al menos en público- de nadie, en especial como dijimos antes, de sus sectores más dinámicos, que son los que además aportaron y aportan el mayor caudal de votos. En un tiempo no lejano se ensayaba desde el kirchnerismo una agenda alternativa: impuesto a la fuga de capitales, salario básico universal, hoy ni siquiera eso. Y no basta a esos fines con algunos tuits de Cristina, o algunas definiciones suyas en apariciones públicas, como se pudo comprobar desde que en diciembre de 2020 advirtió -sin ser escuchada- que los beneficios del crecimiento se los iban a llevar los cuatro o cinco vivos de siempre.".
Lo que acaba de pasar con las expresiones de Cristina sobre el aumento de las prepagas refuerza lo que planteamos: muchos cuestionaron que no se haya pronunciado en idénticos términos sobre la inacción del gobierno frente a otras temas tanto o más cruciales (como los alquileres o los aumentos de precios de los alimentos y bienes esenciales). Otros prefieren plantear que ése tema y de ése modo, es la manera en que CFK ha encontrado de plantear públicamente sus disidencias con el rumbo del gobierno, dejando sentado además que antes las ha planteado en privado, sin respuestas.
Por supuesto que no puede escapar al observador atento que una queja con esos alcances, expresa una visión alternativa al mismo tiempo que es un signo o reconocimiento de cierta impotencia política: algo así como "yo planteo las cosas, pero en el gobierno no me dan pelota". Si la idea es que de ese modo se logra evitar compartir los costos del ajuste del gobierno (porque el gobierno ajusta, nos guste o no), pues bien, la idea es equivocada, aunque la expresara la mismísima Cristina.
Y como dijimos antes, allí radican los límites con los que se enfrenta el kirchnerismo a la hora de trabajar -como lo hizo en el 2019- para organizar una alternativa política y electoral de salida al dilema en que hoy se encuentra el país: pensemos por ejemplo que, cuando cuestionamos el modo en el que instrumentó el llamado "refuerzo alimentario" de 45.000 pesos (con inadmisibles restricciones para el acceso y un humillante escaneo de pobreza a los potenciales beneficiarios), no podemos perder de vista que el kirchnerismo -en la persona de Fernanda Raverta- maneja la ANSES, que es el organismo responsable de instrumentar el beneficio.
O pensemos también que -cada uno a su turno y con su propio modo y sucesivamente- Máximo y el "Cuervo" Larroque destacaron la tarea que está llevante adelante desde el Ministerio de Economía Sergio Massa, que hasta acá y salvo mejores opiniones, consiste básicamente en profundizar el ajuste fiscal que llevaba adelante Guzmán. Por doloroso que resulte (porque en el medio pasaron cosas tan graves como el atentado que casi se cobró la vida de CFK) hay que abordar a fondo y de modo urgente estas cuestiones, para luego pasar a la etapa de las alianzas y las candidaturas.
Lo contrario sería poner el carro delante de los caballos, aunque si de expresar preferencias personales se tratase, ya se saben las nuestras: siempre vamos a preferir -como dijo Máximo- que nos representen los mejores, y la mejor sigue siendo Cristina. Eso sin contar que la experiencia del gobierno de Alberto y -de otro ángulo, o quizás desde el mismo- el triunfo de Lula en Brasil demuestran que los liderazgos no son transferibles, y los candidatos "ungidos" en las condiciones que establece el adversario (por no decir el enemigo), no suelen ser la mejor solución, ni siquiera en términos estrictamente electorales.
Tuit relacionado:
Así se complica la cosa, no estaríamos demostrando mucha voluntad que digamos de correr la línea del posibilismo: https://t.co/W60Jbwj5Dz
— La Corriente K (@lacorrientek) November 1, 2022
Hola compañeros. Muy buena (y preocupante) nota. Cristina, obvio, y sin "sí, pero" o "no, pero". Y ese liderazgo potente, arrastrador e intransferible necesita de esas excepciones de gobernadores como Axel, Gildo, Alicia, Coqui (si hay otros sinceramente no los veo), dirigentes gremiales como Yasky, Furlan, Baradel, Amichetti, Palazzo, Alesso, Manrique, Plaini, Moyano (sí, a pesar de los cinco paros a CFK por Ganancias). Coincido que hay que poner agua en la cañería antes de abrir la canilla (léase medidas populares y soberanas antes que candidaturas) pero como altri tempi decíamos Nada sin Perón, hoy es Todo/s con Cristina. No se si es muy trosco el planteo pero Ella sabe y confío ciegamente en su amor por la patria y el pueblo y veremos si propone algún rejunte con los Massa u otros gobernadores o dirigentes gremiales no tan del palo. Lula se alió con uno que la sacó a Dilma e invoca a Deus, pero con él de número uno. Veremos.Y roguemos.-
ResponderEliminarCandidatura a Presidente 2023:
ResponderEliminarOpción 1: Cristina; Opción 2: Cristina; Opción 3: Cristina.
El Colo.