Sin decir nada como es su costumbre, los soretes cortesanos dicen mucho. Como por ejemplo que ellos deciden que fallo es arbitrario o viola la Constitución y cual no y que las garantías constitucionales solo rigen para los que ellos disponen. Ex democracia:https://t.co/8RzlWhNpI8
— La Corriente K (@lacorrientek) December 16, 2022
En realidad el título del post bien podría ser "Hacen lo que quiere". O también "Hacen lo que quieren, porque pueden". Cuando se dice que los jueces (y la Corte más que nadie, entre ellos) leen los climas políticos y obran en consecuencia, debería decirse que miden las "correlaciones de fuerzas" (ese recurso tan socorrido en el discurso del gobierno), y obran en consecuencia: "el frente blando permite avanzar", dice un principio militar que solía repetir Perón.
Y nada hay hoy en la política argentina más blando que éste gobierno, y el presidente que acaba de decir hace horas que se pondrá a "poner orden" en la interna del FDT, cuando en rigor no puede ordenar ni el cajón de las medias. Un gobierno cuya línea estratégica para tratar con ésta justicia pestilente que tenemos fue confiar en que se autodepurara.
Un gobierno que no pudo por ejemplo ni siquiera impulsar a fondo y con convicción una tibia reforma judicial que, como decíamos acá, y viene a cuento del fallo de ayer, "No propicia derogar el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación que le permite a la Corte descartar causas sin pronunciarse y sin dar razones, bastando su solo criterio. Tampoco modifica la Ley 48 ni el trámite del recurso extraordinario, ni el sistema de control de constitucionalidad difuso, que hace que cualquier juez pueda declarar la inconstitucionalidad de una ley.".
Que no ha impulsado el juicio político de ninguno de los miembros de la Corte ni de todos ellos en conjunto, ni siquiera como planteo para forzar sus renuncias, del mismo modo que no ha removido al Procurador interino Casal ni ha repuesto en su cargo a Gils Carbó, ni siquiera ante la evidencia que arrojan los chats de los turistas de Lago Escondido, de que fue amedrentada con amenazas a ella y a su familia para dejar el cargo. O que no pudo lograr que el prófugo "Pepín" sea traído al país a rendir cuentas, ni que cesaran las persecuciones contra Cristina, y a esta altura de los acontecimientos, todo indica que no quiso hacerlo.
El fallo de la Corte que confirma la ridícula condena contra Milagro no es cualquier fallo: se inscribe en la misma línea del no menos ridículo fallo del tribunal oral contra Cristina en la causa Vialidad, porque persigue los mismos fines: estigmatizar a los dirigentes políticos, sociales y sindicales que no sean dóciles con el poder, y aleccionar al resto para que ni siquiera se les ocurra intentar desafiarlo. Eso, más allá de la vergüenza intrínseca del fallo en términos estrictamente jurídicas: las sentencias contra las dirigente de la Tupac son tan groseramente violatorias de las garantías constitucionales y los principios elementales del derecho, como los procesos y fallos contra Cristina.
Tampoco el fallo cae en cualquier momento: lo extrae del cajón donde lo tenía fondeado la misma Corte que -como cabeza del Poder Judicial- nada hizo ni hará en relación a las escandalosas revelaciones que arroja el episodio Lago Escondido sobre conspicuos miembros de ese poder que dependen de ella, y la misma Corte que -por puño y letra de su presidente- le negó una audiencia a los diputados del FDT (al fin y al cabo, solo los eligió el pueblo), mientras Rosatti esbozaba en una entrevista que su legitimidad era mayor por haber obtenido un amplio acuerdo del Senado, que la de cualquier dirigente de los demás poderes, que la basan en el voto de una parte del electorado.
Pero además el fallo recae mientras la causa por el intento de magnicidio contra Cristina navega lentamente hacia la intrascendencia y la impunidad, sin que la Corte -tan solícita en sostener la fase del presunto asesinato de Nisman- atienda los requerimientos de la jueza para obtener más recursos y apoyo para investigar; y mientras acaban de dictar en contra de la propia CFK la primera condena en las muchas causas truchas armadas en su contra, tras un juicio bochornoso.
Y acá nos queremos detener: con su fallo de ayer contra Milagro, los cortesanos nos brindan su interpretación del gesto de Cristina al decir que no será candidata a nada el año que viene: nos están diciendo que si ella no juega, nos preparemos para muchos más fallos "aleccionadores" como éste, como para enseñarnos quienes mandan realmente en el país. Que no son precisamente los que votamos, como solemos creer.
Pero claro que lo que hagan -como dijimos al principio- es porque pueden hacerlo, y pueden porque los dejamos. Porque recordemos que esta misma Corte, con éstos mismos jueces, dictó entre gallos y medianoche el fallo que beneficiaba con el 2 x 1 a los represores, y debió retroceder sobre sus propios pasos, frente a la masiva movilización popular. Así que la solución a esta excrecencia autoritaria implantada en nuestra democracia -un Estado paralelo, como lo definió Cristina- también está en nuestras manos.
Tuit relacionado:
El fallo sobre Milagro es la lectura de la Corte sobre el anuncio de Cristina de que no será candidata.
— La Corriente K (@lacorrientek) December 16, 2022
La Corte Suprema se saca de encima las dos terceras partes de las causas que le llegan sin analizarlas. Los soretes más caros del mundo, exentos de Ganancias.
— La Corriente K (@lacorrientek) December 16, 2022
Un día de éstos la Corte va a dictar un fallo diciendo más o menos algo como "El presidente no es el que ustedes votan, giles de cuarta, si no el que a nosotros se nos cante": https://t.co/DAhfTWDens
— La Corriente K (@lacorrientek) December 16, 2022
Quisiera decir vamos compañeros !!! avanti !!! pero una profunda tristeza, desazón y dolor me lo impiden. Que Dios proteja a Cristina de AF y a Milagro de SM que tiene al vice gobernador del inmundo llavero y cobani de Jujuy que condecoró a su Ministro de Trabajo que estuvo en La Paz recibiendo armas y municiones en la embajada para el golpe contra Evo. De nuevo: suena medio ingenuo pero sólo confío en Dios para que haya un poco de paz y justicia. Abrazo
ResponderEliminarAnónimo de las 11:06:
ResponderEliminarEl tema es que Dios no va a pedir juicio politico a los cortesanos. Hay que movilizar. La paz no se consigue con mansedumbre y resignación.
A mover las cachas, que si hay muestras de fuerzas masivas, puede haber cambio de opinión en la Líder.
ojalá compañero, ojalá
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