domingo, 11 de diciembre de 2022

VAYAN PAYÁ, BOBOS

 

Hace 8 años atrás, cuando el mundial de fútbol se jugó en Brasil, decíamos acá: "Resulta entonces que los crispados somos nosotros, los que politizamos todo y dividimos a los argentinos; que -hasta que aparecimos- eran todos miel de diálogo, sobre hojuelas de consenso: debe haber sido entonces en otro país que un día como hoy, pero hace 59 años, bombardeaban una ciudad a cielo abierto para matar a un presidente y derrocar a un gobierno elegido por el pueblo.".

"Pero hete aquí que ahora -en el medio de la euforia colectiva del mundial- son ellos los que atizan las brasas de las conflictos para que no se apaguen, en medio de la pax social  que generan 90 minutos de fútbol, con un país entero (o casi entero) coincidiendo en un mismo deseo: ¿Cuántas cosas son capaces de lograr la casi unanimidad que despierta entre nosotros el aliento a la selección en un mundial de fútbol?".

"Y sin embargo en el medio del despliegue de gorros, banderas y vinchas están ellos, con sus interminables caras de bragueta, dispuestos a decirnos que no sólo todo está como el culo, sino que irá peor; y que no debemos dejarnos alienar por la pelota, porque sería una inmoralidad faltar a nuestro deber ciudadano de estar las 24 horas del día pendientes del Boudougate; o la enésima denuncia de corrupción.".

"En el fondo nos toman por estúpidos, como si no los conociéramos o no tuviéramos memoria sobre quienes son y lo que han hecho; o no tuviéramos en claro que un mundial de fútbol no transforma la realidad: el mundo y la vida (incluyendo a la política, al gobierno, la oposición, el país y su historia) siguen su curso; salgamos campeones, o nos volvamos en la primera vuelta.".

Como ven, nada ha cambiado desde entonces, y ellos están habiendo lo que mejor saben hacer, con el fútbol como con la política: lo que no pueden controlar y poner a su servicio (como a la selección y su cuerpo técnico), lo quieren desprestigiar y destruir. Si tienen hechos a la mano los usan, y si no los inventan, y listo.

Messi era para ellos el ídolo perfecto hasta que asumió esta versión maradoniana en la que putea rivales, encara árbitros y  hasta le reclama a la FIFA y dejó de ser -en palabras de Cristina- una mascota del poder, y ya les parece censurable, o empiezan -como hicieron con Diego- a "separar a la persona del jugador de fútbol". Y como pasó con Maradona, cuando ven que el amor del pueblo por alguien se hace grande, ellos lo tienen que pasar a odiar y combatir.

Son expertos en manipular indignaciones, broncas, resentimientos y tristezas, y cuando no los hay -en éste caso en el mundial, en un país en el que sobran por todos lados- las inventan. Aunque en la noche más oscura de nuestra historia cuando todo era tristeza, nos vendieron "la fiesta de todos". Eso son, eso fueron siempre: predicando moral con la bragueta abierta, desde los diarios que se adueñaron de la principal empresa proveedora de papel en una mesa de tortura, favor que retribuyeron con blindaje mediático a los crímenes de la dictadura.  

Claro que en el fondo el problema no son ellos -o al menos no solo ellos- sino los argentinos que los leen, escuchan y miran, y que aceptan ser formateados a diario por sus canalladas sin tamizarlas, solo porque confirman sus prejuicios previos contra la popular, en todas sus formas. Esa gente que seguramente ahora se entusiasme con el mundial, pero cuando termine los vuelvan a indultar, y se dejen convencer por ellos de lo que ya están convencidos: que éste país es una mierda, en todos los sentidos, y que no tiene remedio. 

Porque además nos quieren tristes, porque como decía Jauretche y recordó hace poco un comentarista del blog, "Nada grande se puede hacer sin alegría, nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos. Los pueblos deprimidos no vencen ni en el laboratorio ni en las disputas económicas. Por eso venimos a combatir alegremente, seguros de nuestro destino y sabiéndonos vencedores a corto o largo plazo.".

Por eso, por más grandes que sean las dificultades y mayores las incertidumbres, no hay que darles el gusto. Y no estamos hablando de fútbol. O no al menos solamente de eso. 

1 comentario:

  1. Clarin, TN y la cloaca replicadora, apostaban al regreso de la selección en la primera vuelta, para incrementar su prédica diaria de odio y auto subestimación.
    La derrota con Arabia Saudita los envalentonó y ya tenían preparadas las tapas que se tuvieron que masticar.
    Ahora apuestan por Croacia. Son así. Vocacionales y convencidos cipayos.
    Nos quieren derrotados, en cualquier aspecto. No hay que darles el gusto. Resistir con alegría y mostrar su miseria en todos los ámbitos.
    El Colo.

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