En los videos de apertura pueden acceder a los discursos completos de Cristina en Río Negro el viernes pasado, y de Axel Kicillof y Máximo en Avellaneda el sábado. Posiblemente muchos los hayan visto en vivo y en directo, en ese caso volver a verlos sirve para refrescar ideas.
Podría decirse que entre los tres esbozaron un panorama de lo que está pasando en el país y las grandes líneas de un posible programa de gobierno alternativo, desde el problema institucional (la justicia por ejemplo) hasta el modelo de desarrollo productivo: la explotación de los recursos naturales, el cuidado del medio ambiente, los límites de la "salida exportadora".
Lo que acaso no estén tan claro -ni en los discursos ni en la realidad- es cual es la praxis política consecuente con esa descripción, aunque sea de celebrar que sea el kirchnerismo -de entre las fuerzas políticamente relevantes del país- la única que esté haciendo política en el sentido genuino (y también tradicional) de la palabra: exponiendo razones y argumentos, convocando a la sociedad -y al sistema político- al debate y hasta admitiendo algunos (no todos, empezando por el principal: la elección de Alberto) errores u omisiones propias.
Sin embargo, si no se desarrolla una praxis política a la altura del discurso que se esboza, y con la virtualidad de modificar esa misma realidad que se describe como preocupante (y que ciertamente lo es), se corre el riesgo de caer en la testimonialidad, sin estar exentos del de la incoherencia. El propio kirchnerismo debería saberlo y reconocerlo, porque en los tiempos de la noche macrista no se quedó en las mateadas en las plazas ni el "resistiendo con aguante", y pasó -Unidad Ciudadana mediante primero, FDT después- a poner manos a la obra en la organización y despliegue de una alternativa política que nos sacara del marasmo neoliberal.
Hoy eso supone definir la cuestión de las candidaturas (es decir, "la" candidatura: Cristina, y nadie más, sin sustitutos ni personeros), la relación con el gobierno y con sus políticas (en especial la política económica, que encarna y ejecuta Sergio Massa), la relación con una oposición cada día más virulenta y desencajada más allá de los propios límites del pacto democrático (a la cual no obstante ello, se la sigue invitando a la reflexión y el diálogo como si hubiera espacio para ello), y -sobre todo- la relación con los factores de poder.
En las intervenciones de CFK, del gobernador bonaerense y de Máximo se cuestionó al FMI y su set de políticas nefastas, a las corporaciones mediática y judicial, y a los principales grupos económicos; quizás esto último con menos intensidad. Pero la concentración mediática, la inflación acelerada por la concentración económica y la mafia judicial siguen allí, en pie; y han existido gestos o acciones incomprensibles o por lo menos difíciles de explicar y entender, como la foto de "Wado" De Pedro con Rendo (el "valijero" de Clarín) en Expoagro, o la decisión de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (que depende de Massa) de desistir de un cuestionamiento judicial a la fusión de Cablevisión y Telecom.
También merece una explicación por qué, luego de la salida de Guzmán por seguir a pie juntillas las directrices de política económica del FMI se elogia a Massa, que hace exactamente lo mismo. A menos que alguien explique cuáles han sido las medidas concretas que tomó desde que asumió en Economía, que signifiquen un cambio de rumbo respecto a su predecesor en materia de deuda interna, tarifas, evolución del gasto público, tasas de interés, política fiscal o controles del comercio exterior.
Si a lo expuesto le sumamos que hay ciertos temas candentes que han sido apenas esbozados en los discursos (como la inflación, en especial en los alimentos, o la distribución del ingreso) o directamente omitidos (como el drama de los alquileres) se advertirá que hay muchos puntos ciegos que aclarar, dialogando -como se propuso en los discursos- con la sociedad, que espera respuestas de la política. Esas que nadie mejor que el kirchnerismo está en condiciones de dar, si se lo propone, como entre 2003 y 2015; y de allí la persistencia de la centralidad de Cristina, y su potencia electoral pese a todo.
De los demás (sean Alberto y su gobierno, o la oposición mayoritaria encarnada en "Juntos por el Cambio" o las alternativas "libertarias"), en cambio, no se puede esperar nada; que no sea la reiteración de las fórmulas que ya han fracasado en el país cada vez que se intentaron. Pero ciertamente no alcanza con advertir del riesgo de que se vayan a intentar otra vez. Tuits relacionados:
Cuántas preguntas deja flotando el discurso de Máximo, no?
— La Corriente K (@lacorrientek) March 11, 2023
Otra: se pueden cuestionar las políticas económicas que impone el FMI y al mismo tiempo elogiar a Massa, que las ejecuta?
— La Corriente K (@lacorrientek) March 11, 2023
En fin, todos interroga que uno se hace recogiendo el guante de la invitación a la reflexión colectiva que hizo el compañero. Algo que siempre viene bien, pero compromete con buscar resultados concretos de esa reflexión. Si no es paja nomás.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 11, 2023
El acto de hoy es sin Cristina, pero para pedir por su candidatura. No sea cosa que después nos quieran conformar otra vez con una Manaos de uva electoral, porque "No dan las correlaciones de fuerza" y coso. Porque un Manaos de uva ya tuvimos, y lo estamos padeciendo.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 11, 2023
Máximo dijo clarito varias veces "No puede ser que nuestro gobierno...", con lo que está claro que entiende que no es tan fácil para el kit despegarse del moco Alberto. Se requieren actos y decisiones concretas más contundentes que lo visto hasta ahora. Si no el fracaso arrastra.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 12, 2023
Otra cosa muy inteligente que dijo Máximo es que si hay gente que compra fácil los buzones de la derecha es culpa nuestra, porque algo estamos haciendo mal o no haciendo. Basta de refugiarse en el facilismo de echarle la culpa a los medios, cuyo poder además hemos dejado intacto.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 12, 2023
Por un lado destacan el "error" de elegir a AF y por el otro el acierto de prohijar el FDT que frenó la peste amarilla. Y además: qué proponen, compañeros, que no advierta Ella y que debiera emprender ?
ResponderEliminarNo se entiende el cuestionamiento: conformar el "Frente de Todos" (en nuestra opinión) fue un acierto. Elegir como candidato a Alberto, un error. De una cosa no se seguía necesariamente la otra, de hecho hemos dicho acá mil veces que Cristina pudo ser ella candidata, y ganaba igual.
ResponderEliminarSuponganos que tienen razón. Si decidió no presentarse: Había otro ? Cuestionamos su elección de candidato ? Ponemos en duda su decisión estratégica político-electoral ? Nosotros somos más sabios que Ella ? Hoy ese político profesional porteño, su ex anticristinista (Ibarra), Guzmán, Kulfas, Losardo, el que se definía como duhaldista portador sano, e ainda mais, dicen que no está proscripta. Que el que te jedi, Evita y el Flaco la protejan. La bronca contra estos badulaques, tirifilos y tilingos la compartimos, compañeros. Que Dios La inspire. Sino, es un viaje de la patria y del pueblo a la noche más oscura
ResponderEliminarA esta altura es una discusión abstracta e inútil. Por eso el post apunta a lo que viene, no a lo que pasó. Claro que para no tener los mismos problemas, no hay que repetir los mismos errores, porque a ésta altura discutir que fue un error es negar lo que ha pasado estos tres años y pico.
ResponderEliminarPero muchachos, Axel es el problema... Quieren de presidente al pibe que devaluó en 2014... No sé entiende.
ResponderEliminarPrimero: ¿quién pidió a nadie como presidente?. Segundo: en serio creés que una devaluación del 23 % hecha hace 9 años es un problema hoy?
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