jueves, 18 de mayo de 2023

ESCARMIENTO

 

Por A.C.

La nueva comunicación de una decisión ya tomada anteriormente por Cristina, con ésta carta que anuncia formalmente que no será candidata, muestra en primer término que más allá de los deseos y esperanzas de millones de argentinos, el espacio político conformado por el peronismo y sus aliados, a través de sus dirigentes no solo no hicieron lo necesario para modificar la situación de proscripción de Cristina, sino que en algunos casos -y no pocos-, se fomentó la inacción ante el descabellado fallo judicial por el que fue condenada. Y luego, celebraron calladamente el reciente mensaje de una Corte impresentable, cuando suspendiendo por cautelares desopilantes las elecciones de San Juan y Tucumán, dejaron clara la amenaza de cómo podría finalizar una candidatura de Cristina.

Nada distinto de lo que ocurrió hasta ahora podía esperarse de un poder judicial cooptado mayoritariamente por una mentalidad que combina pretensiones monárquicas con fascismo. El intento de asesinato de la fusilada que vive, hoy es un proceso penal programadamente lento en el que se continúa sin investigar ni imputar  pese a la prueba contundente, a los autores intelectuales y financistas del hecho: la Sra. Bullrich, el diputado Milman y la familia Caputo.  

Mientras tanto, el fundamentalismo irracional cortesano donde las obsesiones personales enfermizas son elocuentes, solo se ocupa de enviar claros mensajes a propios y extraños sobre la decisión de bloquear de cualquier forma el acceso de Cristina a la presidencia de la Nación. Más allá de las órdenes que han recibido los cortesanos de sus verdaderos empleadores, es un trabajo que hacen con gusto y con pretensiones de ser vistos como la actual reserva moral de la Patria, hoy con armas diferentes, convirtiendo su actividad en terrorismo judicial de Estado.

Justamente que nada distinto pueda esperarse de éste poder judicial encabezado por ésta Corte, hace que resulte llamativa la inacción de algunos. Comenzando por el Presidente de la Nación y sus ministros, con mención especial para el Sr. Soria, un ministro de Justicia que frente a una situación de gravedad institucional inusitada, se dedica a pasear por los medios en un rol exclusivo de comentarista de la realidad, haciendo comentarios de peluquería y sin implementar desde su Ministerio ninguna acción concreta ante la ofensiva ilegal de un poder judicial con funciones partidarias y además corrupto, como lo demuestra por ejemplo la excursión a Lago Escondido.

También es llamativa la inacción de la CGT, ya que sus longevos dirigentes que distinguieron a Macri no haciendo un solo paro durante el desastroso gobierno macrista, tampoco se decidieron a poner una fecha para una medida de fuerza cuando se produjo el intento de asesinato de Cristina ni cuando se la proscribió a través del absurdo fallo de la causa Vialidad. Y a éste marco de llamativas inacciones, se suman algunos dirigentes que no podían ocultar su ansiedad para concretar sus intenciones de candidatos, pretensión en algunos casos ridícula.

Corte, poder judicial, Presidente, ministros, CGT, algunos candidatos. Demasiadas coincidencias y un solo resultado: la principal dirigente del país proscripta para ser electa Presidenta de la Nación


Por eso, es la misma Cristina, víctima desde hace años de la violencia mediática, judicial y personal, quien en su carta advierte que “…….pretenden que caigamos en el terreno que ellos quieren: la violencia y la intolerancia.”, pidiendo de esa forma a su pueblo que se resista al impulso de dar una respuesta de ese tipo.

Cristina es víctima de la proscripción, y junto con ella son víctimas millones de argentinos y argentinas que, como están las cosas, no podrán votar por su candidata en las elecciones. Por eso, hay que convocar a la gente, movilizarla, para que pueda canalizar, expresar de alguna forma ese descontento. De lo contrario, cuidado, porque hasta los más mansos tienen un límite y pueden hacer tronar el escarmiento. ¿Y contra quién? Al que le quepa el poncho, que se lo ponga.

1 comentario:

  1. Y, sí, es tal cual. Hoy lo escuchaba al dirigente de SMATA, Mario Manrique: aspereza lúcida, contundencia de ideas, y pocas pulgas a la hora de categorizar a la CGT. Cuando desde arriba no se decide, se decide por abajo.
    La movilización del 25 no será sólo catártica, como algunos aventuran para bajarle precio, sino una declaración de supervivencia popular. La invisibilidad de grandes contingentes, promovida hasta la exasperación cuando la pandemia, las bajadas de línea digitales incesantes y esquizofrénicas del tipo "no critiquen a Alberto, apoyemos la institucionalidad" tuvieron relativo éxito por casi 2 1/2 años. Pero incluso el recurso más mañoso tiene fecha de caducidad.
    La gente no come gofio. Y percibe con claridad cuando se está ante un momento bisagra. Si los "gordos" de todo tipo y estamento no perciben que pueden ser los próximos en la lista de restringidos por la Corte, los de a pie lo sienten en las tripas, ya mismo.
    Decís bien, no sólo Cristina fue proscripta. Una gran proporción del pueblo lo fue. Pueden intentar usar máquinas de humo para invisibilizar a una dirigente, pero lograrlo con centenares de miles de referenciados en los procesos iniciados en 2003, es una tarea que ni un cineasta mainstream acometería con confianza.
    Y si bien el famoso Diario de Yrigoyen no pasa de leyenda urbana, parece que muchos creyeron oportuno editarse un sucedáneo y convencerse de ese tipo de realidad guionada.
    El mal de la época pareciera ser lo microclimático. Porque obtura campo. Así, unos se imaginan comandando un Albertismo imaginario y otros suman y restan elementos invisibles.
    Será cuestión de demostrar la buena salud del mundo material.

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