En todas las elecciones hay "voto vergonzante": ese porcentaje del electorado que se les escapa a los encuestadores o figura como "No sabe-no contesta", ese que esquiva toda definición en las discusiones sobre política en la oficina, el trabajo o las reuniones familiares.
Los motivos pueden ser variados -como el destinatario del voto-, pero casi siempre tienen que ve con evitar el rechazo social en determinados ámbitos o círculos de relación, e incluso -como no- el temor a alguna represalia. En sus orígenes, el peronismo fue el "voto vergonzante" de muchos, y ninguna mayoría importante se ha construido sin ellos: en aquel impactante 54,11 % de Cristina en el 2011 seguramente lo hubo.
Es esa porción del voto que provoca en algunos la perplejidad por los resultados, porque se abren las urnas y el resultado no es el esperado, o si lo es, los guarismos impactan. En éstas elecciones pudo haber pasado en las PASO con el voto a Milei: más allá del activismo de los "libertarios" en las redes y en los medios, hubo muchos votos que fueron al candidato de LLA en lugares geográficos o sectores sociales inesperados, al menos para los manuales.
Y conste que no estamos hablando del voto "negado" -ése que nos lleva a decir "al final nadie lo votó, pero ganó-, que tuvieron en su momento Menem, De La Rúa o Macri; sobre todo con las consecuencias de su gobierno a la vista.
De cara al balotaje del 19 de noviembre, el papel del "voto vergonzante" puede llegar a cumplirlo el electorado de "Juntos por el Cambio" que se quedó sin candidato propio, en especial los radicales: es muy común por estos días ver y oír a dirigentes, afiliados o incluso simples simpatizantes de la UCR explicar por qué no van a votar a Milei abundando en razones para ellos, sin decir, en muchos casos, como van a votar o -sobre todo- evitando deliberadamente decir que lo van a votar a Massa.
En un punto se entiende: en la mayoría de los casos se trata de gente que lleva una vida hablando pestes del peronismo ante quien quiera escucharla, y que ha prometido no votarlo nunca. Para ellos, la opción que plantea el balotaje es un desgarramiento, por varias razones; no solo porque sus candidatos se quedaron afuera, sino porque sería admitir que la gente prefirió a alguien con evidentes problemas mentales, que a los candidatos que ellos le ofrecieron a la sociedad.
Si las contorsiones que están haciendo los que nos explican por qué van a votar a Milei luego de haberlo defenestrado de todas las formas posibles -de Patricia Bullrich para abajo- nos parecen risibles, no lo son menos la del gorilaje -en especial los radicales, el voto tradicional a la UCR- que no se animan a decir que van a terminar votando al candidato del peronismo, para evitar males mayores. Es gente rara, a la que le da vergüenza decir que van a hacer algo correcto, pero la hay, y no son pocos.
En definitivas, si lo hacen (es decir, si ya han decidido votar a Massa y lo harán, o se deciden a hacerlo de acá al día de la elección), sean bienvenidos, y por nuestra parte, no solo no tienen la necesidad de decirlo, sino que hasta pueden -si así lo desean- mantener el misterio, o la ficción del voto en blanco.
Hemos dicho antes acá que si los gorilas comprendieran el sentido profundo de la garantía del voto secreto y la soledad del cuarto oscuro (donde no te mira nadie de tu familia, ni ningún periodista de TN o La Nación +), que funciona de modo tal que ellos pueden votar al peronismo sin que nadie se entere, y sin que eso los convierta en peronistas o les impida putear en el futuro a ese mismo gobierno que votaron -sea para mantener la cordialidad en su núcleo de relaciones sociales, o una imagen que construyeron pacientemente por años-, como país nos habríamos ahorrado un montón de problemas.
Tuits relacionados:
Asi surgen las leyendas de que "hubo fraude" y cosas asi. Si se mueve en un circulo en donde nadie aparentemente vota a Massa el resultado no lo puede explicar.
— nestorsbari (@nestorsbari) October 28, 2023
Compañeros: tienen información u opinión de POR QUÉ Perotti gasta fortunas en publicidad fuera de tiempo y circunstancia sobre su gobierno ? Soy de Rosario y en diarios, TV, celular, radios, etc. no han parado ni un ratito. Esa guita no podría invertirse en apuntalar merenderos y comedores populares por ejemplo ? Son contratos previos a las elecciones ?
ResponderEliminarPaco Garibaldi dice: Son contratos de pauta publicitaria por 10 años que firmó Bonfatti. Los firmó en 2014. Ahora los agarra Pullaro y los renueva por 20 años.
ResponderEliminarAhhhh...bueno...por favor !!! un poco de sensatez
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